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Recuerdo fracciones de la noche, ya que por alguna razón me despertaba cada 15 minutos  hasta que al fin caí dormida o eso creía, ya que empecé a escuchar una alarma espere a que se callara por esa vez no quería hacer las cosas como regularmente así que decidí faltar a la escuela. Di una vuelta en la cama, todo normal o eso creía, ya que me di cuenta de que mi cama no me daba para darme cuatro vueltas seguidas , esa no era mi cama. Pero la cama de mis papás si, pero en que instante termine ahí.

Me iba a mover cuando de repente se escucha que se abre la puerta de la habitación, un momento en mi casa las habitaciones no tienen puerta y si tienen es solo una cortina.

-Aún no despiertas?

Pregunto una voz muy masculina que sonaba bastante atractiva, pero esa voz no es de ningún familiar que yo conozca o recuerde, ningún hombre de mi familia tiene una voz así de profunda.

-No piensas levantarte?

Volvió a preguntar aquella voz tan atractiva a mi parecer. Armándome de valor decidí levantarme de la cama encontrándome con un hombre muy alto posiblemente me saca dos cabezas. ¿Soy muy pequeña? Creo que si. Esperen un momento yo a este tipo lo conozco. ¿Un momento él quien es??? ¿Qué hace el aquí? ¿Y por qué está con el torso desnudo??

-Vamos, tenemos que ir a comprar.

Dijo mientras se colocaba una camisa de tono marrón para después salir de la habitación dejándome sola en aquel lugar. Sin más preámbulos empece a buscar lo que sería mi ropa para después cambiarme y salir a lo que sería la sala de la casa y me di cuenta de que en realidad este lugar no lo conozco pero al ver fotografías enmarcadas en las que salíamos los dos me daba a entender que yo ya tenía tiempo viviendo en esta casa.

En este momento me encontraba con Muto. Puedo decirle Muto ? o Yasuhiro ? La verdad no se y el solo hecho de preguntarle me pone con los nervios de punta. Caminábamos de un lado a otro por un super comprando todo tipos de alimentos saludables que se puedan ingerir hasta que él se detuvo viendo un producto que traía en sus manos asomando mi cabeza por un lado de su ancha espalda.

-Que es lo que tienes en las manos?

El solo volteo a verme con una pequeña sonrisa que se asomaba por la comisura de sus labios para luego contestarme.

-Algo que te gustara. 

La verdad no sabia a que se refería por lo cual mostré mi cara con total confusión mientras él suspiraba para luego mostrarme lo que era un envase de salsa picante.

-Hace tiempo que noto que no te gustan del todo las salsas picantes del país por lo cual asumí que es porque de cierta forma extrañas tu hogar, tu paìs y aunque aquí cueste más de lo que costaría en tu paìs decidí comprártelo. Por eso venimos a un " mercado?" ¿Así se dice?

-Si 

-Por eso venimos aquí.

Al terminar de decir aquello el siguió caminado en dirección en lo que supongo que seria la caja para que nos cobraran nuestros alimentos mientras yo aun seguía procesando lo que acababa de escuchar aunque se que es la primer vez que lo veo, que lo empiezo a conocer. no es igual para el, el ya me conoce y diría que conoce hasta mis pequeñas manías que suelo tener, pero lo que casi hace que quiera llorar es el hecho de que el prestara atención a mis reacciones a la comida (cosa que yo no recuerdo). El como gasto dinero solo para que yo estuviera mas cómoda, aunque sea solo a la hora de comer me hizo sentir bonito en mi corazón.

Regresamos a la casa alrededor de las dos de la tarde. Estuve pensando en todo momento como seria la forma correcta de preguntarle algunos datos sobre el, sobre mi y sobre nosotros por que supongo que hay algún tipo de relación entre nosotros como para vivir juntos. El problema era el como decirle sin que pareciera una loquita.

Entre tanta duda le di leves toquecitos en su espalda para que volteara a verme. Volteo y me dedico una mirada un poco desinteresada ya que el estaba haciendo la comida y yo. Yo ya no podía con la pena, de cierta forma me empecé a sentir mas pequeña y creo que el lo noto. Empezó a servir la comida en dos platos para luego llevarlos a la mesa. El silencio era algo incomodo para mi pero para el no lo era o eso mostraba. Dejo salir un suspiro algo cansado.

-Tienes algo que preguntarme? No hay problema estamos en confianza.

Supongo que esta es la señal para que hable con claridad.

-Talvez parezca una locura pero que es lo que hago aquí? Este no es mi hogar y no recuerdo mucho del como llegue aquí.

Empezaron a temblar mis labio cuando dije aquello.

-No creas que no estoy agradecida por el como te has comportado hoy conmigo. Solo quiero entender.

Se levanto de su silla para posicionarse a un lado mío sujetando con sus manos las mías par llevarlas hasta sus labios y depositarles un cálido beso. De alguna manera esa sensación que transmitía me hizo sentir muy feliz haciendo que se me escapara una pequeña risita para luego empezar a recargar mi rostro sobre su pecho cálido.

-Nos conocimos en la correccional juvenil junto con los que forman la generación de la brutalidad la mayoría rondábamos por los 13 años mientras que tu tenias 11. Recuerdo que en la correccional se hacia mención de vendría alguien que salió involucrado en algo grande como para que se tomara una decisión en el nombre del paìs con respecto a la persona eso nos intrigo demasiado y mas al saber que no era nativo de nuestro paìs.

Llegaste un 31 de agosto mirabas al suelo y evitabas tener contacto con alguien hasta que los guardias te arrojaron a nuestro dormitorio. Era una habitación bastante amplia para colocar diez camas individuales lo malo es que casi no todas las camas eran habitadas o no tenían a alguien correspondiente por querer evitar relacionarse hacia nosotros pero como tu caso esa distinto te colocaron en ese lugar. No sabias hablar Japonés por lo cual no respondías lo que te preguntábamos en ese momento.

Lo mas impresionante fue que no teníamos a un chico en frente nuestra sino una linda e inocente niña con el diablo carcomiéndola por dentro. La voz se corrió en el lugar de que había una chica y que era menor que todos los que habitábamos el lugar. En un principio nosotros te ignorábamos pero los demás imbéciles no, ellos te seguían con intenciones muy desagradables.

En la noche del primer noviembre que pasabas en aquel lugar algunos de los imbéciles entraron al cuarto con sigilo hacia tu cama, te tomaron por las manos y de tus pies para así evitar que pudieras moverte. Gritaste o eso intentaste ya que te dejaron inconsciente al evitar que respiraras por un momento, tiempo suficiente para despojarte de tus ropas. Cuando el sujeto empezó a posicionarse cerca de tu entrada despertarte y gritaste de una manera increíblemente fuerte a uno de los que te tenia sujeta le empezaron a sangrar los oídos.

El primero en abalanzarse hacia esos chicos fue Izana seguido de nosotros, caíste encogida hacia el suelo tratando de alejarte de donde nosotros estábamos peleando. Solo fueron cuestión de minutos para que nosotros acabáramos con ellos dirigiéndonos hacia ti. En el suelo se encontraba una niña indefensa arrastrándose por el suelo intentando cubriese con sus manos su desnudez mientras tenia una mirada perdida y sus ojos desbordaban lagrimas amargas.

Izana te ofreció su mano para que te incorporaras, tu, con la duda desbordando por tus ojos aceptaste su mano , te incorporaste mirándonos a todos directamente a los ojos para luego recorrernos con la mirada, inspeccionándonos de inicio a fin para luego sonreírnos y pronunciar " Gracias" mientras que aquel que tenia sujetada tu mano solo pronuncio "Teneo".

Teneo Where stories live. Discover now