𝐕𝐈𝐈. 𝐘 𝐲𝐨... 𝐓𝐫𝐚𝐭𝐚𝐫𝐞́ 𝐝𝐞 𝐚𝐫𝐫𝐞𝐠𝐥𝐚𝐫𝐭𝐞

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«¿Hermano? Creo que lo he visto por ahí, nunca hemos hablado»

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«¿Hermano? Creo que lo he visto por ahí, nunca hemos hablado».

«¿Qué hay cerca de tu casa? En la mía solo hay nubes y estatuas, nada muy interesante».

«Digo lo mismo, una vez participé en un experimento para un científico. Nunca volé, pero dijo que serviría de todas formas».

«¿Ropa, además de la que nos dio Master Hand para este torneo? Veo una posible competencia para Peach».

«Creo que nunca he comido o preparado helado, ¿así se come?».

«Parece que nunca estás quieto en un solo lugar, ojalá algún día pudiera conocer tanto como tú».

El elegido por las diosas, por primera vez en mucho tiempo, tenía miedo de atravesar una puerta

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El elegido por las diosas, por primera vez en mucho tiempo, tenía miedo de atravesar una puerta.

No era precisamente bueno recordarse cómo es que llegó a la decisión de preguntarle a Pit por su vida; sin embargo, era la única opción viable si quería verlo feliz.

Durante el almuerzo sus amigos parecían estatuas, vio con pena cómo el ángel hizo lo imposible por hacerlos reír y tener una comunicación amena entre todos... Y lo vio fallar. Pronto terminó con un semblante apagado luego de haberse reído tanto de sus propios chistes, nunca supo si la película cristalina en sus ojos eran lágrimas de júbilo o de desilusión.

Su mano terminó por empapar el pomo de la puerta, sus dedos se clavaron en la base de la perilla mientras dejaba escapar exhalaciones profundas, lo hacía con la vaga idea de que esto lo calmaría pronto.

El héroe de lo salvaje halló todo el valor que pudo contener en un solo movimiento y finalmente giró el instrumento de metal para entrar a su habitación.

Pit no estaba.

Dejó salir un poco del aire tenso que contenían sus pulmones, menos mal.

Algo en su mente se preocupó de nueva cuenta. El rubio se sentó en su cama observando la contigua que permanecía vacía, verla sin él era sentirse también algo solitario, quizás le habría tomado «apego», como le llamó Luminary recientemente a la relación que estaban construyendo. «Amistad» le pareció más propio a Link, aunque también tuvo sus dudas; Zelda y el mismo héroe de Cobblestone encajaban más con ella que Pit. Con él florecía un sentimiento diferente... Alejado de la simpleza de la simpatía, disfrazado de sinfín de sensaciones y viejos placeres. Era sublime, cualquiera lo diría si pudiesen percibirlo.

𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐆𝐨 𝐃𝐚𝐫𝐤 || 𝐏𝐢𝐧𝐤 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora