˖۪⸙͎ Diez ˖۪⸙͎

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La tan anhelada navidad llegó, la gran mayoría de niños emocionados por sus regalos, mientras que dos chicos estaban felices de poder cambiar su futuro, por poder llevar acabo su plan para detener un asesinato.

Los cuatro chicos se reunieron en aquella iglesia, estaba completamente vacía y todo a su alrededor estaba cubierto de nieve, dejando una imagen un tanto celestial por la cantidad de blanco a su alrededor, lamentablemente no quedaría así por mucho tiempo, pues estaba a nada de mancharse con la sangre de lo que fácilmente podrían llamarse pecadores.

—takemichi, se que derrotar a taiju es importante— hablo chifuyu acercándose al mencionado— pero si solo puedes persuadir a hakkai, eso debería cambiar el futuro, cuento contigo— termino

—¡Yo me encargo!— respondió para seguidamente encontrarse con aquel chico

Bien, supongo que tengo que quedarme con estos idiotas

A penas se dió la vuelta para encontrarse con los otros dos chicos, un puño se estampo en su rostro, había logrado mantener el equilibrio e intento escapar de los golpes de hanma. No tenía que ser un genio para darse cuenta de que los habían traicionado.

—chifuyu, ¿tus padres nunca te dijeron que no te debes meter en una pelea entre hermanos?— soltó el más alto con un tono burlón

—¡ustedes hijos de perra!— grito mientras intentaba ir a dónde takemichi

Talvez pueda contra kisaki pero no estoy seguro de hanma, kazutora dijo que era fuerte

ni se te ocurra escapar, pequeña mierda

Hanma intentaba acabar con matsuno pero este solo necesitaba llegar a dónde estaba su compañero, intentando no ocupar su energía en los golpes, solo los lanzaba cuando los creía necesarios e intentaba esquivar la mayoría de los que el otro le tiraba. Por más que lo intento, al final termino con varias heridas, amarrado a uno de los pilares de aquella capilla y con una cinta en su boca.

dios, realmente diste pelea bastardo— se quejo shuji

—¿Enserio? El mayor pecador que he conocido, ¿Se atreve a mencionar a dios?— cuestionó el de lentes

—claro, estamos en una iglesia, ¿no se supone que ese hombre es al que más se le aprecia aquí?— hablo burlón

—eres un perfecto hipócrita— sentencio el otro

Ambos se fueron del lugar dejando solo al más bajo, que simplemente escucho la risa de su contrincante a lo lejos.

Maldición, tengo que soltarme de una vez

Estaba forcejeando con la tela que estaba alrededor de él y luego de varios intentos pudo liberar su brazo derecho, quitó la cinta de su boca y se felicito por haber llevado su teléfono escondido entre sus prendas pues en este momento lo ayudaría y mucho.

Tomando el aparato en su mano le marco a mitsuya, le explicó la situación y cuando colgó la llamada nuevamente intento soltarse sin éxito alguno. Hasta que después de varios minutos el mayor llegó a liberarlo

—¿Así que hanma te amarro?—

—Si, ese hijo de perra, ¡quiero matarlo!—  Soltó con rabia mientras se levantaba

—¿pudiste liberar tu brazo pero no te pudiste liberar?— cuestionó

—en mi defensa, no alcanzaba el nudo— explico —pero eso no es lo importante, tenemos que ayudar a hakkai—

Luego de esa pequeña conversación ambos fuero a dónde estaban los hermanos  junto a takemichi. Al llegar lo primero que aparecieron fue la imagen de la hermana con una navaja en mano y el rostro manchado de sangre.

𝐂𝐚𝐦𝐞𝐥𝐢𝐚𝐬 𝐑𝐨𝐣𝐚𝐬  + ﹁ ᵏᵃᶻᵘᶠᵘʸᵘ ﹂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora