Comienzo

164 17 8
                                    

Un Día como cualquier otro, al salir el sol me levante y la rutina empieza, realmente no había mucho que hacer, hasta que mi padre dijo que iba a explorar, quise ir con él sin embargo no me dejó, dijo que no era apto para el viaje y que solo le sería un estorbo, así que me quede.

Paso mucho tiempo pero finalmente llegó a casa, con el varios soldados heridos otros que ni regresaron y un niño... ¿UN NIÑO? De donde lo saco, quería acercarme me lo impidieron decían que ese niño era impuro que era un moustro, entre otras groserías, realmente quería saber de dónde había salido, preguntarle a mi padre no era opción así que solo espere a que él decidiera contarme.

Tiempo despues hizo lo mismo se fue por mucho, mucho tiempo el Vaticano y Yo nos hacíamos cargo del Imperio en su ausencia y tras mucho tiempo llegó con otros niños, realmente era alarmante ¿por qué los traía? ¿Dónde estaban sus padres? Por qué los lastimaban no iba a permitirle que esto siguiera así que me arme de valor para enfrentarlo y exigir una explicación pero al entrar a su oficina, lo que me dijo realmente me sorprendió.

Ho, justo el hombre que quería ver, venga acercaos a la mesa -habló con un tono entusiasmado el Imperio-

Padre, quiero preguntar algo... Los niños que has dejado en las celdas ¿de donde vienen? ¿Que ha pasado con sus padres? -Preguntó nueva España con algo de temor y nerviosismo-

-El Imperio soltó un suspiró pesado y gira para ver a su hijo- los críos de las celdas, son trofeos de las conquistas que he hecho, ya deberías saber... Si quieres poder más te vale extender tus terrenos, solo mira cuanto terreno temos -al ver el mapa que señalaba las nuevas adquisiciones del Imperio este sonrió pero exitia un punto de terreno muy grande que no estaba señalado-

¿Que hay de ese lugar? -Pregunto Nueva España mientras veía el mapa, no podía evitar sentirse mal por los niños realmente no comprendía como su padre podía ser tan condicioso pero, no había mucho que pudiese hacer-

Ese lugar -El Imperio chasquea su lengua indicando disgusto- No importa que haga no puedo acercarme así que, tú iras en representación mía -El imperio ve a su hijo ya que su idea le parecía perfecta si alguein moría mejor que fuese otro en su lugar-

¿Y-yo? -España se preocupo- pero padre, con tu poder y fuerza no has sido capaz de entrar ¿como podría yo lograr algo que tú no?

Querer es poder hijo, si completas esta prueba, me harás saber que ya estás listo para tomar mi lugar, completa esta misión y cuando regreses, regresaras con gloria y todos te adoraran como lo hacen conmigo -colocando sus manos en los hombros de su hijo Imperio Español habló- Eres mi hijo así que debes seguir mis pasos ¿cuento contigo?

-Realmente España no tenía otra opción no podía negarse, sabía perfectamente que pasaría si lo hiciera, bajando la cabeza asintió-
Si padre estoy dispuesto a completar esta misión

-Y así con gran temor Nueva España empezó con los preparativos para su primer viaje... Su primera expedición.

Días después, Nueva España fue a visitar al Vaticano, pues estos tenían una relación muy unida pues Nueva España lo veía como su figura paterna, al entrar a la oficina del Vaticano este le esperaba con su ceño fruncido.

Hasta que apareces -dijo serio el Vaticano- Estas loco! Has perdido la cabeza! Como se te ocurre aceptar la misión de tu padre

¿Que podía hacer? - España se defendió- Si me negaba, iba a seguir despreciandome... Ya no quiero seguir así y ademas -después de una pausa España Hablo- Quiero tomar su lugar, quiero el trono

¿Y para eso te arriesgas tanto? -Regaño el Vaticano- Tendrás el trono de todos formas ¿por qué arriesgar tu vida?

Por qué... Si espero no podré ayudar a todos esos niños que mi padre a traído y a tratado como objetos sin vida o sentimientos y.... Quiero pedirte un favor -España mueve un poco sus manos estaba nervioso pues el favor que pediría es algo arriesgado pero solo el Vaticano podría hacerlo-

-soltando un suspiró pesado El Vaticano le indica a Nueva España que prosiga-

Quería que... Recibieras en tus aposentos a los niños que mi padre tiene en la cárcel -levanta la vista para proseguir- por un tiempo hasta que regrese del nuevo mundo, hasta entonces... Me gustaría que tu los cuidarlas como lo has hecho conmigo... No te lo pido, te lo ruego

-El Vaticano lo pensó un poco, realmente podrá con eso? Claro que si, El Imperio Español podrá ser imponente e intimidante pero para el Vaticano no era más que un gran idiota- De acuerdo... Traeré a esos niños a mis aposentos y los cuidare como lo hice contigo tiempo atrás.

Muchas gracias -España sonríe- Realmente te lo agradezco mucho padre

-El Vaticano solo asintió, rodeando el escritorio, va hasta donde estaba Nueva España y le abraza- Los tendré conmigo hasta que regrese... Así que no mueras -El Vaticano lo ve, realmente tenía un mal presentimiento respecto a este viaje-

𝐋𝐋𝐔𝐕𝐈𝐀 𝐀𝐍𝐓𝐄𝐒 𝐃𝐄 𝐏𝐑𝐈𝐌𝐀𝐕𝐄𝐑𝐀Where stories live. Discover now