El Color de tu Piel

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Hey, guys!

Este es el día 5 del #Flufftober. One-shot. 

A Korra lo que más le gustaba de trabajar en el Dragon Jazmin más grande y cosmopolita de Ciudad Republica, era que estaba ubicado en la plaza comercial más moderna y lujosa de toda la ciudad. El mall le pertenecía a Industrias Futuro, por supuesto, y sus cuatro pisos de grandes almacenes, cines, teatros e incluso una biblioteca, no tenían nada que pedirle al clásico Pequeño Ba Sing Se.

La plaza en sí misma era grandiosa y a Korra sinceramente le encantaba caminar por sus largos pasillos, pero la razón principal (y oficial) era que tan solo un nivel sobre la cafetería, estaba el gimnasio de la cadena Unagi, abierto 24 horas. Korra era una culturista entusiasta que le gustaba trotar cada mañana o tarde hasta su trabajo, según su turno, los 10km que separaban su departamento compartido de su trabajo.

Incluso si era el turno de las 7a.m., salía dos horas antes para correr los 40 minutos que le llevaba la ruta, agradecida también de estar cerca del centro, una de las zonas más seguras e iluminadas de la ciudad, con amplias calles y explanadas, bonitos árboles y arte, ejercitarse una hora, ducharse y prepararse para entrar fresca a su turno. Sino estaba de humor para trotar, siempre podía tomar el tranvía que la dejaba frente a la plaza y pasaba a solo 10 minutos caminando de su casa.

La segunda razón, era que cuando le tocaba cerrar, podía ver a la magnifica Asami Sato, rodeada de sus guardaespaldas, bajar del ascensor corporativo que llevaba hasta su oficina en el edificio anexo a la plaza que representaba las oficinas centrales de Industrias Futuro. Esa mujer, incluso a la distancia, era tan bella como la pintaban en las revistas de mujeres poderosas en el mundo.

Y últimamente tenía otra razón, cuando le tocaba abrir, empezó a notar entre sus clientes habituales a cierta chica. Era hermosa, aún cuando acudía sin maquillaje, vestida casual, pero elegante, y el cabello amarrado, ya fuera en un floja coleta baja, en un rápido chongo sostenido hábilmente por una pluma o una trenza descuidada, su piel pálida resaltaba entre la decoración cargada y de maderas oscuras del café.

Korra era una trabajadora buena y puntual, a las 7 en punto siempre tenía ya el lugar abierto y con las máquinas cargadas para empezar a atender a los primeros clientes, entre los que se contaban algunos trabajadores de Industrias Futuro y de los demás comercios de la plaza. La chica hermosa sin nombre solía entrar apenas unos minutos después, pedir alguna galleta y un moka helado, para sentarse en un rincón con su laptop de última generación por dos o tres horas y después despedirse con un ligero "hasta luego" y salir por donde había llegado para perderse entre los pasillos casi vacíos en la mañana.

Conforme pasaban las semanas, ella y la chica se iban haciendo amigas, en especial después de que la chica pálida le confesara que le encantaba cuando Korra era la encargada de abrir, porque cuando su compañero, Arnook, le tocaba, cuando ella llegaba, él apenas estaba terminando de voltear sillas y demás y tenía que esperar casi 20 minutos por su adorado moka.

Y a pesar de su gusto por el moka helado, Korra había aprendido lo mucho que la chica necesitaba un expresso doble cuando llegaba con ojeras cual mapache. Tal cual ésta mañana.

—uuh... ¿Expresso doble y muffin de chocolate?— La chica, con un saco guinda, pantalón negro, valerinas negras y blusa blanca, la miró como surgiendo de las tinieblas.

—¡Ah, qué bendición! Eres tú, Korra... No se que haría justo ahora sin ti— La barista se sonrojó y se preguntó si era justo emocionarse de más por las palabras dichas.

—Tomaré eso como un sí— Le sonrió Korra.

—Oh, sí, por favor— La chica le sonrió, amable y nerviosa. Como si no hubiera reparado en que aquello lo había dicho en voz alta.

El Color de tu PielWhere stories live. Discover now