Definitivamente he creado un monstruo

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-Me temo que sí...

-La verdad es que no tengo muchas ganas de volver a la...rutina de nuevo-cerró los ojos pensativa-aunque ciertamente echo de menos a mi familia...a las chicas y el baloncesto...curiosamente también lo echo de menos.

-Ahora en tu rutina estaré yo...-murmuré de forma coqueta tirando de ella hacia mí.

-Es cierto-contestó de la misma forma-Aunque...ahora que lo pienso...debo de ser la novia que más rápido se ha acostado con su novio-se sonrojó aún más si es posible mientras yo reía.

-Fue automático ¿eh?-murmuré cerca de sus labios.

Ella me miró medio engatusada.

-La verdad es que sí....soy un poquito zorr*...-murmuró jugando con nuestras narices.

-Para nada-la contradije yo-me tuvistes casi siete meses mendigando detrás tuyo.

-Pero es que lo bueno se hace esperar-dijo enseñándome la lengua. Intenté mordérsela pero ella fue más rápida.

-Sin duda eres lo mejor que me ha pasado-dije besándola suavemente al tiempo que sentía mi corazón latir desaforado.

Si hiciesemos una lista de las cosas que Arianne había cambiado en mí, podríamos pasarnos días enteros escribiendo y gastaríamos demasiado papel.

Regresar fue casi tan duro como permanecer en París.

Sin embargo solo se habían enterado los amigos más cercanos y les agradecía que lo hubiesen mantenido así, no se si estaba preparado para que extraños sintieran lástima por mí.

Dani se mostró comprensivo y atento, entendió que no tenía ganas de ver a nadie sino de encerrarme en mi habitación, cosa que demostraba que junto a él también tenía un muy buen amigo.

La primera parada que hicimos una vez llegados a California fue en casa de los Woodgate, que nos invitaron a almorzar.

No sabía cuanto extrañaba a los renacuajos hasta que no los vi correr hacia mi.

-Los chicos tienen algo que decir-dijo mi madre emocionada como si fuese ella la que tuviese la noticia.

-Mamá-protesté yo escondiendo mi cara entre las manos avergonzado.

Mis padres sabían que le había pedido salir a Arianne, ya que Lydia lo sabía y se lo contó (sí, iba a matarla) se lo tomaron demasiado bien.

-¿Y bien?¿Ya ocurrió?-dijo la madre de Arianne sonriendo emocionada y chocando los puños con la mía. Miré a Arianne a mi lado, que parecía igual de confundida que yo.

-¿En serio Ari?¿Con mi hermano?-dijo Mack en un reproche desilucionado-Te mereces algo mejor...-negó con la cabeza dramáticamente. Ma belle me miró como si no se creyese lo que estaba pasando.

-Bueno, queremos nuestra parte del trato-dijo Theo extendiendo una mano hacia los padres, que estaban fulminándome con la mirada.

¿Qué? ¿Yo que había hecho?

-¿Habíais hecho una apuesta?-dije incrédulo y francamente un poco desorientado.

-Síp-dijo Mack estallando la P y poniendo sus manitas en la cintura en ese gesto tan carasterístico.

-Sinceramente esperaba algo más de ti Arianne...-dijo mi padre haciéndola reír, mientras que yo no cabía dentro de mi asombro.

-Señorito, tu y yo tendremos una charla-amenazó Paul haciendo estallar sus manos.

Oh vaya...

Después del intercambio de dinero y de los festejos a nuestra costa, pudimos comer en paz. La conversación fue fluida y divertida, justo lo que necesitábamos para despejarnos.

Quiero darte un besoWhere stories live. Discover now