OCHO AÑOS ATRÁS...
Un particular sonido llamaba la atención de Quentin, quien levantaba la cabeza para escuchar con mayor claridad de dónde provenía. Bastarían unos segundos para que se diera cuenta que provenía del baño, específicamente desde su pantalón. Una inesperada llamada a su celular interrumpiría aquel juego sexual que estaba a punto de iniciar nuevamente entre ellos. Rápidamente éste se levantaba de la cama y se dirigía hacia el baño, cerrando la puerta de éste.
Leila por su parte se mantenía expectante, a la espera de que Quentin pronto saliera para continuar con lo que pretendían. Ella deseaba más sexo, lo necesitaba. Sorpresa para ella sería el verlo salir minutos después, semi vestido y apurado, dejando a un costado de la cama el vestón y corbata que traía en las manos. Su rostro evidenciaba nerviosismo. Pero había algo más, algo en su mirada, no era la misma al salir del baño, aquella llamada había provocado un cambio muy evidente en él, y fuese cual fuese la noticia que le dieron, lo tomó por sorpresa.
—¿Sucede algo? —Leila se levantaba de la cama, cubriendo su cuerpo desnudo con un camisón, acercándose a Quentin por la espalda y abrazándolo por la cintura. Éste se encontraba frente al antiguo armario donde guardaba su ropa, en busca de una nueva camisa, pues la que llevaba ya no le servía— Te noto preocupado, ¿pasó algo en la empresa?
—Nada de lo que debas enterarte Leila. —Su voz ronca y profunda demostraba desdén hacia ella, algo andaba mal producto de aquella llamada, sin embargo, era algo que en el momento no le interesaba, Leila aún estaba en un estado de excitación.
—Te siento tensionado mi amor, ¿qué te parece si volvemos a la cama, te sacas la ropa y retomamos lo que estábamos haciendo? —Leila lo apretaba fuertemente mientras soltaba un largo suspiro, su voz sensual era una invitación imposible de rechazar— Así te relajas un poco.
—Ahora no puedo Leila, tengo que hacer y debo retirarme. —Sin siquiera voltear la mirada, Quentin extraía una camisa y se soltaba de los brazos de Leila, dando unos pasos hacia el espejo de cuerpo entero que mantenía a un costado del armario— La llamada que recibí es de suma urgencia, y debo salir a atenderla de inmediato.
—¿Tan importante como para dejarme así?
Al preguntar, Leila soltaba la amarra de su camisón y lo abría de par en par, dejándole ver su cuerpo desnudo a través del espejo. Éste la observaba, levantando levemente una ceja mientras terminaba de hacer el nudo de su corbata. Se acercó a su velador y extrajo del cajón una carpeta que tenía guardada ahí.
—Ahora no tengo tiempo, lo siento Leila.
—¡Qué ridículo, —exclamaba ésta cerrando sus ropas y sentándose a la orilla de la cama— hace una hora atrás tampoco tenías tiempo!
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Pandora (EN PAUSA)
RomancePrimera entrega. ¿Qué ocurre si un día descubres que has vivido bajo la sombra de un engaño? Tu mundo en fracción de segundos se derrumba por completo, pierdes la confianza en la gente que te rodea, y no sabes quien te habla con la verdad. Pandora e...