Había una vez una reina, que a la edad de 16 años un planeta gobernaba. Sus padres en un terrible accidente, sus vidas perdieron. A pesar de la carga en sus hombros, todo el mundo la amaba y respetaba.
Un día a la reina le surgió una hermosa idea. Contrató al mejor jardinero del planeta, sin saber que este, en su mayor perdición se convertiría... La reina le dio como tarea al jardinero, crear un laberinto con rosas y espinas. Este alegremente acepto.
Los días se hicieron semanas, las semanas se hicieron meses y los meses si hicieron años. La reina a la adultez llegó. El jardinero todavía su tarea no terminaba. La reina preocupada, a él acudió. Este le dijo: "Que lo mejor para ella ha de crear". La reina muy entusiasmada con su contestación, a una cena lo invitó.
La reina cansada con su soledad, al siguiente día de nuevo lo invitó. Lo que un día hicieron, rutina se convirtió. Entre risas y caricias la reina se enamoró. Todos los días la reina iba a la construcción del laberinto a ver trabajar el jardinero. Este chistes y anécdotas le hacía. La reina no solo de su físico se enamoró, sino también de su corazón. Lo que ella no sabía era la maldad que ese corazón podrido tenía.
El día que su amado el laberinto terminó, la reina su mano pidió. El muy emocionado aceptó. En una tarde de octubre entre nubes y rosas la reina se casó, convirtiendo un simple jardinero en un poderoso rey. Años y años fueron los que gobernaron, en una burbuja de respeto y amor.
Pero todo esto un día cambio. Quien fue un día el amor de su vida, la traiciono. En su comida el rey veneno colocó. La reina, ocultando las lágrimas la comida ingirió. Lo que el rey no sabía, era de la astucia de la reina. Ella siempre lo supo y eso maldad en su corazón creo. La reina a su amado mató, quien la quería muerta solo por el reino.
Esto hizo que la reina que un día todos conocían muriera y el nacimiento de otra surgiera. Las rosas del laberinto, negras se volvieron. Dejando a su paso tinieblas.
—¡Mamá ese es el peor cuento que he escuchado! —Dijo la niña— ¿Por qué la reina se hizo mala?
—Mi niña, esto nos enseña que no podemos confiar en todo el mundo. Hasta las personas que más queremos nos pueden traicionar. —contesto la madre — Ahora a dormir que es muy tarde.
—Buenas noches, mamá—respondió la niña
