Capítulo 1

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El sudor frío corría por su espalda, empapando nuevamente su remera, remera que no había cambiado en al menos una semana, su cuerpo dolía, todo en él dolía. La habitación seguía a oscuras, eso le decía que aún era de noche, quizás la madrugada, el pequeño cuerpo a su lado tembló, podía sentir que tenía frío, no podía creer que ese fuera el destino de su ahijado, no podía creer que lo hubieran condenado de esa forma. Parte de él se sentía culpable por como habían resultado las cosas.  Tiró un poco más de la manta que los envolvía y tapó la espalda del pequeño niño de casi un año que estaba aferrado a su remera.

En la cama de enfrente su padrino estaba acostado, sabía que estaba despierto, el hombre no había podido dormir desde que habían matado a su mejor amigo y a su prima delante de él, sabía que su padrino solo cerraba los ojos durante unas horas, pero no dormía, él mismo era incapaz de pasar más de 30 minutos de sueño, siempre las pesadillas, siempre los recuerdos atormentando, recordándole su culpa en la muerte de aquellos que llamó familia.

Cerró los ojos cuando notó que el pequeño había dejado de temblar,  las imágenes se sucedieron en su mente como una película de horror, sin importar cuan doloroso le resultaba, no podía detener el hilo de sus pensamientos.

Estaban en la habitación de Teddy, Tonks lo había hecho dormir y ellos cuatro estaban reunidos tratando de pensar, la mujer por mucho que amara su trabajo estaba decidida a dejar el país, no condenaría a su hijo a vivir en aquella terrible situación de encierro y mucho menos a dejarlo huérfano. No, ella y Remus habían decidido huir de la guerra, como tantas veces él y su padrino le habían aconsejado.

Cuando por fin lo decidieron él los había apoyado, y su padrino había entregado un papel dándole permiso para acceder a las bóvedas familiares y retirar el dinero que necesitaran para empezar de nuevo.
Mientras esa discusión se sucedía el mago de la Luz, el gran guerrero entró, ataviado en sus túnicas coloridas y con su larga barba y exigió que desistieran de tal empresa, recordándoles que ellos debían pelear por acabar con Lord Voldemort. Era su deber. El mago de la luz jugaba con la varita como una amenaza silenciosa. Tonks le dijo que no quería dejar a su hijo en Inglaterra que ella se iría. Él aún recuerda muy bien las palabras que el mago de la luz dijo antes de lanzar la maldición asesina.

-te ahorraré el disgusto de preocuparte por tu hijo-  el rayo verde impacto en Tonks dejando a todos en Shock.

-ALBUS!! que diablos hisiste?- grito enojado el hombre lobo, esposo y padre. Harry simplemente estaba congelado, sabía que el hombre era capaz, no era la primera vez pero simplemente estaba congelado, acababa de ver morir a otro familiar a menos de dos metros de ellos

-Tú tampoco estás cumpliendo Remus mi muchacho, deberías estar consiguiendo los apoyos con las comunidades de hombres lobos, quizás con esto Teddy aprenda desde la cuna a respetar y sea de ayuda pronto..-

-Se niegan a cooperar Albus, no estan de acuerdo con tus ideales, no puedo hacer nada, No puedes hacer esto - dijo el castaño mientras se acercaba a su hijo que lloraba pues su mama no reaccionaba, estaba horrorizado, asustado

-Dumbledore- dijo Sirius de pie sacando su varita. Pero fue inútil ya que la maldición impactó en el hombre lobo antes de que el prófugo pudiera accionar.

-Que quede claro, tienen un destino que cumplir, Harry mi muchacho debes hacer lo que se espera de ti, por tu ahijado, después de todo, solo le quedas tu y no queremos que eso cambie mi muchacho...- esas fueron las últimas palabras que dijo el mago antes de salir dejando dos cuerpos tras de si y a un niño que no dejaba de llorar mientras miraba el cuerpo de su madre. A Harry la escena se le hizo repetitiva. Un pequeño deja vu con el que cargaba de forma constante.

Volvió a abrir los ojos, aún sudaba frío, podía sentir el dolor y la ira recorrer su cuerpo, apretó a su ahijado contra su cuerpo ganando un quejido de molestia y luego un pequeño abrazo, era el niño más dulce que Harry hubiera visto, incluso le sonreía cada vez que despertaba y lo veía a su lado. La mente de Harry iba y venía a todas las personas que habían sido despedazadas por una guerra inútil, por el mago de la luz Albus Dumbledore, toda los magos que habían desaparecido, habían muerto, o habían sido torturados, Harry recuerda cómo perdió su propia inocencia gracias al mago que juro protegerlo.

No me dejes caerWhere stories live. Discover now