Finalmente, una puerta se abrió y de ahí emergió Frey. Heist no quería ser exagerado, pero ¿a caso su hermano estaba más alto? Su cabello negro había crecido y le rozaba las orejas y la frente, sus brazos y piernas se veían más largos, y estaba mucho más pálido. Frey siempre le recordaba a esos dibujos de monstruos sin cara en los bosques, con extremidades largas y una oscuridad que los acompañaba siempre. El uniforme azul oscuro de P.R.E.Y le quedaba un poco pequeño.

Como de costumbre, Frey mantuvo su mirada en el suelo y se detuvo frente a ellos. Kaia se levantó y se apresuró hacia él. Ella no lo abrazó, a Frey a veces le incomodaban las demostraciones físicas de cariño inesperadas. Ella simplemente lo agarró de los brazos y apretó con suavidad.

—Te extrañé mucho —dijo y Frey la miró por un segundo ante de envolver sus brazos alrededor de ella. Él tomó la iniciativa del abrazo. Heist sonrió.

—Kaia —susurró Frey con esa voz profunda.

Cuando se separaron, Kaia volvió a su sofá y Frey se sentó al otro de ellos. Su expresión impasible.

—Sé porque estás aquí —empezó Frey, mirando el pecho de Heist—. Todo apuntaba a que te tomaría un par de semanas. —Frey abría y cerraba sus puños en un gesto inquieto—. Heist Stein, coeficiente intelectual elevado, destreza para el análisis de personas y—

—Para. No necesitamos mi perfil memorizado, Frey.

La expresión de Frey se endureció.

—Entonces, solo lo diré una vez: No te metas en esto.

Heist se lamió los labios.

—¿Y crees que te dejaremos aquí?

—Es mi decisión —recalcó Frey, cerrando sus puños por completo.

—No lo es, Frey —reprochó Heist y abrió la boca para hablar cuando Kaia levantó la mano frente a él, deteniéndolo.

—¿Estás bien? —Heist arrugó las cejas ante el tono suave de Kaia—. Estamos preocupados por ti.

—Estoy bien.

Heist suspiró, Frey podía ser una caja fuerte cuando se lo proponía.

—No vale la pena, Frey. Ella no vale la pena. —Heist aseguró—. ¿Qué piensas hacer? ¿Matarla aquí? Esto está lleno de cámaras y guardias armados. Sin mencionar que matar sin dejar un desastre no es precisamente tu fuerte.

—Heist —dijo Kaia entre dientes.

—Estoy diciendo la verdad.

—Kaia llora a escondidas, tú ni duermes y ninguno de los dos come bien. —Frey enumeró con una voz muerta y vacía—. Yo hago esto. La psicóloga dice que cada uno tiene mecanismos de afrontamiento diferentes.

—¿Y el tuyo es cazar a una chica dentro de una institución de mierda? ¿Eso también se lo has dicho a tu psicóloga?

—¿Se lo has dicho tú a la tuya? —responde Frey fríamente—. Yo hablo con alguien, ninguno de ustedes dos lo hace. Papá ha dicho que deberían hacerlo.

—Tiene razón —murmuró Kaia.

Heist chasqueó la lengua. Kaia siempre se pondría del lado de Frey, no era sorpresa, pero si Frey creía que iba a distraerlos y a llevar esto por otro lado, estaba muy equivocado. Así que preguntó una de las cosas más importantes:

—¿Cómo la encontraste?

Frey se tensó y de inmediato Heist supo que ahí había algo importante.

Frey (Darks #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora