-¿Condición?- Repitieron todos los Demonios.

-La misma condición que me puso a mi para permanecer en esta academia- dijo Azazel, reincorporando el brazo artificial en su cuerpo. -Todos ustedes hicieron un buen trabajo en la reunión en pelear contra esos terroristas... no solo eso, tienen potencial y eso es algo que todos hemos visto-.

En esta situación, no sabían si tomarse eso como un halago.

-Así que mi deber será ayudar a desarrollar correctamente las habilidades de los portadores de Sacred Gear. En resumen, El Boosted Gear, la Espada Sagrada-Demoniaca, el Twilight Healing, y la Visión Prohibida de Balor... hare que esas Sacred Gear, así como sus portadores sean más fuertes-.

Dichos portadores se sorprendieron al escuchar esa noticia, o en el caso de Gasper, tembló un poco de miedo de lo que podría significar.

-Usare todos los datos de mi investigación y los llevaré a todos hacía una línea de crecimiento diferente a lo que puedan imaginar. ¿Escucharon? Desde ahora me llamaran Azazel-Sensei-.

-¿Azazel-Sensei?- Issei se rasco la parte trasera de la cabeza. -Llamarte así suena un poco raro-.

-Y eso lleva a mi parte- dijo Seiya. -Yo seré el encargado de entrenarlos a todo ustedes en el aspecto físico y general... se que no todos son combatientes cuerpo a cuerpo, pero sin un buen cuerpo para resistir el desgaste de los combates, soportar los golpes y que tenga la fuerza para aguantar sus propios ataques, no servirá de nada cuanto mejoren, así que me encargaré de eso-.

Todos los Demonios asintieron, algunos con menos ganas que otros, pero entendían el razonamiento del castaño, de nada servía ser fuerte si tu propio cuerpo no soportaba tu propio poder o las batallas que librabas.

-También entrenaré al Clan de Sona, es una petición que Sirzechs me pidió en nombre de la hermana de esta, luego hablaré con ella sobre esto-.

-Y yo ayudaré a Seiya- Shoko dio un paso adelante. -Como soy la líder de las Saintias, estoy acostumbrada a entrenar y ayudar en el entrenamiento a varias aprendices de Saintias o Amazonas, y como la mayoría de los miembros de ambas familias son mujeres, usaré lo que se para adaptarlas a un mejor entrenamiento, y que de paso Seiya no exagere-.

-Oye, yo no exagero en los entrenamiento, ¿verdad Kiki?-.

El Ariano aparto la mirada y se quedo callado.

-...Oye, eso no se le hace a un camarada-.

Al escuchar eso, varios tuvieron escalofríos por el entrenamiento que Seiya pensaba hacerles, sobre todo Issei y Asia. Si ya de por si sus clases de gimnasia eran difíciles, no querían imaginar lo que les esperara ahora.

-¿No habrá problemas que tu te quedes aquí?- Pregunto Kiki a Shoko.

-Mii me reemplazara mientras estoy aquí. De hecho, ella es una líder incluso más capaz que yo- respondió Shoko sin preocuparse.

-¿Y que hay de ti, Azazel? ¿Esta bien que el líder de los Ángeles Caídos se quede en el mundo humano?- Ahora le pregunto a Azazel, quien se río.

-Claro que no, Shemhaza tendrá todo bajo control, a veces creo que él sería mejor líder que yo- respondió con facilidad. -Y además Penemue vendrá seguidamente al mundo humano, así que no estoy tan librado como quisiera- suspiro tristemente para si mismo.

-Flojo...- fue el pensamiento de todos en general.

Azazel se levanto del asiento de Rias. -Bueno, eso es todo. Espero una buena relación entre todos a partir de ahora-.

-¡Espera! ¡Todavía no he accedido a esto!- Rias no tenía problemas en que Seiya y Shoko los entrenara, sabía que era necesario, pero no estaba del todo de acuerdo con la presencia de Azazel.

La Leyenda de las Facciones y del SantuarioWhere stories live. Discover now