En ese instante se notó a kilómetros de distancia lo bien que se complementaban James y Alexandra para los duelos. Se entendían a la perfección, parecían leer la mente del otro y saber en qué momento hacer x movimiento.

James tomó la mano de Alex al notar que se tambaleaba hacia atrás.

–Viernes en la noche y luchando contra Voldemort, ¿qué piensas de eso, Lex?

–No es momento para bromear, James.

Alex repelió un hechizo y suspiró de forma cansada al sentir que su cuerpo comenzaba a cansarse a causa de la tensión, el estrés y los movimientos.

¡Expelliarmus!

¿Acabas de utilizar ese hechizo con el mismísimo Voldemort?

–¡Fue lo primero que se me ocurrió! –se defendió Alex.

Voldemort parecía no cansarse, se lo veía de lo más cómodo y podría seguir allí por horas.

–Podríamos haber salido a cenar, aunque es complicado. ¿Esto podría contar como una cita? Sería lindo, algún día le diré a nuestros hijos “Sí, yo llevé a su madre a una cita en Londres y luchamos con el mago más temido del mundo mágico, por si olvidé mencionarlo.”

–¡James!

James mordió su labio inferior intentando no reír, aunque sin perder la concentración en la lucha actual.

Intentaba bromear para aligerar el ambiente, no quería preocuparse y ese era su mecanismo de defensa ante estos momentos.

Voldemort comenzaba a debilitarse, y eso no pasó desapercibido por el azabache, que reunió las fuerzas que le quedaban para ganar un poco de ventaja.

Varias luces comenzaron a aparecer a su alrededor, indicando que algunos aurores habían hecho presencia en la calle. Voldemort, al ver esto, se convirtió en humo y se marchó de allí, siendo seguido de cerca por sus fieles seguidores.

James suspiró cansado y miró a Alex, que estaba mucho más palida de lo normal. Se acercó a ella y la tomó de las mejillas para unir sus miradas.

–¿Estás bien?

–Sí, solo... fue demasiado, no esperaba eso.

James iba a responder, pero fue interrumpido por un empujón bastante agresivo.

Sirius se lanzó a abrazar a Alex, sin importarle demasiado el ser brusco o hacerla caer en el proceso, lo cual casi sucedió.

–¿Están bien?

–Hola, Canuto, sí, gracias por preocuparte por mí y darme un abrazo. –ironizó James.

Sirius rodó los ojos y se separó de su mejor amiga para ver al azabache, que mantenía una falsa mirada de enojo.

–Calla. ¿Están bien?

–Sí. –asintió James poniéndose serio.

–Yo no... no se suponía que él vendría. –dijo ella con el ceño fruncido.

–No, no debía pasar. –se metió Remus, llegando y abrazando rápidamente a sus dos amigos.

–¿Comenzará a...? Ya saben, ¿aparecer así? –murmuró Sirius confundido.

–Espero que no.

Un pequeño silencio se formó en el grupo, la mayoría de los integrantes de la Órden aún intentaban aceptar el hecho de que Voldemort se había presentado, sin miedo a ser visto o de luchar.

THANTOPHOBIA; James PotterWhere stories live. Discover now