"Tu nombre significa felicidad, eso es lo que debes de expresar"
Le decían sus padres al rubio de pecas, pero Felix a sus 17 años estaba cansado de fingir, lo único que había de felicidad en su vida, era su nombre.
Por lo tanto, Lee Felix había d...
— Siempre la como en mis cumpleaños — dijo viendo el contenedor vacío.
— ¿Cuántos años estás cumpliendo? — preguntó el mayor dejando su contenedor en la mesa de centro.
— 18 — dijo sonriendo — ya soy legal — le guiñó el ojo al mayor.
— ¿Salimos a algún lado? Yo invito — respondió el bajo.
Felix asintió emocionado, desde hace años no festejaba su cumpleaños como debía, también necesitaba distraerse un poco.
El menor simplemente le dijo a Seo que dejara sus cosas ahí, que regresara a buscarlas luego.
Salieron corriendo rápidamente, dispuestos a disfrutar el resto de la tarde.
El enorme edificio quedó atrás en cuestión de minutos, el menor emocionado por disfrutar un cumpleaños junto a alguien que no fuera la soledad.
Fueron a parar a un parque, viendo los bonitos arboles a su alrededor, los niños corriendo, los pájaros volando de un lado a otro y el atardecer frente a ellos.
El mayor de los dos vio una heladería cerca, preguntándole al menor si quería uno.
— ¿Quieres un helado? — preguntó el mayor señalando el lugar, el rubio asintió animadamente.
Ambos caminaron al lugar, sus manos rozando ligeramente, provocando sonrojos en el menor y en Changbin una pequeña sonrisa.
El pelinegro tomó la muñeca de Felix con su mano derecha, levantandola con delicadeza para entrelazarla con su mano derecha.
— Es para cruzar la calle — Changbin sonrió, recordando el incidente de hace unos días.
Felix asintió con sus mejillas sonrojadas, sus pecas reluciendo más de lo que ya hacían.
Cruzaron la calle y entraron al local aún sin separar sus manos.
— ¡Hola, quiero un helado de chocolate! — dijo animadamente el rubio — por favor — terminó por decir — ¿a ti de que sabor te gustaría? — preguntó aún sonriendo.
— Vainilla — le dijo a la chica que atendía el lugar.
El helado tardó un par de minutos en llegar a sus manos, cuando los tuvieron pagaron y dieron las gracias.
Salieron del local nuevamente, sus manos aún entrelazadas, buscando un lugar donde sentarse para disfrutar los helados.
Un niño pasó frente a ellos, con su madre persiguiendole, el niño cuando miró al pelinegro se quedó con la boca abierta, dejando de ver por donde corría, tropezando y cayendo al suelo.
Felix se acercó corriendo a él, ayudándole a levantarse, y también a arreglar su ropa, el niño sollozaba por la pequeña herida que ahora adornaba su rodilla.
— No llores, no llores — le decía Felix secando el agua que recorría las mejillas del pequeño, comenzó a buscar algo con que calmar el llanto del niño, hasta que su vista se posó con su mano — mira, toma — le dio su helado — es de chocolate, ayuda con el dolor.
El rubio recordó todas las noches en las que lloraba, el helado de chocolate calmando su dolor por momentos.
— G-gracias hyung — dijo el niño tomando el helado, levantando la vista, viendo el rostro del pecoso — ¿qué son esas manchitas cafés en su cara? — ladeo la cabeza con notable curiosidad.
— Son pecas — dijo el mayor sonriendo — ¿quieres contarlas?
El menor asintio rápidamente, acercando su pequeño dedito a las mejillas del mayor.
— Uno, dos, tres... ¡no puedo hyung, son muchas! — soltó una risita que terminó por contagiar al pecoso.
— Yo tampoco he podido contarlas todas — arrugó su nariz.
— ¡Taehyun! — la madre gritó preocupada — ¿estás bien, bebé? — la mayor se agachó a su altura.
— ¡Sí mami, hyung me ayudó y me regaló su helado! — exclamó emocionado Tae.
— Gracias chico — le dijo la señora al pecoso — vamos Tae, dale las gracias a hyung.
— ¡Adiós hyung, gracias! — se despidió el menor — ¡Adiós angelito! — dijo viendo fijamente al pelinegro.
Felix se quedó confundido, el único a su lado era Bin, pero quizá él niño tenía razón.
Changbin era un ángel, su ángel.
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Happy Lix Day! ♡
Holaaa, la actualización debía ser ayer pero decidí hacerla hoy por el cumpleaños de fefi