37. "Pintando nubes"

Start from the beginning
                                    

Estando en el pasillo, y sin aviso previo, siento un tirón sobre mi brazo y mi cuerpo hacia una dirección sin darme tiempo a reaccionar, y en instantes todo está oscuro. Cuando escucho una segunda respiración, mi cuerpo se alarma y me quedo estática, estoy dispuesta a gritar a modo de auxilio cuando una mano cubre mi boca mientras me aprisiona contra un muro. Las luces se vuelven a encender, y deja al descubierto la identidad del sujeto extraño, que retira su mano y me sonríe abiertamente.

—Jason...

—Hola, nena.

Puedo ver su cara a centímetros de la mía, iluminada por la luz del área de lo que parecía ser el cuarto de limpieza. Llevo una mano a su rostro, el cual no había podido sentir en días, y la espera había sido realmente eterna pues sus ojos se cierran ante mi toque. Y ahora solo lo que quiero hacer es besarlo e irme con él a donde nadie nos encuentre.

— ¿Cómo estás?

—Han sido días difíciles sin saber de ti. Me tenías preocupada.

—Hemos tenido peores —sonríe, y no puedo evitar que una sonrisa se dibuje en mi rostro. Me sentía emocionada de saber que estaba bien, que mi mamá había cumplido la promesa de no seguir con la denuncia en su contra, a pesar de que tuviera que prometer que me alejaría de él.

—Tenía miedo de no volverte a ver.

—Oye, cariño, aquí estoy. No tienes nada de que temer. Ya te he dicho que no vas a librarte de mí tan fácil.

Me saca una sonrisa, las lágrimas se acumulan dentro de mis ojos. Coloca sus manos a ambos lados de mi cara y me besa, haciéndome sentir que el tiempo que estuvimos separados realmente se sintió una eternidad. Se aleja de mí cuando necesitamos coger aire, y aprovecho para unir nuestros labios de nuevo, con desesperación, pasando mis manos hacia su cuello y de ahí a su cabello, aprisionándolo contra uno de los estantes del pequeño cuarto, con la suficiente fuerza para tirar unos limpiadores de la repisa, provocando ruido. Suelta una pequeña risa y cubro su boca con una de mis manos, callándolo.

—Me tenías muchas ganas, señorita Butler —murmura, con una sonrisa burlona.

—Cállate —lo jalo de nuevo hacia mí, besándolo con más intensidad. Lleva sus manos hacia mis muslos y aprovecho para enredar mis piernas en su cadera, dejando escapar un pequeño gemido cuando me pega contra la puerta.

—Te extrañe demasiado —susurra, dejando de besarme.

Pero al parecer estaba demasiada nublada por la lujuria, ya que respondo, casi arrancando los botones de la camisa que traía puesta, aún con mis piernas enredadas en sus caderas: —Cállate.

Cuando procedo a besarlo de nuevo, se detuvo, mirándome sonriente, con el cabello despeinando y sin camisa.

—Solo me quieres para eso —me susurra, burlesco, con ligera indignación falsa—. Te amo —siento ganas de golpearlo y responderle, pero él me calla, volviéndome a besar, dejando que todo lo que sentíamos en ese momento fluyera, después de tanto.

*

—¿Por qué no me habías buscado? —le pregunto, mientras veo como abrocha los botones de su camisa. Pasa una mano por su cabello revuelto, peinándolo hacia atrás y luego se sienta conmigo en el suelo, recargando su espalda y su cabeza en uno de los estantes.

—Lo siento, no era mi intención preocuparte. Se me hizo demasiado arriesgado, necesitaba que las cosas se calmaran un poco en tu casa —con una mano agarra uno de los mechones de cabello y lo pasa detrás de mi oreja—. Por cierto, ¿Cómo va todo?

—Bueno... Le prometí a mamá que me alejaría de ti a cambio de que retiren las acusaciones en tu contra.

Bajo la vista. Con una de sus manos toma mi mentón y me obliga a mirarlo.

Segundas Oportunidades -  Segunda parte "El destino ya estaba escrito"Where stories live. Discover now