día

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Bueno, hoy era el gran día, el día en el que Ercole Visconti saldría del closet, hoy por fin diría que le gustaban los rucos, diría que le gusta chupar pene y de paso presentaría al rey, al dueño, al patrón, al jefe, al mero mero.. a su vatillo el Guido

Ercolenoviodeguido

Plebe, váyase alistando porque hoy les presento a mi apa', wachate esa, por fin te presentaré a mis padres, mi vida... Es lo mínimo que merece el futuro dueño de todo mis dinero

Guidoweb

AHH, EN SERIO, AMOR?!

basta me pone muy feliz que me presentarás con tus papis😭😭😭😭😭😭

Ercolenoviodeguido

Te mereces eso y más, mi rey, hermoso, porque quiero andar contigo por todas las de ley.... Menos las leyes religiosas vdd pq por joto no podemos, pero fuera de esas quiero amarte sin secretos, mi vida

Guidoweb

Basta, te amo muchísimo.

Así es Plebada, el Ercole ya estaba haciendo el oficial al Guido, Ercole si quiere algo serio.. más serio que noticiero de Lolita Ayala, raza.

– Tonces, ¿Si cogemos o no?

Alberto apenas veía a su ruco y sentía que su campeón tenía vida propia, nombre, pero también el Luca ya ni la friega, ve cómo es el otro y todavía usa esos corcet de encaje.

– Alberto, espérate, osea si estamos solitos pero es la casa de mi abu... No le voy a faltar el respeto

Si, Luca podría ser buen jarioso y todo lo que ustedes quieran pero él si tenía presente que tenía que respetar la misma casa donde se hacía el Santo y chillaba cuando se pegaba en el pie, no podía faltarle el respeto a su hermoso hogar, al hogar que comparte con la gente que lo vió crecer, que lo vió decir sus primeras palabras, que lo vió en sus mejor y peores momentos, que lo vió cuando.....

– Bueno, pero apúrale porque no sé cuándo vayan a llegar.

Si, Luca nomás quería hacerce del rogar porque la verdad ya quería que Alberto le diera como cajón que no cierra y que lo dejara peor que a Bambi recién nacido, así de caliente se sentía.

Alberto colocó  a Luca encima de su regazo, las manos del moreno recorrían con desesperación la cintura del oji-cafe, llegó a los puntos de debilidad que poseía Luca, la zona abdominal de paguro era tocada con delicadeza pero con ese toque ardiente que sólo Alberto podría darle. Luca se movía en forma circular sobre el miembro semi-erecto de Alberto, ambos juntaron sus labios en un beso lleno de lujuria, conforme el tiempo avanzaba el beso se torno húmedo y las temperaturas de sus cuerpos eran casi insoportables.

Aquellos chicos quitaron sus ropas, Alberto agradecía que estuvieran en la habitación de Luca, así sería más cómodo para ambos. Luca pegó su pecho en la cama y dejó al aire su trasero, abrió las piernas para dejarle una mejor vista a Alberto, el moreno lamió dos de sus dedos dejándolos repletos de saliva, masajeó con esos dedos la entrada de Luca.

Luca no se limitaba a sólo gemir, él quería expresar todo lo que estaba sintiendo por Alberto.

– Oh dios, Beto, por favor mete tus dedos, por favor, no me dejes así

El güero de la esquinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora