Tenporada 5: episodio 17

23 1 0
                                    

Ha pasado una semana desde nuestro "primer encuentro" si es que se le puede llamar así. Yo he intentado actuar con normalidad, pero cada vez que tiene la oportunidad, Draco me agarra de la mano y nos besamos como unos condenados, fuera del alcance de cualquiera.

Esta vez estoy con Susan y Sarah en la biblioteca, estudiando . Los TIMO'S se acercan cada vez más y tenemos menos tiempo para estudiar que antes, con todo lo de las clases secretas y asistir a las de verdad.
-Helena ¿sigues con nosotras?-pregunta Susan, moviendo las manos enfrente mía para hacerme reaccionar-Te has quedado pasada.
-Sí, lo siento. ¿De que hablábamos?
-Pociones.-suspira.-Creó que Snape hará que el examen sea imposible, conociéndolo. Buscará cualquier elixir que sea complicado y que solo algún Slytherin consiga hacer.
-Venga ya, Susan. Snape no puede ser tan malo-protesto, defendiéndolo.
-¿Malo? No, es peor. He oído que ha conseguido suspender a toda una clase simplemente por pura satisfacción.
Bufo frustrada. Quiero a mis amigas pero odio cuando juzgan a alguien por como enseña que es. No a todas las personas les resulta fácil mostrarse tal y como son.
-Creo que ya he tenido suficiente por hoy-suelta Sarah, cerrando el gran libro que estaba releyendo-Me voy a la sala común.
Antes de que se levante, Susan hace un amago para que la espere. Me dirige una mirada y yo le sonrío para que prosiga su camino.

Me dejan sola. Se que estaría bien ir y disfrutar el tiempo que me queda pero prefiero seguir estudiando al menos una hora más. Sinceramente, Herbología este año va a acabar conmigo.
De repente siento un brazo alrededor de mi cintura y el aliento de alguien conocido en mi nuca. Su olor nunca pasa desapercibido.
-Hola...-susurra en mi oído, con esa voz que sabe que me vuelve loca-...llevas horas estudiando. ¿No te apetece un descanso?
Su mano sube hasta meterse por debajo de mi camiseta y acariciarme tiernamente la columna vertebral. Lo freno antes de que llegue a mas.
-Draco...para-lo alejó lentamente. Se sienta en la silla contigua a la mía y me mira preocupado.-Tengo que concentrarme en esto.
Respiro hondo y lo miro. Sonrío y cojo su mano, entrelazando mis dedos con los suyos. Los anillos que siempre lleva puestos rozan mis dedos, desnudos y hace que me estremezca.
-Tranquila, conseguirás superarlos. Estoy seguro-me asegura seguro que si.
Sonrío de lado pero me doy cuenta de algo. Elevó la mirada extrañada.
-¿Tú has empezado a estudiar?
-No.
Casi me da un ataque al corazón, estamos a tan solo un mes de los exámenes. ¿Cuando piensa empezar?
-Pero...están a la vuelta de la esquina y....
-No lo necesito puedo fardar de que tengo una gran capacidad para almacenar información.
Entorno los ojos lanzándole una mirada amenazante pero el sonríe y agarra mis manos.
-Salgamos de aquí.
-¿Estas loco? Necesito seguir estudiando. Mi mente no almacena mucho contenido desde hace meses-bromeo.
-Te prometo que merecerá la pena-susurra acariciando el dorso de mi mano. Su mirada me suplica por qué lo siga, pero mi mente me pide lo contrario.
Por una vez, decido dejarme llevar y hacer algo alocado, sin tener miedo a las consecuencias. Cierro el enorme libro polvoriento y me giro hacia el con una sonrisa.
-Eso espero.

Draco me arrastra hasta el campo de quidditch, donde todavía hay alumnos de cursos superiores entrenando e incluso los equipos de las casas. Los torneos de quidditch, están a la vuelta de la esquina.
Los observo realizar una tras otra maniobra con la boca abierta, siempre he tenido gran interés en este deporte pero nunca he sentido la necesidad de probarlo.
El Slytherin tira de mi mano hasta que nos colocamos justo al lado de una de las escobas. No es la suya. Una Nimbus 2000 es reconocible en cualquier lugar, pero esta está desgastada por el uso e incluso puedo ver los hilitos que cuelgan desde la parte delantera.
-¿Confías en mi?
-Todavía estoy viéndolo.
El hace una mueca y me pega a su cuerpo como si pesara lo mismo que un palillo. En un abrir y cerrar de ojos nos encontramos surcando los cielos de Hogwarts. El dirige la escoba mientras yo me agarro a su cintura.
-¿Qué crees que estás haciendo? ¿Robando una escoba de la escuela?
Draco se ríe.
-Eso, exactamente eso.
Acelera haciendo que me pegue aún más a él. Hago mi agarre más fuerte en su cintura, puedo sentir como se tensa bajo la túnica y me hace sonrojarme. Escondo mi cara entre su ropa.

Volamos más o menos media hora más hasta llegar a un precioso paisaje. Es un prado de color verde con algunas flores de color lila. Las reconozco, es lavanda, mi flor favorita desde que era muy pequeña. Su olor es incomparable con ningún otro y su tacto es suave.
No quiero quitar los ojos de este majestuoso paisaje.
Poco a poco, Draco desciende a tierra firme. Bajamos de la escoba y me acompaña hasta que se sienta en un lugar específico del prado. Me dejo caer a su lado
-¿Por qué me has traído aquí?-le pregunto girando la cabeza hacia el.-Es decir, no me estoy quejando, ni nada parecido pero me parece extraño que me saques de la biblioteca para traerme, literalmente, al lugar de mis sueños-bromeo.
-Solía venir aquí cuando era más pequeño. Toda mi familia se reunía y comíamos dulces y pasteles. Era un día de celebración y fiesta por qué estábamos todos juntos.
-Eso es muy bonito, Draco, pero ¿hay alguna razón por la que no sigáis haciéndolo?
-Es complicado, la vida nos ha cambiado a todos. Algunos de ellos emigraron a otros países durante la primera guerra mágica, otros se desvincularon de la familia, nosotros crecimos y dejamos de pensar en venir a jugar al prado y otros...otros simplemente murieron.
Me quedo atónita. No es la primera vez que Draco me cuenta algo acerca de su pasado, pero nunca había sido algo como esto, una cosa tan intima. Me alegra a la vez que me asusta. Me alegra que lo comparta conmigo pero al mismo tiempo me asusta por qué no se por qué razón lo hace.
-¿Por qué haces esto? ¿Por qué me lo cuentas?
El sonríe y coge un mechón de mi pelo antes de enroscarse lo en uno de los dedos.
-Por que quiero que me conozcas, tanto como yo quiero conocerte a ti.
Esta frase significa mucho más para mi de lo que él puede imaginarse.
-Tú y yo ya nos conocemos.
-No me refiero a eso, Helena. Quiero conocerte, pero conocerte de verdad. Saber lo que te gusta y lo que no. Como puedo ayudarse a reír o como puedo consolarte cuando lo necesitas. Quiero saber anécdotas de tu infancia igual que tus malas rachas. Quiero saber de ti.
No puedo evitar esbozar una sonrisa. Draco me atrae hacia él y encaja su boca en la mi. Suspiro lentamente. Llevaba queriendo hacer esto desde que hemos llegado.
Dejo que me coloque es su regazo mientras yo me concentro en despeinar su peinado, perfectamente fijado con gomina. Él acaricia mi espalda lentamente, lo que me provoca escalofríos de excitación.
Lo deseo
-Sabes muy bien, ¿lo sabias?
-No la verdad, no tenia las más mínima idea-añado con una sonrisa-pero supongo que tú también.
Draco me estruja entre sus brazos.
-Esto está bien. Tan solo tú y yo y el mundo en silencio. ¿No crees?
-Sí. No necesitamos más.
-Solo el uno al otro.
Y seguido de esto volvemos a fundirnos en un tórrido beso.

Volvemos al castillo a la hora de la cena. A Draco lo llama Snape a su oficina, supongo que sobre cierta escoba robada.
Me dirijo a mi habitación con una gran sonrisa y como si estuviera caminando sobre algodones cuando la voz de Ron me sobresalta.
-¿¡Se puede saber dónde estabas?!
Me llevo la mano al pecho y trato de calmar el susto.
-Por Merlín Ron, tienes que dejar de aparecer de esta manera-exclamo, calmándome-He estado estudiando en la biblioteca ¿por qué?
-No estabas allí, fue el primer lugar donde fui.
-¿Probaste a entrar? Normalmente es donde suele estudiar la gente.
-¿Donde has estado? Es importante-repite la misma pregunta.
No puedo decirle que he estado con Draco en....ni siquiera sé donde hemos estado pero no puedo contarle, bajo ningún concepto que he estado con el. Ron pondría el grito en el cielo. Así que recurro a la mentira.
-Fui a la lechuceria, quería enviar un mensaje a casa pero como de costumbre, Herol nunca está cuando se le necesita-suelto lo primero que se me ocurre-¿Por qué? ¿A pasado algo?
Mi hermano cruza los brazos, sin creerme pero responde a mi pregunta.
-Es Sirius, se ha comunicado con nosotros.
-Espera ¿Qué? ¿Cómo?
-Por la chimenea, tenía hasta su propia cara. Pero sabes que, mejor que lo veas por ti misma.
Ron me guía hasta la sala común fe Gryffindor, paso más tiempo aquí dentro que en mi propia sala común.
Harry y Hermione ya están aquí.
-Espero que tengas una buena excusa.
-Los reproches después, por favor. ¿Qué ha pasado?
Esta vez es Harry quien responde.
-Obsérvalo tu misma. Quiere hablar contigo.
Me acerco a la chimenea. Me sorprendo cuando distingo la cara de mi padre entre las brasas, me sonríe y su característico bigote se eleva un poco. Luego tose un par de veces, echando chispas.
-Querida Helena, me alegro de verte cariño.
-¿Papá? ¿Tú has hecho este hechizo?-le pregunto atónita aunque ya se la respuesta.-¿Que es lo que necesitas?
-He venido para avisaros. Hay gente en el castillo que no quiere que salgáis de él. Quieren manipularos para que hagáis lo que ellos quieren, no quieren enseñaron a pensar.
-¡Gracias!-exclama Hermione con los brazos en la cadera.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Debéis cuidaros las espaldas y no confiar en nadie más que vosotros cuatro. Nadie más importa.
Creo que está parte va dirigidas específicamente para mi pero es imposible que lo sepa ¿verdad?
-¿De quien no debemos fiarnos? ¿Quien nos la está jugando?-pregunto de nuevo pero antes de que mi padre pueda responder unos pasos se escuchan a lo lejos y en un abrir y cerrar de ojos, su rostro desparece de entre las brasas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 27, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La elegida (Hogwarts)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora