Haechan trató de absorber la información de ambas.

—Entonces me estás diciendo que hay un chico llamado Lee Jeno, que estudia Traductorado de... ¿inglés? —Yeri asintió—... que es la competencia de Jae, y que hoy a la mañana se los vio mirándose con odio en el pasillo.

Haechan no podía creerlo. Si el chico que decían las dos muchachas era realmente el mismo del que hablaba Jaemin, podía nombrarse definitivamente una persona con demasiada suerte... o ese era su pago por las malas rachas que traía el ser amigo del supuesto mujeriego del Departamento de Humanidades. Sabía que en algún momento descubriría algo, pero jamás se habría imaginado que tan pronto.

—¡Exacto! Aunque no sé si diría odio, pero como desafiándose... tú me entiendes.

—¿Cómo saben esto?

—Sabes cómo son las cosas aquí. Los rumores corren como pólvora.

Haechan lo sabía perfectamente. Su relación con Mark era tan secreta como lo que había dentro del Área 51 y todo se fue por el tacho cuando alguna rata chismosa los vio y el rumor se hizo escuchar por todos lados. El hecho de que en este caso se tratara de los dos mujeriegos del Departamento sólo lo hacía más jugoso para cualquier persona chismosa como lo eran las chicas frente suyo.

En ese momento, el secreto más importante de su mejor amigo corría peligro. Si el estudiante de Letras jugaba mal sus cartas...

—Wendy estaba yendo al aula 62 y vio a Jaemin y Jeno cruzarse en el medio del pasillo. Dijo que en ese momento hubo un silencio lleno de tensión —Yeri se cruzó de brazos, ahora mirando sin ver la ventana—. Seguramente Jaemin sabe quién es y por eso reaccionó así.

—Super extraño, pagaría por ver a Na Jaemin enojado. —agregó Joy.

—Difícil, pero creeme que no imposible —Haechan miró la hora en su celular—. Mierda, debo irme. Adiós, chicas. ¡Nos vemos luego!

Salió corriendo al aula y maldijo por terminar en los asientos más alejados por llegar tarde. Pero en el apuro no se olvidó de enviarle un pequeño mensaje a Jaemin antes de abandonar el celular por su clase.

"Tengo info sobre tu príncipe azul. Tienes hasta medianoche para aceptar mi oferta, cenicienta."

[°°°]

Lanzó la lapicera sobre el escritorio lleno de anotaciones y copias de libros mientras observaba lo que había escrito en la computadora sin poder enfocarse. Su celular en la cama detrás suyo había estado sonando los últimos cinco minutos y sabía perfectamente quién era el remitente; esa canción de Michael Jackson como tono de llamada sólo lo tenía la única persona que se atrevía a toquetear su celular cuando estaba distraído.

Trató de concentrarse una vez más, leyendo nuevamente y en voz alta el último párrafo escrito; pero no había terminado la tercera oración cuando el teléfono comenzó a sonar otra vez. Mandó todo al carajo, fue hasta su cama y tomó el bendito aparato que hacía ruido, antes de tirarse boca abajo y contestar con la almohada ahogando su voz.

—¿Qué mierda quieres?

—Hola a ti también, mi querido amigo. Noto que estamos de un muy buen humor.

—No me jodas. Sabes que estoy estudiando.

—Ya, ya. No te enojes. Vengo en son de paz. —desde el auricular de su teléfono podía escuchar cómo el maldito sonreía del otro lado.

Ladeó su cabeza para poder hablar mejor, mientras miraba a la nada con el ceño fruncido.

—Haechan, hace cuatro años que te conozco. Nunca vienes en son de paz, no está en tu naturaleza.

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