- Llegamos a la reunión la cual empezó con una cena, pasado un tiempo mis padres se acercan a una mesa donde se encontraba un Señor con algo de canas y ojos color verdoso sentado al lado de una señora con cabello negro y ojos igual de verdes, y un joven totalmente atractivo para su edad, piel de canela, cabello negro y ojos verde musgo, nariz perfilada y unos labios totalmente atractivos. Debes saber que desde que lo vi quede atrapada y cuando sonrió fue lo más maravilloso que pude ver. Mis padres saludaron y luego me presentaron, estuvimos toda la noche con ellos, y Maximus y yo hablamos bastante. Él ignorando deliberadamente la mirada de las mujeres y yo la de otra persona que no fuera él.

- Esa fue la primera de muchas cenas y reuniones en la que nos vimos y donde siempre nos acercamos más y más, parecía inevitable, por lo que después de dos años donde hubieron muchos besos y toqueteos, el decidió formalizar la relación, yo con diecisiete y el con dieciocho siendo hijos únicos. Mis padres y los suyos estaban extasiados y felices de que sus hijos estuvieran juntos. Cuando yo cumplí diecinueve ya llevábamos una relación de dos años casi tres y el me propuso matrimonio, acepte encantada con la idea y un año más tarde estábamos casándonos, él ya estaba terminando la universidad y yo había decidido que cuando estuviera lejos de mis padres iba a estudiar algo que me gustara.

- Tiempo después llega Lisbeth, tu madre. Y esa es básicamente mi historia con Maximus, omitiendo las discusiones que normalmente una pareja tiene, Max siempre fue un caballero razón por la que más de una siempre quería estar cerca de él y llevárselo a la cama, razón por la que siempre fui creativa y lo mantenía en mía, en conjunto con otras cualidades.

- Estoy sorprendida – digo después de un rato soltando un suspiro profundo – Él hombre que me pintas es el mismo que yo conocí, ¿cuándo fue que ese hombre se convirtió en un monstruo? – vuelvo a hablar tratando de no demostrar cuánto me duele, lo cual hago pésimo porque sé que ella puede notarlo.

- Lo que quiero decirte con esto es que él nunca me demostró que tenía esta inclinación así que no pude evitarla a tiempo, Lisbeth tenía su amor hacia Max como una hija hacia su padre más nunca note que era para más. Sí, veía que desde que ella se fue de la casa él andaba más distante y trabajaba más pero nunca me dejo de lado y siempre me trato de la misma forma que cuando me conquistó. Trato de recordar todos mis momentos con él y no encuentro cuando fue que él cambio, es algo que siempre va a pesarme.

- En fin, no nos desviemos más del porque te traje, lo que quiero proponerte es que vengas a vivir conmigo. ¿Te gustaría?

- Yo... ¿Qué?

- Si, me encantaría que te vinieras a vivir conmigo, sé que no te sientes del todo a gusto en tu casa. Lo primero que se me ocurrió fue mudarme con ustedes pero ni tu ni yo estaremos cómodas y entonces dije voy a pedirle que se mude conmigo, ¿Qué dices?

- Yo... Tengo que pensarlo Cristal, no es fácil. Mamá no te dejará llevarme sin pelear y Maximus mucho menos.

- No te preocupes por eso, he estado hablando con mis abogados buscando la forma de tenerte conmigo desde que la idea se me vino a la mente. Todo depende de ti pequeña, si me dices que si llamo ya mismo a mis abogados y nos ponemos en marcha. Eso sí, no será un proceso fácil y muchas veces tendrás que rendir declaraciones pero si tu aceptas yo lealmente puedo hacerme cargo de ti. – Dice con mucha delicadeza, sus ojos iguales a los míos muestran un brillo que desde que nos conocimos no han estado allí.

- No sé...

Las emociones y sensaciones en mi interior son un desastre, unas predominan más que otras, sin embargo, la esperanza de que todo mejorara está presente y no puedo evitar pensar en mi futuro viviendo con Cristal si todo sale bien. Esos pensamientos hacen que una pequeña sonrisa se pose en mis labios, una sonrisa real que llevo casi un mes sin dar, Siento mis ojos humedecerse así que decido hablar antes de ilusionarme más.

Estado de Limerencia: Obsesivo y Peligroso +21Where stories live. Discover now