Me ayuda a sentarme en mi tocador y enseguida lo siento cepillarme el cabello, estoy nerviosa y como no, si hoy veré a los reyes y a mi familia después de todo, aún no técnicamente debido a mi ceguera.

Hernán : tu silencio me lo dice todo - empieza y suspiró - me tendrás hay todo el tiempo, a la mínima que te quieras ir nos marchamos.

Elizabeth : lo se y no sabes lo que te agradezco el que estés a mi lado depues de todo - agradezco.

Hernán : y como no estar a tu lado si te amo bello ángel - me dice y aveces me duele no poder devolverle ese te amo.

Elizabeth : eres más de lo que merezco - le digo.

Hernán : no vuelvas a decir eso, tu mereces mucho más, aquí el afortunado soy yo - deja mi cabello - listo mucho más hermosa - besa mi coronilla y sonrió.

Elizabeth : ¿Tu estás listo? - le pregunto.

Hernán : si - asiente, me levanto y mi habitación me la sé de memoria por eso me acerco a donde duerme Zeus y lo acarició.

Elizabeth : Zeus portate bien no tardemos en volver - el lame mi mano y yo río, ha sido un gran apoyo - te quiero pequeño nos vemos al volver - Hernán entrelaza nuestros brazos.

Hernán : ¿lista? - asiento.

Hay te voy San Pedro...

(...)

Hernán : déjame te ayudo - escucho y enseguida siento su mano ayudarme a  bajar del auto, los nervios me revuelven el estómago.

Entrelaza nuestros brazos y empezamos a caminar, las piernas me tiemblan y es que el simple hecho de que todos estarán hay, me hace querer meter la cabeza debajo de la tierra como una abreztud.

Elizabeth : no me sueltes Hernán que temo caerme - le digo y siento como acaricia mi mejilla sin dejar de caminar.

Hernán : nunca te soltaré siempre estaré hay para agárrate antes de que caigas - me dice y soy yo la que se detiene.

Elizabeth : ¿Y si alguna vez no puedes sostenerme y si por más que quieras término cayendo? - pregunto, aunque es estúpido dado que ya caí y ya toque fondo varias veces.

Hernán : en ese caso caeré contigo - acuna mi rostro acercando su nariz a la mía, yo sonrió - te amo - recita sus sentimientos en dos siemples palabras cargadas de sentimientos.

Y el corazón se me encoje al no poder responderle.

Norma : ¡Elizabeth! - escucho como me llama obligándonos a separarnos.

Hernán : yo te llevo a ella - me dice y vuelve a entralazar nuestros brazos para empezar a caminar.

Unos cálidos brazos me envuelven y enseguida el perfume de norma llega a mi.

Norma : te extrañe mucho Elizabeth - me dice y sonrió, pues yo también lo hice - estás hermosa - me alaga pero otra persona vuelve a llamarme y giro el rostro buscándola.

Don Martín : nietecita mia - escucho y el corazón se me acelera, giro la cabeza en un intento de descifrar donde puede estar pero al sentir como agarra mis manos me agachó y el no tarada en llenarme la cara de besos para al final abrazarme fuerte - lo siento, lo siento - murmura varias veces sobre mi cabello.

MUJER DE CENIZA || franco reyes 𓃗 Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ