RELATOS CORTOS

EL LIBRO MISTERIOSO

Madeline era una chica corriente. Vivía en una pequeña casa de un pequeño pueblo. Pasaba las tardes leyendo y se quedaba en su cuarto siempre que podía.

Como era de esperar, no tardó mucho en terminar de leer todos los libros de su estantería así que un día tuvo que salir de su humilde morada y dirigirse a la pequeña y descuidada biblioteca del pueblo. Era un sitio antiguo y misterioso. Madeline nunca había entrado, pero ese edificio le transmitía un ambiente extraño.

Una vez allí, los cientos de libros dejaron anonadada a la joven. Los estuvo mirando todos, decidiendo cuál leería. Todos eran interesantes, sin embargo, hubo uno que captó su atención. Un libro viejo decorado con finos grabados de enredaderas doradas yacía en la parte superior de un estante. Madeline se acercó al libro, decidida a cogerlo.

En ese momento, una oscura y fría silueta se acercó a la chica haciendo crujir el suelo de madera bruscamente. Al notar que estaba cerca, Madeline se giró asustada y vio a un joven con cara de preocupación.

Era el bibliotecario, Dante Cox. Este le advirtió que no podía tocar ese libro, ya que si lo hacía, una espeluznante maldición caería sobre ella. Madeline, pensando que el joven solo quería asustarla, se giró y cogió el libro.

En el mismo instante en que la muchacha tocó el libro, las ventanas de la biblioteca se abrieron con un gran estruendo. Una gran ventolera entró haciendo que los libros cayeran de las estanterías.

- Te lo dije, chica incrédula. Has tocado el libro y ahora la maldición del bosque te perseguirá.

Él le había prevenido sobre el libro. Ahora ya era demasiado tarde. Salió de la sala lo más rápido posible y dejó a Madeline con aquel misterioso libro entre sus manos.

La chica se quedó pensando en lo que había hecho. Aquel viento podía haber sido casualidad, las ventanas abriéndose de golpe podía haber sido una casualidad, pero sentía que algo no iba bien, y aunque una parte de ella deseaba dejar aquel libro allí y salir corriendo, la otra quería leerlo y descubrir a qué se refería el chico con "la maldición del bosque".

Al llegar a su casa, subió rápidamente a su dormitorio, deseando leer el misterioso libro. Saludó a sus padres, cogió algo de comer y se encerró en su habitación. Leyó hasta terminar el libro y quedar dormida.

Pasadas unas horas, notó que algo tocaba su brazo y despertó. Quedó paralizada cuando vio que del libro salían unas enredaderas que cada vez eran más largas. Cuando pudo reaccionar después del susto, cerró el libro, lo cogió e intentó romper las enredaderas. Observando que no podía, lo metió todo en una bolsa y fue corriendo a la biblioteca. Cuando Dante observó que era Madeline no quiso abrir la puerta, pero contempló que las plantas empezaban a salir de la bolsa y finalmente la dejó entrar.

- Te advertí de ese libro y no hiciste caso. Ahora el pueblo desaparecerá debajo de todas esas enredaderas y... - Madeline le interrumpió rápidamente.

- ¿Qué puedo hacer para romperla?

El Dante le explicó que no se sabía el origen del libro, pero la leyenda decía que había una solución:

- Lo primero que tienes que hacer es adentrarte en el bosque y buscar el fresno más alto de todos. Cuando lo encuentres necesitas cortar algunas ramas para hacer una hoguera. Asegúrate de tirar el libro al fuego.

- ¿Solo eso?

- No. Mientras el libro se quema, tienes que decir en voz alta el conjuro que hay en la última página.

Madeline miró el libro y vio que las plantas que salían del libro impedían ver la página del hechizo.

- ¿Qué puedo hacer? He intentado cortarlas, pero son demasiado gruesas.