🖤🗡️ 𝐏𝐑𝐎́𝐋𝐎𝐆𝐎.

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"—Estoy segura que has estado enamorada, Carmilla. En este mismo momento, debe haber algún amor en tu corazón.

Jamás me he enamorado de nadie —susurró—. Y no me voy a enamorar nunca. A no ser que sea de ti".

(Carmilla, Le Fanu ).

Es una noche fría, las calles se llenan de niebla y las pocas luces que acompañan la villa poco a poco empiezan a ser menos

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Es una noche fría, las calles se llenan de niebla y las pocas luces que acompañan la villa poco a poco empiezan a ser menos. Noches como aquellas las hay siempre, solo que para algunos tienen cierto toque de manifiesto. Por ejemplo quienes tienen que avanzar en la tarea o simplemente se han quedado contemplando demás algo de su interés.
En la casa de los Dursley, donde se encuentra la diminuta ventana del ático, las luces se apagan cerca de las una de la madrugada —y casi tocado las tres, los fines de semana—, porque esa es la habitación de Harry Potter, un amante de la noche. Harry vive con sus tíos mucho antes de siquiera poder hablar, nadie nunca le dijo demasiado sobre la muerte de sus padres. Solo que, simplemente murieron en un accidente por su miserable vida llevada.

O al menos eso dice el señor Dursley, quien siempre habla como si tuviera la razón. Aún así, pese al trato poco empático hacia Harry, el chico tiene la tranquilidad de no ser molestado en las noches. Por lo que, dejándose llevar por sus propios gustos, se la pasa leyendo incontables libros sobre su temática más favorita: vampiros. En algún momento de su vida, aquellas criaturas inundaron su atención, el repentino misterio que embargaba al Conde Vlad III Dracul Tepes, fue origen de su pasatiempo favorito cuando tenía catorce años. No es fácil adivinar demasiado, el porque manifesto su atención en algo en tan particular, es muy sencillo, en una casa donde su identidad era borrosa, el cariño no existía para él, algo siempre era su culpa y pensaba que él era el problema, su mejor opción fue tener algo que hacer lejos de allí.
Si Harry pasaba la mayoría de sus horas en la biblioteca, posiblemente haría más feliz la vida de la señora Dursley.

Todos ganaban. Seguido de eso, con el tiempo, comenzó a guardar imágenes que imprima de las pinturas que mostraban al Conde Tepes. Le parecía fascinante la magia que proyectaban. El desafío hacia ello, tenía también en su disposición ejemplares de libros regalados por sus amigos, sobre aquellas criaturas. De todo, desde finales tristes hasta no tanto.

Quizás esta fascinación por ellos se debía a dos cosas; inicialmente, Harry Potter es un niño poco común —según los señores Dursley, en el mal sentido—, por lo que hacía cosas raras, había estado solo los primeros años de su vida en primaria y secundaria. Así que busco un refugio, lejos del mundo que le había hecho daño, hundiéndose en la fantasía. Segundo, quizás sentía mucha compasión por ellos, al menos en uno que otro libro, la criatura inmortal se encontró sin un sentido. Como si no fuera valiosa su propia vida y sus acciones jamás fueron alabadas. Quizás, Harry solo se identifico y busco consuelo en algo tan fuera de lo común como él mismo.

En pequeños actos de rebeldía, dejó su lectura, caminando hacia la diminuta ventana de la habitación y observó el paisaje nocturno con un cielo estrellado. No lo suficiente, pero con estrellas brillando en lo alto sobre aquella ciudad.

El corazón de Harry, a diferencia de aquellas criaturas, no mágicas, sino más bien narradas en la literatura de clásicos como malignas, latía. El corazón de Harry bombeaba sangre y en cada latido daba una señal de estar dando vida.

Un corazón que los muertos no poseían.

Viéndose con los lentes empañados, Harry, de apariencia joven, delgada y de ojos verdes curiosos, cerró la ventana avanzando hacia la pila de libros al costado de una vieja mesa que servía como escritorio. Enfocó su vista luego de limpiar sus lentes y acomodarlos, para leer aquella línea que le faltaba de aquel libro:

Y él dijo: ahora estás mirando los ojos del demonio. De una criatura tan vil, que solo tiene odio, maldad y oscuridad en su interior. Aún así, con esas palabras dichas, supe que me había condenado al primer instante en que sentí amor por él. Fue mi fin. Pero para él, fue solo un momento en su eternidad.

Una eternidad que Harry creía podría salvarlo de su agobiante vida momentánea en casa de los señores Dursley. O condenarlo aún más.

N/A: Oh no

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N/A: Oh no. Hice una nueva versión de esto. No sé cómo pasó, pero en un momento sentí que todo lo que había escrito (anteriormente) no tenía un hilo y dejaba muchos huecos. Comencé a sentirme mal porque cada que pensaba, lo descartaba porque no sabía cómo seguir conectando las cosas, y me frustre. Si bien hay muchas cosas que me gustan, iré por un principio de nuevo. Dejaré por ahí la primera versión y continuaré trabajando en esta. Que espero sea mil veces mucho mejor, de lo que pueda hacer.

¿Qué opinan de esté nuevo prólogo?👀

Siento que todo grita ✨octubre✨

Gracias por leer💕

Quiero tu corazónWhere stories live. Discover now