El Sueño De Susan✔️

24. La cena de año nuevo

Mat y yo nos damos una mirada.

—No iré con el pensamiento que voy a morir, eso sería un fastidio pensar tanto. Solo quiero ser útil en algo, aunque sea un fastidio, pero ya tome la decisión así que no hay marcha atrás, Susan lo entiende —Mat voltea a verme.

Sonrío —claro que si.

La tía Daliza asiente y sonríe —Eres un buen chico y eres bueno para Susan así que eso es lo que importa.

Terminamos la cena para luego finalizar con un brindis y abrazarnos unos a otros dándonos una feliz año. Esa noche éramos todos una familia sin peleas, mis primos reían aunque siempre queriendo lucirse, sobre todo Tamara, hubiera querido que Edwar estuviera aquí con nosotros.

Mat se encuentra tomando una bebida mientras yo salgo a mi jardín para ver el cielo, está preciosa la luna, es maravilloso ver el cielo tan estrellado, me llena de felicidad. Mi corazón se recoge por el recuerdo de mi padre.

Sentada en el césped acariciando una de las flores del jardín, me pregunto si de verdad podre llegar a ser esa escritora que tanto deseo, si mis inseguridades se apoderan de mí, si pierdo la pasión… son tantas las preguntas y dudas que se apoderan de mí en algunos momentos, sé que no debo dejarme llevar por los pensamientos negativos, agito mi cabeza y pongo mis manos a los lados de mi cabeza.

El miedo no podrá conmigo.

Digo en voz baja.

Mat aparece detrás de mí sorprendiéndome.

—¿Qué haces ahí? —dice.

—Luchando contra las voces de mi cabeza —digo cansada.

Mat se sienta a mi lado y da un gran suspiro.

—¿Y qué te dicen esas voces?, ¿a caso te dicen que soy demasiado sexy para ti? —Mat sonríe de lado.

Rio —No seas tan presumido.

—Estas fechas son muy especiales para ti.

—Lo sé, y a pesar de que mi padre ya no esta, el estar contigo me hace feliz, tu presencia ilumina la oscuridad que me acecha, haces que mis días grises se conviertan en días llenos de colores, me has ayudado a ir superando mi dolor Mat, gracias…

Mis ojos se nublan.

Mat toma mi mano y la abraza junto a las suyas.

—Es bueno saber que fui útil en tu vida, siempre quiero verte sonreír, con esa gran sonrisa que siempre te caracteriza —sonríe. Nunca te desvíes de tus sueños, Susan, no te limites y deja volar tu imaginación, como siempre lo sueles hacer.

No puedo contener mis lagrimas a lo que me desplomo en llanto.

Nos abrazamos por un rato y luego nos apartamos.

—Mat, yo… te voy a extrañar… no sé si pueda…
 
Mat no me deja terminar —Si puedes, vas a estudiar y a volverte la mejor escritora que todas las editoriales pelearan por tenerte, harás lo que mas te gusta que es escribir y serás feliz.

—¿Y nosotros? —pregunto con nervios a su respuesta.

Mat se pone serio y luego me da una sonrisa.

—Nos volveremos a encontrar.

Agacho mi cabeza —¿Piensas que no seguiremos siendo los mismos en un futuro?.

—Pienso que será mejor dejárselo a nuestros Yo del futuro, ¿no crees?.

Asiento.

Siempre he pensado que las personas no cambian, que sus sentimientos y emociones podrían seguir siento igual en un futuro, yo no quería cambiar, no quiero cambiar mis sentimientos, cambiar lo que soy ahora, tal vez maduremos, pero quiero seguir siendo la Susan que soy hoy en día, la mejor amiga de Tebi y el amor de Mat, no quiero que eso cambie a pesar del tiempo, quiero creer que seguiremos siendo los mismos…

El año ha terminado, Mat se va a su casa, mi madre, la tía Daliza y mis primos se van a sus habitaciones. Mientras yo me siento en el sofá de papá, se me cruzan imagines de papá en mi cabeza, mi padre sentado en su sofá mientras Edwar y yo jugábamos alrededor de él.

Todo era mejor cuando estaba él…

La puerta se abre suavemente para luego ver a Edwar entrando.

Edwar se sobresalta al verme.

—¿Qué haces ahí? Casi me matas de un susto.

Lo veo modo: serio.

—Te extrañé en la cena.

Edwar suspira —Lo siento Susan, de verdad, sé que esto era muy importante para ti, y yo lo arruiné…

—Esta bien, no te preocupes —digo sin aliento. Iré a mi habitación, estoy agotada… 

Sin más subo a mo habitación, Lola ya se encuentra dormida aun lado de mi cama, muy despacio me meto dentro de las cobijas para no despertarla.

Hasta dormida se ve tierna Lola.

Cierro mis ojos y caigo en un profundo sueño.