Y U Z U H A S H I B A

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—Es difícil conciliar el sueño cuando en la habitación del lado están aplaudiendo sin las manos... —soltó sin subir demasiado el volumen de su voz, brindándole a la conversación esa sutil coquetería que siempre me enloquecía.

—¡Lo lamento! —reí nerviosa—. Tu hermano es un poco ruidoso...

—Tranquila —continúo Yuzuha acercándose aún más a mi—. Me gusta escuchar tus gemidos...

Me gustas tanto, Taiju, pero...

Un extraño e inexplicable calor se apoderó de mi cuerpo, mi intimidad comenzó a palpitar de necesidad mientras ella se acercaba a mi cuerpo, aprisionándome contra la encimera. Estaba tan cerca que podía sentir su respiración chocar con la mía, sus ojos clavados en los míos y sus dientes clavándose en sus húmedos labios color rojizo.

—¿Que estás haciendo, Yuzuha? —le preguntó intentando mantener la cordura—. Estás muy cerca.

—No sigamos fingiendo... —respondió acercándose más, su nariz chocaba con la mía y mi fuerza de voluntad se desvanecía—. Sé que también deseas esto, me doy cuenta de la forma en que me miras.

Su piel se sentía tan fría, su aliento era cálido y olía a menta fresca, la suavidad de sus labios se encontró con los míos, sabían tan dulce, sus pechos chocaron con los míos cuando el breve espacio entre nosotros desapareció, cerré mis ojos echando a volar mi imaginación, y apenas lo hice comencé a sentir la humedad naciendo entre mis piernas, su lengua navegaba por mi boca encontrándose con la mía. Nuestro beso era intenso y profundo, sus manos sujetaban mi nuca sin permitirme alejarme de ella, mostrándome su lado posesivo y dominante.

Me gustas tanto, Taiju, pero tu hermana me gusta más...

Su boca fue recorriendo mi rostro, sus besos pasaron de mis labios a mi mandíbula y luego a mi cuello, donde su lengua dibujaba un camino húmedo y sus dientes se enterraron suavemente, haciéndome jadear y sentir los espasmos en mi entrepierna. Sus suaves y pequeñas manos comenzaron a acariciar mis muslos, levantando la sudadera y apretando posesivamente al llegar a mis glúteos.

—Tu piel es muy suave... —musitó contra mis labios.

—Tus labios saben delicioso... —respondí, y pareció como una autorización para continuar con nuestro juego.

Su corto pantalón de pijama dejaba poco y nada a la imaginación, su camiseta ajustada marcaba sus pezones erectos y su color blanco se transparentaba dejándome apreciar un poco más de su perfecta anatomía.

—¿Puedo tocarte? —pregunté casi como una suplica.

—Por favor, hazlo...

Mi boca se estampó contra la suya, nuestros besos cada vez se volvían mucho más lujuriosos, nuestra respiración era mas agitada y su fría piel comenzó a sentirse tibia de pronto. Mis dedos acariciaban la cueva de sus caderas bajo su camiseta, levantándola de a poco hasta revelar su busto, me deleité pellizcando sus pezones y masajeando la suavidad de sus pechos, ella recibía gustosamente mis atenciones, mi lengua dibujaba círculos alrededor de sus botones rosados y mis dientes los mordían suavemente, ella tan solo acariciaba mi cabello sin alejarse ni un solo centímetro.

—¿Vamos a la cama? —me invitó, y no pude negarme. Ella tomó mi mano y me llevó de vuelta a la habitación de Taiju. Entre besos mojados y jadeos se encargó de quitar la sudadera de su hermano, era una noche fría pero la situación contrastaba totalmente con el clima, nuestros cuerpos ardían, mi piel se sentía hirviendo en cada rincón donde sus manos suaves tocaban, simplemente me dejé llevar por ese intenso deseo que intentaba resguardar a toda costa, ese deseo que esperaba un momento adecuado para dejarse ver.

《 TOKYO REVENGERS STORIES ♡ 》Where stories live. Discover now