Día 7: «Ronroneo alfa»

1.8K 262 37
                                    

Fue un accidente

————— [ • • • ] —————

Aquel bajo sonido de corta duración bastó para dejarlos a ambos más tiesos que estatuas de piedra. Lan Zhan parecía ni siquera respirar, mientras Wei Wuxian deseaba teletransportarse al sitio más remoto del planeta tierra y perecer ahí.

No quería hacerlo, de verdad no quería hacerlo, fue un maldito accidente.

Pero con eso el alfa supo que había bajado demasiado sus barreras.

Todo comenzó esa misma tarde, cuando Wei había arribado a Muelle de Loto, en su viaje mensual a Yunmeng Jiang; a un par de meses de dar inicio a su entretamiento de control y purificación con Wangji, los Lan, considerando su buen comportamiento, le habían permitido algunas cosas como dinero o salir a dar pequeños paseos a la ciudad, uno de esos beneficios fue poder ir a visitar a su familia una vez al mes, acompañado de Zhan, claro está.

Y ahí es donde se había desatado el problema.

Cada mes, puntualmente, aparecía en Muelle de Loto, y cada mes, igual de puntual, le acompañaba Yanli junto a su bebé y su esposo. Uno pensaría que el problema radicaría en este último, pero, sorpresivamente, esta no era la ocasión, pues luego de una acalorada discusión con el heredero Jin, donde hubo golpes incluidos, uno de esos puñetazos había terminado en la delgada mejilla del pobre Jiang Ning, quien se metió para proteger al pequeño Yuan que, alterado, lloraba aferrado a una de las piernas de Wuxian; aquel accidente no solo enfureció a su hermana Qing, sino también al mismísimo líder de secta Jiang Wangyin, quien ni corto ni perezoso le atestó un buen golpe a cada uno, y les sentenció con prohibirles la entrada a Muelle de Loto si volvían a hacer una escena.

No, el problema no fue Zixuan, en realidad fue todo lo contrario: Hacía unas semanas Ning había tenido a su primera hija con Cheng, pero el cuerpo siempre débil del omega le había jugado en contra, casi llevándolo a la muerte otra vez; Wangji se había ofrecido a tocar el guqin para ayudarle a sanar un poco, mientras Yanli cocinaba y Qing preparaba medicamentos. Su hermano, estresado por el pobre estado de salud de su esposo, se había mantenido trabajando en el ala de enfermería, luciendo agotado y al borde del colapso psicoemocional.

Eso dejaba a Jin y Wei a solas, a cargo de tres bebés que definitivamente Wuxian no sabía cuidar.

Caminaron por la ciudad, Zixuan sostenía a la pequeña Jiang Bao con una delicadeza que Ying nunca creyó ver en él, mientras el propio Wei traía a Ling en un brazo y a Yuan de la mano, ambos disfrutando de una rebanada de melón que les habían comprado. Conversaban sobre cosas triviales, molestándose de vez en cuando con estupideces y riendo entre la amistosa discusión. Casi al anochecer decidieron meterse a una fonda, tomando asiento en una de las mesas exteriores, ya que la tarde era sumamente calurosa ese día.

— No puedo creer que le lanzara piedras, no puedo imaginármelo— se burló Wuxian, limpiando la mejilla de un adormilado Rulan, quien era fuertemente abrazado por Yuan.

— No fue solo eso, se puso histérica gritándole a la mitad del patio que era un desgraciado, jamás la había visto tan alterada, ni siquiera pensé que fuera posible— continuó Zixuan, frotándose el rostro con su mano libre.

— Por eso todos creen que es una omega— comentó Wei encogiéndose de hombros— ¿Lanzó las piedras con la mano?

Con un maldito arco, Wei Wuxian, tiene la mejor puntería que he visto, le abrió la cabeza al guardia enviando los proyectiles de un lado a otro del jardín, y te recuerdo que el jardín de mi madre es enorme

Dormir en tus brazos | XianWangحيث تعيش القصص. اكتشف الآن