Problemas En El Paraíso

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-Niña o andas ya o llegamos tarde-se quejó Joan al ver que Esmeralda no se movía.

-Si, si, ya voy-dijo la joven echando a andar.

Los tres componentes del circo su subieron en el coche de Joan. Vladis y el chico se enfrascaron en una interesante conversación mientras que Esmeralda miraba pensativa por la ventanilla.

-Nena, ¿estás bien? Parece que has visto un fantasma-dijo la rusa al ver mal a su amiga.

-Problemas en el paraíso-respondió Esmeralda para no entrar en detalles.

Vladislava la entendió a la perfección y no insistió. Joan estaba presente y él no era conocedor de nada. Las chicas preferían mantener en secreto su pasado para así no causar más problemas.

Llegaron a un bar del centro de la capital y se reunieron con algunos compañeros. Cenaron mientras vieron el partido contra Suecia. Muchos de los componentes del circo no eran de España, pero apoyaban al país como si fuesen españoles. El partido quedó en empate dejando un mal sabor de boca, los españoles habían sido superiores, pero no había forma de que el balón entrase en la portería.

Pau había sido titular y Esmeralda cada vez que lo enfocaban sonreía. En cuanto vio al rubio no quiso ir a la cárcel a ver a su novio. Había entrado en un círculo vicioso del cual no podía salir.

Regresaron al circo y Esmeralda sin decir nada a nadie se metió en la caravana y se empezó a desnudar. Lo único que quería era meterse en la cama y acabar el día de mierda que estaba teniendo.

-Problemas en el paraíso, ¿enserio?-dijo su amiga cerrando la puerta de la caravana.

-Esta mañana he hablado con Jorge-suspiró Esmeralda.

Vladislava abrió los ojos sorprendida y miró expectante a que su amiga le contara más. La de los ojos verdes se llevó las manos a la cabeza y se aguantó las ganas que tenía de llorar. Esmeralda le contó todo a la rusa.

-¿Por qué ahora?-gritó Esmeralda-. Con lo bien que iba todo.

-Te lo dije nena. Yo lo único que te voy a decir es que te aclares. Resuelve lo que tengas que resolver con Pau y ves a hablar con Jorge. Luego ya decides lo que quieres hacer-aconsejó Vladislava a su amiga.

-Eso es ser egoísta-exclamó la pelinegra.

-Pues sí, pero no te queda otra opción-dijo Vladis sentándose al lado de su amiga.

-Me cago en mi puta estampa-gritó la acróbata.

-Cuando ya lo has enredado todo, solo tienes dos opciones. Parar e intentar desenredarlo y encauzar tu vida o seguir enredando y caer al vacío-la rusa se encogió de hombros mientras que su amiga la miraba fijamente a los ojos.

Esmeralda apoyó su cabeza en el hombro de la rusa y esta le acarició el brazo.

-Acuéstate con el futbolista, déjate llevar y vive la vida. No creo que le hagas mucho daño ya que os conocéis de tres días Esme.

-Eso es jugar a dos bandas-le reprochó Esmeralda a su amiga.

-La primera vez sí, espero que para la segunda ya te hayas aclarado-Vladislava le retiró el pelo de la cara a su amiga y depositó un suave beso en su mejilla.

Mientras tanto, Pau se encontraba en el avión de vuelta a Madrid. El empate los había descolocado. Debían haber ganado, pero no se dieron las circunstancias. Se encontraba frustrado. Habían luchado tanto que el empate se quedó corto.

Desbloqueó su móvil y buscó el Instagram de la chica que lo traía loco. Bajó y bajó por el feed de la joven acróbata hasta que se topó con una foto un tanto peculiar. Esmeralda estaba en la playa con un chico tatuado. Se estaban dando un beso y ella parecía muy feliz.

Pau se detuvo en el chico, clicó en el Instagram del tatuado y recorrió las veinte fotos que este tenía publicadas. Seis de esas fotos eran junto a Esmeralda. Lo cierto es que las últimas publicaciones juntos fueron en marzo del 2020. Justo antes de que empezara la cuarentena. El futbolista respiró aliviado, por un momento pensó que Esmeralda tenía novio.

-¿Sigues obsesionado con ella?-le preguntó Pedri sentándose en el asiento tras volver del aseo.

-Como un condenado-se quejó Pau-. Es que es como si me hubiese embrujado.

-Cuidado con la del circo no vaya a ser que esté haciendo magia negra-se burló Eric García desde el asiento de atrás.

Pau negó con la cabeza y guardó el móvil. No le gustaba hablar de Esmeralda con sus compañeros. Los futbolistas le aconsejaban que lo mejor era que se olvidara de ella, ya que no les causaba buena espina.

-Lo último que te voy a decir-dijo Eric poniéndose de pie-. Siento que esa chica tiene un alma oscura, solo hay que mirarla. Da miedo Pau-Eric suavizó el tono de voz-. Puede que sea maravillosa, pero algo oscuro guarda seguro.

Tras las palabras de Eric dieron por zanjada la conversación. A Pau le resultaba demasiado incómodo hablar de ella, sentía que sus compañeros no lo entendían.

Una vez en su habitación de Las Rozas, llamó a la joven. Pau estaba solo y quería escuchar la voz de Esmeralda. Ella no tardó en responder.

-Ya me echabas de menos rubio-dijo ella con la voz ronca.

-No te hagas ilusiones guapa. Solo quería preguntarte si querías quedar pasado mañana conmigo-Pau se rascó la nuca nervioso.

-¿Estás seguro?-preguntó la chica empleando un tono seductor.

-Si no estuviese seguro, no te lo estaría preguntando guapa-dijo el futbolista con soberbia.

-Muy bien, hora y lugar y allí nos veremos-la acróbata se mordió el labio ansiosa de que llegase el día.

-Siete y media de la tarde en el Hotel Catalonia Gran Via-dijo el del Villarreal muy seguro de si mismo.

-Allí nos veremos-dijo Esmeralda en un susurro, haciendo que una corriente eléctrica recorriera todo el cuerpo del rubio.

El silencio se hizo entre los dos, solo se escuchaba el sonido de sus respiraciones. Ambos estaban nerviosos, estaban deseosos de verse y se morían de ganas de estar juntos y de resolver de una vez por todas esa tensión sexual que les llevaba matando desde hace unos cuantos días.

-¿Te he despertado?-preguntó Pau en un intento de no tener que colgar el teléfono.

-No guapo no, estaba aquí con mi amigo el satisfayer-confesó la acróbata.

Pau se aclaró la garganta nervioso y se quitó la camiseta debido al calor que comenzaba a sentir por todo su cuerpo. La sinceridad de la acróbata no lo dejó indiferente.

-Te has quedado mudo-dijo ella muy seductora.

-Te estaba imaginando tocándote la verdad-respondió el de los ojos azules nervioso.

-¿Quieres oírme?-Esmeralda bajo su mano hasta su entrepierna y comenzó a tocarse.

Pau cerró los ojos e intentó desviar la atención. Aquella conversación lo estaba poniendo muy cachondo.

Esmeralda paró en seco y se rió.

-Bueno pues esto es solo el aperitivo de lo que te espera el miercoles-dijo ella subiéndose la bragas-. Nos vemos guapo.

A Pau no le dio tiempo a responder ya que la joven había colgado. Dejó el móvil a un lado de la cama y negó con la cabeza mientras sonreía. Sin duda alguna, el miércoles iba a ser un gran día.

...

ALTURA ▪︎ PAU TORRESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora