Giró a ver a la mesa de noche, dieron entonces las nueve con uno y el pelinegro volteó hacia arriba para poder verla.

Desde su posición ella le daba la espalda. El muchacho alzó su mano en silencio y sus yemas tocaron su espalda desnuda, estremeciéndola, jugando con los largos mechones de su claro cabello, aun recién despertando de su profundo sueño.

— ¿Esto es correcto? —preguntó repentinamente, con una voz ronca de recién despierto, a la vez que sobaba sus ojos con su mano derecha y su pecho se inflaba—. Soy tu Guardián.

— ¿Ya olvidaste la primera vez que lo hicimos? —el muchacho seguía jugando con sus mechones—. Estabas asustado, creías que me habías faltado el respeto.

— No te burles, soy mayor que tú —refunfuñó el muchacho.

En alma sí, en alma era unos diez años mayor que ella, pero en cuerpo, en la reencarnación de su cuerpo actual en realidad... Parecía una simple célula que aún no formaba una existencia humana.

— Oi, soy tu Ama ¿Qué crees que haces hablándome así? —respondió ella con claro tono de burla.

— Tch.

Su ceño se frunció a la vez que terminó por jalar su cabello para obligarla a caer recostada nuevamente junto a él. Yashiro solo lo golpeó levemente para masajear su cuero cabelludo y se cubría hasta el abdomen con las sabanas, y él solo la miraba.

— Deja de mirarme.

— Es que te extrañe.

— Dios, no recordaba que fueras así uh, el pequeño guardián que conocía era más rudo —el muchacho volvió a gruñir a la vez que volvía más fuerte su abrazo a ella, provocando que soltara una risilla leve y luego una queja ante la falta de aire—. Vaya, te ves tierno.

— No decías eso hace dos horas, Señorita Ryōmen —susurro a su oído mientras la nombrada se estremecía, pero giro a su izquierda nuevamente advirtiendo la hora.

Las nueve con tres.

— ¿Señorita Ryōmen? No me llamas así desde... —ya había perdido la cuenta de cuantos años habían pasado—. ¿De verdad recuerdas todo? —giró hacia él, observando esos iris que ya no eran negros, sino un intenso rubí que brillaba en la oscuridad, tal como recordaba entre la oscuridad del bosque.

— Es extraño... —suspiró él a la vez que sus ojos se cerraban y se acurrucaba en su hombro—. Era como un sueño dentro de un sueño... Mientras yo dormía, soñaba con la vida de mi actual reencarnación, en donde ahora era parte de la familia Nakerama. Son parte de mí, desde luego, recuerdo a quien llamaba madre, padre, hermana mayor y a la pequeña Hitsumi, aún siento amor por ellos, y recuerdo cada momento que pasé contigo al momento de conocerte, aun cuando el verdadero yo dormía en lo profundo de la reencarnacion... pero solo parecía un sueño. Me identifico con este cuerpo, me identifico como Nakerama Takeshi, pero solo se que te pertenezco como Takeshi el Guardián, y siento que, de cierta forma, te acepte con facilidad y creí rápidamente la historia de hechiceros y maldiciones cuando nos reencontramos por primera vez en esta vida porque, en lo profundo aun donde yo dormía, de cierta forma te reconocía en aquel sueño, así que confíe en ti... Y cuando este cuerpo absorbió tu corazón, desperté, pero no como alguien nuevo, sino como una parte que faltaba en el cuerpo de Nakerama... Despertaron los sentimientos que sentía hacia ti como tu Guardián, despertó mi fin en la vida que era protegerte, y cada recuerdo de la infancia que pasé junto a ti se implementó en la memoria de este cuerpo... ¿Comprendes? He incluso cuando este cuerpo pasó junto a ti por más de cuatro años, el otro lado de mi consciencia que dormía te... te extrañó como nunca al despertar.

The  firstborn | Jujutsu Kaisen. (Pausada)Where stories live. Discover now