I

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Llego a aquel salón con sus orejas peludas bajas, su mirada aqua marina era algo oscura y su cola esponjosa estaba quieta.
En tiempos antiguos en su raza el recibir un castigo era totalmente mal visto, especialmente si era por las personas a la cual trabajaban, aunque eran tiempos distintos para el mitad canino era algo sumamente horrible.

Tal vez para su mente animal estuvo bien lo que hizo y no mereció un castigo, el golpear al menor de los Raiden solamente por unas palabras toscas y molestas hacia su persona y su amiga mereció un crédito, su instinto le decía que debía proteger.

Aunque su parte racional le decía que estuvo mal, no debe golpear a lo que son "sus compañeros" y debe de mantener la compostura, debió de haber ignorado sus palabras como le dijo su amiga, pero sus caninos y garras opinaron distinto.

Y aquí se encuentra, en detención por iniciar una pelea y enviar al de cabellos morados a enfermería. ¿Que iba a saber el que el menor iba a ser tan débil de cuerpo pero tan hábil de mente? Era un manipulador nato, que logro llevarlo a detención y quedar libre el.

Que horrible.
Se quedo mirando esa puerta cafe oscuro, se debatía si entrar o huir, sabe que no esta bien desobedecer pero no quería ver el rostro de los demás que estén castigados.

—Joven Gorou —llamo una voz, miro hacia atrás para encontrarse con un maestro— No era necesario esperarme, pudo haber entrado.

El maestro abrió la puerta que tanto tiempo se quedo mirando, estaba confundido ¿era el único? Ahora no sabe si sentirse mejor por no tener que ver algún rostro de un delincuente juvenil o mal, por que es el único delincuente juvenil. Entro en el salón, mesas perfectamente alineadas y limpias, la luz de las ventanas y el fresco aire.

—puedes sentarte donde quieras, estarás aquí por aproximadamente una hora, en ese tiempo estarás haciendo este examen —le paso unas hojas y se sentó en el escritorio.

El canino recibió aquellas hojas y se dirigió a la mesa de atrás del todo, pensó que el maestro diría algo pero no fue el caso, saco un bolígrafo y se dedico a rellenar esa hoja.

Al cabo de unos diez minutos se escucho un ligero golpe en la puerta, el hombre mayor fue a abrir esta encontrándose con un chico de cuernos rojos y cabellos blancos largos, alto y con una sonrisa nerviosa.

—Arataki, llegas tarde —menciono el docente.

—¡Si...! Bueno... había... un... gatito sobre un árbol que no podía bajar... y yo como... ¡como buena persona que soy lo baje! —dijo con una gran sonrisa, eso dejo pensando al canino.

¿Si se supone que es buena persona entonces que hace aquí?

—¿se te paso el autobús? —el maestro volvió al escritorio mirando al chico que seguía parado, este asintió algo apenado— lo suponía, ten —le entrego los papeles del examen— siéntate donde quieras.

El de cabello largo acato la orden y se sentó dos mesas lejos del castaño, le miro y le dio una pequeña sonrisa como un saludo, las orejas del castaño se movieron en una especie de respuesta.

El de cabello largo acato la orden y se sentó dos mesas lejos del castaño, le miro y le dio una pequeña sonrisa como un saludo, las orejas del castaño se movieron en una especie de respuesta

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