12

14.9K 1.1K 2K
                                    

Giana subió delicadamente a horcadas sobre su regazo, sin aun sentarse sobre él. Él puso una mano en su cintura y la apretó suavemente, luego se separaron por falta de aire.

- Y-yo pensé q-que... Tú eras... - dijo ella.

- Que yo era qué?

- Gay.

James la tomó del trasero y finalmente la sentó sobre su erección. Lo cual hizo que Giana abriera sus ojos como platos, sentía un enorme bulto bajo ella.

- Te parece que lo soy?

- No, pero me evitabas...

- Intento contenerme.

- James? - dijo ella con un tono tan dulce como la miel.

- Si?

- Deberías descansar, te estás durmiendo.

Él abrió los ojos, comenzó a fantasear tras el toque de la mano de Giana y accidentalmente se quedó dormido.

- Disculpa, no fue mi intención. - dijo él soltando la mano de la castaña.

- Está bien, solo ve y descansa, si?

Asintió y se levantó rápidamente del sillón.

- Giana...

- Hmm?

- Puedo pedirte algo? - dijo él temiendo la respuesta de ella. Por primera vez en su vida pedía algo con temor a ser rechazado.

- Si, lo que sea.

- Podrías dormir conmigo?

Giana se enrojeció de inmediato, pues esperaba todo menos ese favor. Nunca había dormido con un hombre, y menos con alguien que le llamara la atención, por lo que se sintió nerviosa, pero por la mirada de James, aceptó.

- Claro. - respondió ella amablemente. - Solo, dejame buscar mis pijamas e iré a tu habitación, bien?

James asintió animado y se dirigió a la habitación de él para cambiar su ropa y abrirle un espacio en su enorme cama. Acomodó perfectamente las almohadas y le buscó su propia manta para que ella no se sintiera incómoda. Él intentó acostarse lo más cerca a la orilla para que ella no pensara que él tenía otras intenciones. Giana entró a la habitación y tras verlo en su encantadora posición se echó a reir.

- Que haces James? - reía mientras cerraba la puerta.

- Yo te dejé espacio.

- La cama es de dos metros... - dijo sentandose en la cama. - Y estas en la orilla.

- No quise invadir tu espacio.

- Claro. - ella gateó por la cama hasta llegar a su lugar, puso su cabeza en la almohada y se acostó. - Ya deberiamos mimir.

- "Mimir"? - dijo James extrañado por la expresión.

- Si, es como "dormir" pero de bebé.

- Esta bien. - respondió no muy seguro.

- A menos que quisieras hacer otra cosa. - dijo cerrando los ojos.

- No. - él la miró. - Quiero mimir.

- Entonces cierra los ojos, grandulón.

Ella se quedó dormida inmediatamente, por primera vez en tanto tiempo no sobrepensó las cosas hasta agotarse mentalmente, ella se sentía como cuando comes tu comida favorita y quedas con la panza llena, pero sin hacerlo. James sentía lo mismo, ni siquiera intentaba respirar para evitar que Giana despertara, parecía un pequeño querubín durmiendo sobre una nube, definitivamente ella lo hacía sentir en paz; ella aceleraba su pulso y hacía que su necesidad aumentara pero al mismo tiempo lo hacía sentir sereno y manso.

Sin OprobioWhere stories live. Discover now