— Pero es Gojō sensei, y se veía realmente molesto —continuó el puberto, provocando que la maldición rodara sus ojos—. ¿Es que no viste como hizo callar a Megumi? Es la primera vez que veo una expresión tan molesta en él y, ni siquiera se veía enojado, simplemente se encontraba demasiado serio, pero es Gojō sensei-

— Gojō esto Gojō esto otro ¡Ya cierra la jodida boca! —necesitaba pensar seriamente en qué momento debía explicarlo, más debía pensar en las palabras que ocupar para hablarle al niñato porque se ve más torpe de lo que es, aunque, Sukuna pareciera tener algo de experiencia tratando ya con su primogénita, y aun así lo que le faltaba era paciencia—. Ustedes los hechiceros alardean y alardean de que el nacimiento de Gojō Satoru creó un balance entre las maldiciones y los humanos pero ¿Qué demonios? ¿Han siquiera escuchado hablar del Yin y el Yang? —otra vez Sukuna alardeando demasiado—. El maldito universo, desde sus inicios, siempre consto de dos fuerzas fundamentales completamente opuestas y, adivina que, ¡TU JODIDO PROFESOR SOLO ES UN MALDITO LADO DEL YIN Y EL YANG, NO HABLES DE ÉL COMO SI FUERA TAN ESPECIAL! —¿molesto? desde luego, su orgullo no permitía que dejaran llevar la existencia de su hija tan a la ligera.

— S-Sukun-

— ¡En un inicio, solo gobernaba el Yin! Y EL MALDITO YIN ERA REPRESENTADO POR... —su respiración se sentía acelerada, algo no iba bien con la energía maldita que recorría su cuerpo—, ¡Por...! —ni siquiera podía terminar a gusto lo que quería decir, era vergonzoso.

— S-Sukuna no me siento bien...

Era cierto, ni él ni Sukuna se sentían bien. Ese cansancio y el sudor frío, ambos tenían en cuenta que algo estaba ocurriendo con la pequeña primogénita, y los hizo entrar en pánico.

— Gojō sensei...

— Cierra la boca —ordenó el mayor—. Cierra la boca y no digas nada —su mano trémula pasó por su rostro quitando ese sudor frío, un extraño y doloroso escalofrío le recorrió la espalda mientras corría su cabello hacia atrás—. Ella sabe cómo manejarlo.

Sentía que moriría.

Se dirigía al cuarto de baño con pasos trémulos, estaría mintiendo si dijera que no chocó con varios muebles en el camino y acumuló el dolor en su cuerpo. Caminaba, con su mano izquierda sujetando con fuerza la piedra de fluorita de su collar como si de ella sacara las fuerzas necesarias para mantenerse de pie, como si sujetar aquella piedra  fuera sujetar la mano de su primera amada.

Logró llegar al cuarto de baño. Se sentó con cuidado en la tina, poco a poco se hundió  en esta hasta que el agua la cubrió hasta el cuello, y tomó un gran respiro sujetando las orillas de la tina con fuerza y dolor.

Si bien ya había pasado por situaciones similares, había olvidado lo devastador que se sentía tener un solo corazón. La brutalidad con la cual se le arrebató gran parte de su fuerza de un día para otro y sin cuidado alguno provocó que la situación fuera peor que muchas otras, tal vez a Ruther se le había pasado la mano pero no podía hacer mucho hasta estabilizarse y poder controlar los temblores de sus extremidades.

Parecía llevar más tiempo de lo que ella creía, y eso estaba comenzando a distorsionar sus planes. Si Gojō Satoru aparecía antes de lo que ella tenía previsto entonces todo se iría a la mismísima mierda. Yashiro era alguien extremadamente  calculadora, y sabía que si las cosas se atrasaban o demoraban aunque sea quince segundos entonces todo saldría completamente diferente a lo que tenía planeado en un inicio. A pesar de verse tranquila, en realidad siempre se encontraba en un constante sentimiento de ansiedad y estrés ante los planes explicados hacia sus subordinados.

The  firstborn | Jujutsu Kaisen. (Pausada)Where stories live. Discover now