2. La psicomaga

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Harry y Ron estaban nerviosos por su castigo, según Fred y George era una tortura, pero según Neville era un amor, así que no estaban seguros en quien creer, dudaban que Snape los hubiera enviado a una castigo donde la mujer fuera un "amor" así que solo les quedaba esperar la tortura.

Ni siquiera sabían que esperar, debido a que a la mujer se le veía pocas veces en el gran comedor, su silla vacía en medio del profesor de Pociones y el de defensa, así que no podían hacerse una idea, luego de su última clase del día, ambos chicos caminaron lentamente hasta el despacho de la mujer, justo afuera de la puerta se miraban con una mueca, no querían tocar, pero como si alguien hubiera leído sus pensamientos, la puerta se abrió revelando a una mujer castaña, llevaba una túnica de color vino, era alta y su piel estaba un poco dorada, como si hubiera pasado tiempo bajo el sol, no se veía intimidante, sus ojos dorados mostraban calidez, pero Harry no juzgaba su apariencia, quien sabe si era igual de intimidante que su profesora de transformaciones, ella los miró y sonrió divertida.

—Hola chicos, pensé que no llegarían —se hizo a un lado—. Adelante.

Ambos chicos entraron lentamente mirando alrededor, su despacho estaba iluminado y daba una sensación de calidez, Harry si hubiera tenido que comparar esa calidez con algo, sería hogar.

—Bueno me presento —la mujer los mira mientras les señala las sillas delante de su escritorio—. Mi nombre es Hope Lupin, soy psicomaga. ¿Saben que es eso?

Ambos chicos negaron.

—Una psicomaga es una persona que ayuda a una gran variedad de pacientes y puede darles tratamiento a numerosos tipos de problemas. También ayudan a enfrentar situaciones estresantes, a curarse de adicciones, a controlar enfermedades crónicas y eliminar los obstáculos que nos impiden alcanzar nuestros objetivos —sonríe—. Mi trabajo es preocuparme por la salud mental de los estudiantes.

—¿Los torturas mentalmente? —Ron chilló con una cara de horror y ella río levemente.

—No, claro que no ¿Quien te dijo que ibas a ser torturado?

—Mis hermanos —traga grueso.

—Bueno, parece que Fred y George te mintieron, lo único que vamos a hacer hoy es a hablar.

—¿Hablar? —Harry la miró de manera sospechosa.

—Así es, quiero escuchar lo que sucedió hace un mes.

Ambos chicos se miraron entre ellos, Ron parecía enfermó, así que Hope llamo a un elfo que trajo té y galletas.

—No estén asustados, esto no es un castigo —dijo ella mientras revolvía su té.

—Pero el profesor Snape dijo que esto era su castigo —Ron la mira.

—Debí suponerlo —rueda los ojos—. Merlín lo ayude a decir que esto no es una tortura —bufa—. Odia hablar.

—Ah, por eso lo dice —Harry asiente entendiendo.

—Exactamente, yo no diré nada, solo escucharé, además de claro, tomar algunas notas, pero tranquilos, que esto, a menos que sea algo absurdamente grave, no saldrá de aquí.

—¿No recibiremos otro regaño? —Ron ladea la cabeza.

—Para nada.

Así fue como empezaron a contar lo sucedido, desde el andén bloqueado hasta como el sauce boxeador golpeó el auto, mientras tanto, Hope tomaba apuntes de todo lo que hablaba resaltando algunos puntos.

—Entiendo —asiente y los mirá—. Bueno, creo que con el castigo que la profesora McGonagall les impuso tendrán para aprender la lección.

—Sí —Ron hace una mueca—. Pero rompí mi varita, eso ha dificultado todo el doble.

—Tienes razón —Hope asiente—. Déjame ver qué puedo hacer con eso ¿Si?

—¿En serio? —los ojos de ron brillaron esperanzados.

—No prometo nada, pero lo intentaré —le sonríe y toma un pergamino—. Ahora, van a ir con Madame Pomfrey y le darán este papel —se lo extiende a Ron—. Y eso sería todo —sonríe—. Si necesitan hablar de algo en cualquier momento, mi puerta está abierta y soy buena escuchando —se levanta y los guía a la puerta.

Los chicos sonríen y se despiden antes de alejarse, Hope sonríe y vuelve a su oficina.

—No fue para nada un castigo —dijo Ron sorprendido.

—Tienes razón —Harry asintió—. Se sintió cómodo hablar con ella y no fue nada intimidante.

—¡Lo sé!

—Ojalá ella nos hubiera encontrado esa noche —Harry suspira mientras suben a la enfermería.

—No estaríamos tan castigados —niega y entra a la enfermería.

—Señor Potter, Señor Weasley, ¿Ya están heridos?

—Hola madame Pomfrey —Harry le sonríe—. En realidad no.

—La psicomaga te envía esto —Ron le extiende el pergamino y ella lo tomá, lo lee y asiente.

—Bien chicos, necesito que cada uno se siente en una camilla, esto será rápido.

Los chicos obedecieron rápidamente y se sentaron en camillas seguidas, Madame Pomfrey movió su varita cerrando cada una y la ropa de los chicos se transformaron en una bata de enfermería que los hizo tapar su trasero.

—Bien señor Weasley, no se mueva —movió su varita y un pergamino apareció a su lado, lo revisó rápidamente y asintió satisfecha—. Todo en orden —transformo la bata de nuevo en su ropa y Ron la miró impresionado.

—Genial.

—Ahora usted señor Potter —Pomfrey movió su varita y al igual que con Ron apareció un pergamino, lo preocupante fue el tamaño de este, le dio una mirada y frunció levemente el ceño, movió su varita de nuevo y Harry empezaba a ponerse nervioso.

—¿Hay algo mal?

—En realidad señor Potter, ¿Como se fracturó la muñeca? —vio al chico palidecer y la preocupación se instaló en su rostro.

—Me caí, fue hace algunos años, un accidente —juega con sus manos nervioso y Madame Pomfrey prefiere mantener el silencio, transforma su bata de nuevo en sus ropas habituales y abre la cortina.

—Ya pueden bajar a la cena.

—¿Madame Pomfrey?

—¿Si Señor Potter?

—¿Para que era eso?

—Era un hechizo para saber si estaban heridos, por su pequeña aventura de ayer debíamos cesiorarnos que estuvieran bien. No hubieron heridas actuales, así que pueden retirarse —aunque su voz sonaba distraída los chicos le tomaron la palabra y se alejaron, Poppy se apresuró a la chimenea y tomando los polvo flu, dijo fuerte y claro—. Oficina de Hope Lupin.

PsicomagiaWhere stories live. Discover now