-Por desgracia es lo que siempre mueven las guerras. -comentó Noa afligida. - Cuatro desalmados que no se conforman con lo que tienen, y les da igual ver morir de hambre o dolor a niños y mujeres. Siempre son los débiles los que pagan la inhumanidad de otros.
-Oh, mes chers, por favor no hablemos de temas tan lastimosos. Vamos a disfrutar de esta excelente comida. -Las interrumpió el francés al ver el dolor reflejado en los ojos de la keniata. - ¡Bon appétit!
- ¡Bon appétit! -contestaron las dos, en cierta forma aliviadas de abandonar tan espinoso tema.
Y Noa procedió a probar el plato que le pusieron delante.
- ¡Mmm... esto está exquisito!-exclamó con deleite.
- ¡Mom dieu!, por fin alguien que sabe reconocer la buena cocina. Y no como esta panda de incultos, que comen mis maravillosas creaciones como si fueran hamburguesas del Mcdonald's. -comentó observando a Asha con algo de resquemor.
Ésta puso los ojos en blanco y siguió revolviendo la comida de su plato sin abrir la boca.
-Pues tienes que darme la receta. -Le pidió mientras degustaba otro bocado. - ¡Mmm, esto está de muerte! Por cierto, ¿qué es?
-Mono de Sykes. -le informó el cocinero.
La tez de Noa se quedó blanca como la cera, mientras unas intensas arcadas le empezaron a subir por la garganta.
- ¡Puaj!-Escupió en una servilleta. - ¿De verdad esto es mono?-preguntó horrorizada.
Al principio Pierre no le contestó y entonces observó a su compañera para que le confirmara. Hasta que de repente los dos se echaron a reír al ver como se restregaba la lengua con la servilleta para quitarse los restos de comida de la boca.
- Désolé chéri. -se disculpó el chef. -Era una broma.
- ¿Una broma? ¡Cielos Pierre, casi echo hasta las tripas!-le contestó molesta por ser el centro de burla y por el mal rato que había pasado.
Observó atentamente el plato y separando la comida con el tenedor con tanto cuidado como si fuera un arma de destrucción masiva preguntó.
- ¿Qué es entonces?-y amenazándole con el cuchillo le dijo. -Y dime la verdad o el que va a acabar devorado por los leones será un francés repelente.
-Es cordero. -le contestó éste levantando las manos simulando rendirse pero sin dejar de reír. -Aunque te advierto que a veces damos de comer antílope, avestruz, ñu o incluso cocodrilo. Los clientes suelen pedirlo como delicatesen.
- ¿En serio?-Preguntó sorprendida. -Pues cuando ese sea el caso te rogaría que me avisaras.
-D'accord. Peropor lo menos los probarás, ¿no?
-No lo sé, ya te lo diré cuando llegue el momento.
Después de un breve silencio y mientras que Noa se decidía a seguir o no comiendo, el cocinero volvió a hablar.
-Por cierto, tenemos que comentar sobre ciertos productos que debemos reponer en la despensa.
-De momento eso lo lleva Asha hasta que yo no me ponga al día por completo. Aún hay muchas cosas que desconozco sobre cómo proceder, y aunque ella me está ayudando mucho, necesito mi tiempo para asimilar toda esa información.
-Por supuesto. -asintió conforme. -Sé que Asha es muy inteligente y te ayudará en todo lo que pueda. -comentó observándola con atención.
Y ella se dio cuenta en ese mismo momento que el chef sentía algo especial por su compañera y no pudo evitar esbozar una leve sonrisa de satisfacción. Realmente Asha era una mujer muy bella, con su piel color ébano, sus marrones y grandes ojos almendrados, sus facciones perfectas con ese porte regio y orgulloso. Y un cuerpo estilizado que le hacía recordar a una exótica reina africana. Podía visualizarla perfectamente sentada en un trono con dos leopardos sentados a cada lado.
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Safari, a la caza de tu amor. Publicada por Zafiro (Grp Planeta)
RomanceNoa es la hija de un importantísimo empresario valenciano, que lo tiene todo en la vida. Pero un hecho importante la marcará profundamente, logrando que ella cambie de forma drástica. Un día se enfrenta a su padre y éste a modo de castigo la manda...
Capítulo 4
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