Capítulo 39

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Josh me guía gentilmente por el pasillo hasta la puerta del baño de invitados cercano a la sala en la que dejé a Nate vomitando. Ahora él se encuentra dentro de la bañera, mientras Sasha lo mira como si fuera un gusano que reptó de su ensalada.

- Tienes 25 años, Nathaniel Atlas – Le está diciendo ella cuando llegamos – Es hora de que dejes de hacer esto

- ¡Alex! – Exclama Nate, ignorándola

Josh me empuja suavemente al interior del baño, como exigiéndome que haga algo por la situación, pero tropiezo vergonzosamente con mis propios pies cuando descubro que Gabriel está sentado sobre la tapa bajada del sanitario y observa todo con expresión curiosa.

- Mira, ya están aquí Gabriel y Alex, ¡yupi! – Señala Sasha con una expresión de falsa euforia – ¿Ahora podemos por favor llevarte a tu habitación?

- No hasta que me digan qué pasa entre Gabriel y Alex – Indica Nate obstinadamente. Se me cae la bolsa de papas fritas que llevo en la mano, y Josh se inclina para recogerla y entregármela mientras me devuelve una mueca de impotencia, como disculpándose en nombre de Nate

- No pasa nada que no sepas – Le responde Gabriel - ¿Ahora podemos llevarte a dormir?

- Pasa algo que no sé – Observa Nate – Los conozco

- ¿Esto suele pasar? – Pregunta Gabriel con un suspiro de paciencia y mirando de Josh hacia Sasha, como si yo solo fuese un mueble en la habitación

- Suele ponerse sensible cuando se emborracha, pero nunca había tenido complejo de cupido – Responde Josh, recargándose en el marco de la puerta

- Genial, ¿voy con los brazos y tú con los pies? – Propone Gabriel mirando a Josh, obviamente poco dispuesto a ahondar en el tema que propone Nate

- Podemos intentarlo, pero no se va a quedar en la habitación a menos que quiera. Ya hemos pasado por esto – Le responde Josh con paciencia. Gabriel echa las manos al aire

- ¿De verdad, Nathaniel? – Le pregunta a su hermano

- Mira, no sé por qué razón esa chica me gusta del modo en que me gusta. No entiendo qué clase de hechizo o cosa del destino me hace sentirme así por ella. Ciertamente no entiendo por qué me esquiva casi todo el tiempo – Intenta explicar Nate, aunque su voz está un poco enredada – No entiendo. Pero ustedes... - Suspira, y cierra los ojos como si se estuviera inspirando para dar un discurso – Ustedes dos tienen sentido. Son dos personas que se quieren así que, ¿qué demonios hacen?

- Uhmm...Pensé que también eras un partidario de las relaciones casuales y todo eso – Observa Gabriel, ignorando todo lo importante de su discurso

- Lo soy – Asiente él – Pero tendría que ser un idiota para no ver algo bueno cuando está frente a mi nariz. Creo que ustedes dos serían algo increíble y...

- Chicos, ¿nos conceden un segundo? – Lo interrumpe Gabriel, apuntando a Sasha y Josh, que están de pie uno junto al otro, observando todo el asunto como si se tratara de la telenovela

- Seguro. Iremos a la cocina a robar comida. Llámennos si necesitan algo – Asiente Josh antes de tomar la mano de su esposa y salir con ella del baño, cerrando la puerta tras de sí.

Déjame decirte, es un baño enorme, con una bañera como para 6 personas tan grande que Nate queda medio perdido en ella. Sin embargo, de repente se siente claustrofóbico cuando me encuentro de pie allí entre mi amigo histérico y este hombre que me hace sentir cosas ilógicas.

Dos cartas de amorWhere stories live. Discover now