ANTAGONISTA

CAPÍTULO III

«El que engaña encontrará siempre quien se deja engañar»

Narrador Omnisciente

Se estremeció al sentir el frío de su mano, posiblemente causado por el frío del aire en el auto o quizás solo era reflejo de lo frío que puede llegar a estar por dentro.

Apretó la manija de la puerta y la empujo, permitiendo a ambos entrar al interior.

- Jefe - hablo su hermano, palabra que la sorprendió.

¡¿Él, es el jefe de mi hermano?!

Dirigió la vista a Abraham, estaba serio, tenso, molesto quizás.

- Hola Abraham, no sabía que Caro es tu hermana - rompió amistosamente el incómodo silencio.

Pero la sorpresa le duró solo un segundo, después de analizar lo último que dijo ¿Quien le dijo que Abraham es su hermano?

Ni siquiera los había presentado, Abraham pudo haber sido desde un amigo a un primo; ¿Por qué o como sabría él, que ambos son hermanos? Quizas solo a de ser paranoia, como no tener todo tipo de pensamientos cuando has traicionado a un hombre que ama hacer sufrir a los demás.

-¡Nicolas! -habló la madre saliendo de la cocina -No te creí. Pensé que era imposible que mi hija conquiste a un hombre tan... -hace una pausa sonriedo -Tan apuesto-. finaliza el comentario.

🌗

- Jefe. - susurró Abraham al lado de Nicolás.

Llevaba media hora en la casa y no hubo un segundo donde Abraham no estuviera nervioso, asustado... Eran tantas cosas abrumadoras a la vez.

- Mendoza - le devolvió su jefe el susurro.

Su hermana, estaba con su madre en el jardín susurrando no se sabe que cosa.

- No sabia que eras hermano de Caaro - repitió con total tranquilidad el mismo comentario de minutos antes.

Aquellas palabras no le parecían de total verdad, pero ya no había como regresar el tiempo. Aunque, aún regresando el tiempo hubiera vendido la información con tal salvar a su madre.

Posiblemente sí su jefe fuera un ser con corazón, le hubiera pedido dinero prestado. Pero muchos ya lo han hecho y no están vivos para contarlo.

- Estarán juntos más seguido - prosiguió hablando su jefe - Quiero que ella viva conmigo.

¡¿Encerio?! Tuvo que guardar las ganas de reprocharle, oponerse. Era su hermanita y él ya la había embarazado. No tenía forma de oponerse a cualquier decisión de su Jefe.

- Nicolás - Su hermana apareció en la sala - ¿No tendrás trabajo que hacer? Eres una persona demasiado poderosa como para estar perdiendo tu valioso tiempo - ironía había en sus palabras.

Su madre la había llevado al patio trasero para darle unos cuantos "consejos"

"No Salgas Embarazada... Aun" fue lo primero que le aconsejo su madre.

"Ya es tarde mamá" eso fue lo único que le respondió y se ganó todos regaños del mundo. Aunque al final la felicitó, había conseguido como futuro esposo aún hombre poderoso, guapo y que le daría le buena vida. Aún él llevándole en años, la mitad de su vida.

- No seas grosera y te recomiendo que hagas tus maletas - su madre también llegó a la sala con un café amargo para Nicolás - Estoy segura que tú novio querrá ir a vivir con la mamá de su futuro hijo - fue una indirecta bastante directa.

Ella era una carga para sus hijos, pero con su hija embarazada no dejaría que viviesen bajo el mismo techo. Para el cuidado del embrión se necesita a un hombre y el mismo que tiene que hacerse cargo. En este caso Nicolás.

- Está usted en lo correcto... - concordó satisfecho - ¿Le puedo llamar suegra? - le preguntó para más confianza.

- Por supuesto, ya somos todos familia - Aceptó la señora.

- Me alegra que pensemos igual - sentenció.

"Que pensarán igual" no lo creo. - pensó Caroline.

"Encerio el Jefe será mi cuñado" - pensó Abraham.

Cada ser humano en la habitación tiene un temor, pensamiento, deseo, sueño, nececidad o meta diferente sobre algo, pero no son concientes. No son omnisciente, no pueden serlo. Nicolás en cambio no mostró preocupación alguna en su rostro, todo es tan perfecto para él.

***

Observar la luna, las estrellas, pensar en nada, sentir el frío viento chocar con su pier y tener escalofríos son cosas que hacen sentir viva a Caaroline, nada más. No podía evitar sobre pensar, ni confiar precisamente de Nicolás. Simplemente no le era posible.

¿Por qué él quiere estar con ella?
¿Para qué quiere estar con ella?

Se encontraba empacando sus pertenecías de la casa de su madre. Ya no viviría más con ella. Eso le provocaba nostalgia. Sentía que solo estaba viviendo, no sentía tristeza, ni deseo de llorar, tampoco felicidad por que el padre de su hijo se hiciera responsable; no estaba feliz por que en unas horas tendría una mejor vida.

Viviría en lugar con seguridad, lujos, dinero y sirvientas. ¿Quien no desea esa vida?

Exacto, Caaroline no la quería.

"Saca a esa basura de aquí, y asegúrate que no regrese por aquí y que no salga por los medios." - recordó lo que escucho que dijo Nicolás a uno de los seguridad, dias atrás cuando fue a su empresa. ¿Cómo podría ser tan malo y tan bueno a la vez?

"Por la plata baila el mono" es la frase de Maribel, cuando hacía algo por dinero y ahora le encontraba sentido.
¿Cómo mantendría al bebé si no era con el malvado hombre aquel?

Miro todo lo que falta por empacar y se percató con el reloj que casi era de noche y Nicolás la recogería.

— Realmente esperaba que te casarás, queria que tuvieras una boda grande, antes de tener hijos—. escuchó la voz de su madre, quien estaba en el marco de la puerta. Pero ella no fue capaz de voltear y mirarle la cara prefirió fingir empacar y seguir despaldas a su madre.

Recordaba y no sabía cómo sentirse. ¿Cómo decirle a tu madre que pudiste costear el tratamiento gracias a tu cuerpo y eso como consecuencia trajo a un feto que pronto será bebé?

Esa respuesta existe, en algún libro de algún universo paralelo, que no es este universo.

Caaroline quería sentirse mal, pero no podía. Lo disfrutó, ella lo decidió, y lo más importante, su madre estaba viva, ¿Cómo podría arrepentirse de algo así?

💬💬

Holiwis, espero que estén bien y les gustará el capítulo, dejen sus comentarios y votos (me encanta leer sus opiniones), nos leemos pronto... ⭐❤️