Capitulo Unico.

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(TAO)

¿Qué puedo decir? Ser un Idol no es tan fácil como todos lo creen, entre programas, sesiones de fotos, entrevistas y demás cosas, todos nosotros acabamos agotados. Puede ser que esto nos traiga demasiado beneficios, pero...Cuesta, y mucho.
Tuvimos unas buenas críticas con nuestro primer MV y la verdad es que me siento muy agradecido por eso, el apoyo de las fans, la comodidad de nuestra agencia, las caras orgullosas de mis padres... valen muchísimo, resaltando más lo último. Su amor es lo que hace que pueda seguir luchando, tan cálido y dulce como el panda que ahora descansa en mi regazo.
Me encuentro en la sala de prácticas, aunque ya no se encuentran mis demás amigos, solo yo y el pequeño juguete, sentados en el piso, compartiendo un lindo momento. No crean que me ''gusta la soledad'' o cualquier cosa parecida, solo que hoy tomé la decisión de practicar un poco más. Solo para estar seguros y no cometer ningún error en nuestra presentación.
Sostuve a ''Chum'' entre mis pequeñas manos y miré sus ojos negros - ¿Debería de prepararme ahora? Creo que descansé lo suficiente -Sus orbes me devolvieron la sonrisa- Entonces... -Dejé al panda en el suelo cuidadosamente, para luego pararme y mirarlo desde arriba. Aunque solo fuera un juguete más, lo adoraba, siempre estuvo en esos momentos tristes de mi vida, y fue el único en presenciar todo.

Me dirigí hacia la grabadora que se encontraba a mi izquierda, pulsé un botón y la canción de History comenzó a sonar. Mi cuerpo instantáneamente se empezó a mover con su ritmo alegre y adictivo, concentrándome solo en la corografía y los movimientos de mis pies.

Esta vez me sentía libre, podía sentir como de mi frente caían gotas de sudor, pero no paraba. Era como una máquina, mi mente se encontraba en otro mundo, lleno de música y fans. Adoraba sentirme así, aunque lastimosamente no siempre las cosas son buenas y de pronto algo empezó a funcionar mal. Mi mundo imaginario se esfumó y solo apareció una imagen de un Tao reflejado en el espejo, con un rostro demacrado y pelo desbaratado.
Caí en la cuenta que me encontraba en el piso, y esa imagen era real.
Chum me miraba desde unos pocos metros, sus ojos no mostraban la misma felicidad de hace unas horas. Ahora se lo veía muy pequeño e indefenso, o... ¿Seria al revés? Tal vez el dueño se encuentre en esa situación ahora.
No supe cuándo, pero mis ojos se hacían cada vez más pesados, y las gotas que caían de mi frente, provocaban que no pudiera ver nada. Solo escuchar los sollozos de mi líder, a lo lejos de la sala.

(KRIS)

Un día más, ensayando en equipo, dimos lo mejor de nosotros con nuestro primer video, y gracias a la audiencia, tuvimos un avance en el grupo.
-¡Gran trabajo, lo hicieron bien! -Nos felicitaban las personas que se encontraban en la sala de ensayo con nosotros - Ya pueden irse, hemos terminado con el trabajo del día -Pude notar las caras de mis compañeros al recibir tal noticia. Se sentían aliviados, puedo jurar que si seguíamos por media hora más, no podríamos levantarnos a la mañana siguiente.
Lay fue el primero en retirarse, seguido por Chen y Xiumin. Aunque éstos últimos no entiendan mucho sobre el idioma chino, podemos comunicarnos entre nosotros con pocas palabras, las justas y necesarias. Funcionamos como un buen equipo, y la verdad es que los adoro.

Pude notar a Tao y Luhan en la otra punta de la sala, se veían serios y parecían que estuviesen reprochándose algo entre ellos. Pude notar las manitos de Luhan moviéndose rápidamente tratando de que el panda comprenda algo, a lo que el menor solo asentía con la cabeza, como un buen niño. Me sentía desconcertado, ¿Habrá sucedido algo? ¿Tratan de esconder algún misterio dentro del grupo? Necesito averiguarlo, rápido.
El más bajo se dirigía al lugar en donde me encontraba. Bingo. Aunque a juzgar por su expresión, creo que lo de detective lo dejaré para otra ocasión.
-¿Qué suc...- No me dejó terminar cuando ya tenía arrastrándome afuera del edificio, como si fuera un perro obligado a hacer caso a su dueño.
-Lo siento... - Me observó con su mejor aegyo cuando ya habíamos llegado a la calle- Es que Tao me suplicó que lo deje practicar solo esta noche, y yo sabía que no lo dejarías, por lo tanto tuve que sacarte de ese lugar lo antes posible - Antes de que pudiera reprochar algo, ya me había metido al primer taxi que se cruzó. Maldiciendo por lo bajo, miré al pequeño que esbozaba una divertida sonrisa. Sabía que disfrutaba hacerme enojar, lo sabía.

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Esto era el colmo, dos horas ya habían pasado, y no había rastro del alto panda.
Tratamos de contactarlo por celular, pero tampoco funcionaba, nos mandaba directo a la casilla de mensajes. Aish, si esto se trata de una broma, juro que lo mataré con mis propias manos.
El reloj que se encontraba en la mesita de luz, marcaban las 22:16 de la noche, cada segundo se volvía eterno, mi cabeza se había convertido en una ensalada, debatiéndose entre ir o no ir.
Pude sentir un escalofrío cuando la pantalla de mi IPhone se iluminó. Rápidamente lo agarré y desbloqué, aunque mi nostalgia aumento cuando caí en la cuenta que el mensaje era de mi mánager. Y decía que todavía no lo encontraban.
¿Qué es esto?
Si no pueden, lo haré yo.
Tomé mi abrigo de la silla, guardé mi celular en el bolsillo trasero de mi pantalón y bajé las escaleras de dos en dos. Nadie se dio cuenta cuando tomé las llaves del automóvil, por lo tanto tengo que apresurarme, antes de que alguien me descubra con las manos en la masa.

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Llegué al lugar deseado, mi corazón latía con fuerza, aunque éste paró cuando vi al panda, MI Tao, tirado en el piso.
Tendría que haber reaccionado, aunque no lo hice, solo me quedé como un idiota. Observando esa triste imagen, mi mente me empezó a jugar en contra, y pocos segundos después, pude notar que mis mejillas de a poco se iban humedeciendo, el sabor salado llegó a mi boca.
Arrastrando los pies, llegué hasta el cuerpo de mi compañero, me arrodillé ante él y pude tocar con mis frías manos, su pequeña cara, estaba fría.
Automáticamente me deshice de mi abrigo, y se lo coloqué suavemente encima. Limpié mis ojos con el dorso de mi mano, aunque no servía. Las gotas eran más fuertes, estúpido corazón.
Traté de calmarme, y recapacitar ante la situación. Me senté con las piernas estiradas, haciendo que el somnoliento Tao se apoyara en mi regazo, pude apreciar su rostro agotado, sus ojeras estaban más marrones que de costumbre.
''Tao, ¿Es que quieres que me muera de un infarto?'' Pensé, acariciando su sedoso cabello negro, realmente él trabajaba duro, tal vez más que el resto. Eso era lo que me fascinaba de él, su forma de ser, siempre preocupándose por el grupo, tratando de ayudar en lo posible, y perfeccionando hasta el más mínimo detalle, se lo tomaba todo esto en serio. Y eso me gustaba, tal vez, hasta el punto de enamorarme de él.
Coloqué mi mano en su mejilla, y de a poco fui acercándome a su cara, pude apreciar su nariz, sus ojos, pestañas, labios... todo, hasta el más mínimos detalle va a estar grabado en mi mente. Sonreí, de seguro me estaría viendo cursi en estos momentos aunque, ¿Qué importaba?
Oprimí el pequeño aire que nos separaba y junté mis labios con los suyos, sellándolos en un dulce y cálido beso. El primero. Sentir esa esponjosa boca, provocó que me dirija a otro mundo, en donde la felicidad estaba compuesta por un solo nombre: Tao. Ese chico alto de carácter cálido y simple, que desde un primer momento me empezó a gustar, y ahora estar probando de sus labios... creo que podría morir en paz.
No sé en qué momento ocurrió, pero pude sentir unos brazos rodeando mi cuello y atrayéndome más al hombre que se encontraba sobre mí, sus labios se movieron ansiosos pero dulces contra los míos, electrizándome mientras yo recorría su pecho con mis manos, concentrándome en el golpeteo de su corazón tan violento.
La falta de aire nos obligó a separarnos, apoyé mi frente sobre la suya, observando con amor esas orbes negras que tanto amaba, sonriéndonos como jóvenes enamorados.
-Hyung... -Me llamó, sus mejillas se volvieron de un color rosa. Totalmente encantador.
-Dime -Acaricié su mentón y lo miré, dándole el permiso para que prosiguiera-
-Solo quería decir que... -Buscó mi mano libre y la entrelazó cuidadosamente con la suya - Te quiero -
Sus ojos brillaban, pude notar como su cara se volvía cada vez más roja y mi risa no ayudaba del todo.
-Tonto - Reí suavemente abrazándolo - También te quiero - Capturé su hermosa cara devuelta y pegue su boca contra la mía, esta vez, mordiendo sus labios suavemente.

Sala de Prácticas (One-Shot Taoris)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora