Kiss me Kiss me [George Weasley]

0.2

Cass.

Sentí que todo tembló en un segundo, ¿George Weasley?

—No debí venir—Murmuro George dándose vuelta.

Observé su ropa, observé cómo le daba totalmente igual lo que se pusiera y apuesto a que no se cambia de ropa hace meses.

Todo por lo qué pasó con Fred.

—No...—Dije tomando su muñeca.

El tacto entre mi mano y su muñeca me dio escalofríos, quise creer que era lo fría de la tarde.

—¿Alguien le dió el dato?—Pregunte.

George esbozó una media sonrisa.

—Alguien llamado Harry Potter, tiene una pequeña cicatriz en la frente que ya no se ve del todo y lo hacen llamar "el chico que vivió"—Respondió George.

Sonreí para mis adentros.

—Pase, aún tengo unos minutos—Dije abriendo más la puerta, dejando que el frío del invierno entrara.

George titubeó antes de entrar, una respuesta que todos mis pacientes han dado.

Todos menos Luna y Harry.

George entró por completo a mi salón.

—Siéntese cómodo, en donde usted quiera—Dije.

Sentí como George se rió un poco detrás de mi.

—No tengo problemas con que me tutees—Dijo George sentándose en la misma silla donde Luna estuvo antes.

—Si usted será mi paciente yo mantendré la relación lo más profesional posible, y eso implica no tutearlo—Dije sentándome frente a él.

George me inspeccionó de pies a cabeza.

—¿No te he visto antes?—Pregunto George.

Me puse nerviosa en un segundo, pero el no podría recordar eso, el no tenía como recordar lo qué pasó.

—Bueno iba en Hogwarts, el mismo año que Harry y su hermano menor Ron—Respondí mostrando seguridad de mis palabras.

Sentí la mirada de George sobre mi en todo momento, analizándome.

—Me gustaría saber que es lo que lo hizo venir hasta aquí, pero primero. Necesito que firme esto—Dije entregándole una hoja.

George tomó la hoja entre sus manos.

—¿Un contrato de confidencialidad?—Preguntó George.

—Mis terapias no son simplemente hablar de lo que a usted le duele, lo que no le deja dormir, lo que no lo deja comer. Mis terapias se basan en sanar toda herida que no le permita seguir con su vida. Y por ello mis pacientes firman este contrato de confidencialidad, haremos muchas más cosas que solo quedarnos en este espacio a conversar—Explique.

George me miro otros segundos, pero aún así firmo el contrato sin dudar.

—Si tiene dudas me las puede preguntar—Dije.

—Creo que mi familia ya está harta de mi, parezco una bolsa de basura que alguien olvido. Y la verdad, no tengo nada que perder estando contigo—Dijo George.

—Entonces podemos comenzar de inmediato, primero soy la Doctora o Psicóloga Wood, este también es mi número de teléfono, ¿sabe lo que es un teléfono?—Pregunte.

Esperaba la respuesta de George, pero el me quedó mirando totalmente sorprendido.

—Doctora Wood...¿eres hermana de Oliver Wood?, ¿el Oliver que nos ahogaba en las duchas cuando perdíamos?—Pregunto George.