Un pitido, un pitido largo y constante. Eso es lo último que se escucha en un quirófano cuando el corazón deja de latir. Un sonido que pone los pelos de punta y que llena el silencio de la sala. Un pitido que suena cada vez que besamos a la persona...
-Ya veo.. ¿te importa que cambiemos de lugar? Tengo una mejor idea
-Mmm, no. No hay problema.. solo tendré que llamar para cancelar. No me gusta que me esperen.
-Ya me ocupo yo de eso
frunzo el ceño, ¿a donde quiere ir?
-Soy intolerante a la lactosa y no es el mejor lugar para cenar en mi situación-ya entiendo-
-Vale, no hay problema- aunque creo que hay comida que no lleva lactosa-
Sin darle más vueltas al tema saca el móvil de su bolsillo –
-Supongo que tendrás tu coche aparcado
-Exacto
-Si quieres puedo llevarte en el mío, por los zapatos-señala mis pies y asiento-
No me apetece conducir así que la oferta me parece perfecta
-Tengo para cambiarme, pero si insistes no hay problema , luego me dejas ahí y ya..
Sonríe y llama a alguien por teléfono
-Estoy en la puerta..bien -cuelga y lo guarda- ¿vamos?
Confundida por su conversación asiento y salgo delante de el. Como no estamos en la puerta de empleados no me despido de ningún guardia y me paro para estar a su nivel y seguirlo a su coche. Pero sorprendiéndome se para. Un rato después un coche elegante negro se para ante nosotros
-Vamos..
Conmovida por la situación me agacho un poco observando el coche y miro a quien conduce
-Evelyn..-me llama el señor Mayer y me asusta- ¿entra?
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Señala el interior del coche mientras mantiene la puerta abierta
-Si
Con un hilo de voz le respondo y me acerco a él para entrar. Cierra la puerta y segundos después se sienta al otro lado junto a mi
-¿Hay algo que no te guste de comida?-frunzo el ceño sin entenderlo- por el restaurante
-¡Ah! No, me gusta todo por lo general
-Bien-sonríe y mira hacia delante- Mario, a donde siempre
-Si señor
El hombre arranca y nos ponemos en marcha. Miro por la ventana de mi lado, ya ha anochecido y ya son las nueve. Odio el invierno y que anochezca tan pronto...
Un rato después para junto a un edificio en el centro de Madrid
-Espera aquí-lo miro con el ceño fruncido y sale del coche-
