Desde tu posición, en lo alto de aquella montaña de coches, podrías divisar todo lo que sucedía, desde la sonrisa de Draken a los perchazos que lanzaba Muto contra los de Valhalla. 

De verdad que estarías gozando toda esa vista de todos dando su mejor esfuerzo, pero había 2 factores que te lo impedían. En primer lugar estaba Mikey, arrodillado en el techo de uno de los coches, con la consciencia pérdida. Ese Estado de letargo era culpa de los numerosos golpes que Kazutora le proporcionó con una barra de hierro y que tu misma intentaste tratar. 

La otra cosa que impedía cualquier disfrute era el mismo Kazutora. 

En la cima de la enorme pila de carrocería, el de cabello bicolor le daba la espalda al campo de pelea, centrándose por completo en ti. Hacía apenas unos instantes que había apuñalado a Baji.

— ¿por qué? ¿Por qué me miras tú también con esos ojos, Ai-chan?

— Kazu-chan tienes que parar esto! ¡Estás lastimando a todos! — aun si sus ojos te miraban, el chico estaba completamente perdido en sus pensamientos, que fluían sin freno, dando paso a falsas ideas. Esos ojos muertos y sin brillo que solo aumentaban tu preocupación y tristeza — KAZU-CHAN! —intentaste volver a llamar su atención. 

—tú también. — que hablará, dibujó una pequeña sonrisa en tu cara. Te estaba escuchando — tú también estuviste ese día. ¡Baji se metió en mi camino pero al menos trató de ayudarme! Tú no hiciste nada, solo te quedaste al lado del culpable de todo esto. Al lado de Mikey. Por su culpa perdí 2 importantes años de mi vida, encerrado en el reformatorio.— tus palabras llegaban a sus oídos pero no calaron en su ser, nunca.

— ¡sabes que no es así! Mikey testificó a tu favor! De no ser por eso, habrías pasado más años en ese lugar! — él volvió a ignorar tus palabras casi de manera olímpica 

 — Él ahora está desmayado, nadie sabrá que has sido tú. Matalo y ven a Valhalla, Ai. Será mucho más fácil. — ahora eran las manos de Hanemiya las que se cernían sobre tus hombros. Tus brazos habían caído como un peso muerto al escuchar el final de esa frase. 

La propuesta de Kazutora solo te horrorizó, que matarás a Mikey? Encima de todo, aprovechar su Estado actual? El Rubio te había dado tantas cosas a lo largo de tu vida y te había salvado tantas veces… y tenías que traicionarlo?

Los orbes de Kazutora miraban los tuyos, medio cerrados y con la mirada baja. Estaba en espera de una respuesta que, solo con mirarte, sabía cual era. En este punto, el "hechizo" que había impuesto Manjiro era tí era demasiado fuerte, según sus ideas. 

— Kazu-chan yo...— el chico mordió su mejilla interior. No había manera de salvarte. El ver tus lágrimas era demasiado esclarecedor — no puedo hacerlo, Kazutora. No puedo traicionar a Mikey. 

Soltó un suspiro — ya veo. Entonces, adiós. — Ahí fue cuando soltó tus hombros y tu cuerpo. 

De un momento a otro, ya no lo podías ver. En tus retinas, sólo se grababa lo azul del cielo y la luz del Sol. 

Kazutora Hanemiya, arrinconado por su conciencia, te había tirado desde lo alto de la montaña de coches, "asesinandote", Esa fue la historia que le contó Kisaki a Mikey, mientras sostenía tu cuerpo con sus asquerosas manos, mostrándole al Rubio el enorme golpe en la cabeza que te había quitado la vida, al igual que a Shinichiro. 

Pero tu memoria era diferente. Después de caer por esa montaña de chatarra, el paisaje a tu alrededor era borroso, consiguiendo distinguir algunas cosas por sus colores. Un enorme tipo estaba delante de ti, con una barra de hierro en mano y la punta reposando en su hombro. 

Tokyo Revengers {Mikey x lectora}Where stories live. Discover now