Un grito ahogado se desprendió se mi garganta, mi corazón destrozado, no podía creer lo que veía, y mi alma se me caía a los pies.
Una lluvia intensa decoraba la habitación, llorando caída sobre 2 rotas rodillas, no podía; no podía levantarme. La boca me empapaba de sangre, y tú, tan solo te fuiste; bien lejos de mi.
Me dolían los brazos por el frío que azotaba a Buenos Aires, enterrada entre los pastizales, extrañando un recuerdo, que no creí tan lejano.
VOUS LISEZ
La Oscuridad Del Alma
PoésieY lloré, todo lo que tenía que llorar, cuando mi corazón salió de golpe de mi boca. Pero más me dolió el tiro que lo mató; porque fuiste tú quien disparó.