James apretó sus labios y se apoyó contra la pared.

–Deberías limpiarte. –comentó el licantropo. –No les hará mucha gracia que entres con sangre, y también podría alterarla verte así.

James ladeó su cabeza, sin ganas de abandonar el lugar.

–Será rápido, Lunático tiene razón.

El azabache asintió y caminó a paso rápido hasta el baño. Al instante, Remus miró a Sirius, buscando explicaciones.

–¿Qué te traes?

–¿Qué?

–Ocultas algo. –dijo el castaño girandose un poco para verlo mejor.

–No oculto nada.

–Sirius, estás inquieto y distraído. –tomó su mano. –¿Sucedió algo allí dentro? –preguntó acerca del momento donde la buscó.

Sirius miró hacia otro lado mientras buscaba las palabras correctas que decir.

–Ella... creo que... –relamió sus labios. –No lo sé, no es seguro ¿si? Tal vez...

–Sirius.

–Ya. –tomó aire. –Creo... puede ser que esté embarazada.

Remus abrió sus ojos y lo miró alarmado, pero Sirius mantenía su vista fija en sus manos juntas. El licantropo negó con su cabeza.

–No, no. –dijo de forma nerviosa. –Tal vez se confundió o...

–Creí lo mismo, y espero que sea así.

–¿Por qué? Quiero decir, sé que sufrió demasiado allí pero tal vez...

–Estaba sangrando.

Remus iba a hablar, pero cerró la boca al ver que James se dirigía a ellos con las manos limpias y el rostro algo húmedo. También había acomodado su cabello hacia atrás en un intento de hacerlo ver mejor.

–¿Hay noticias?

Sirius iba a responder, pero la presencia de una medimaga lo interrumpió. La mujer era bastante pequeña de estatura, y tenía una expresión amable, aunque algo cansada.

En tiempos como estos, los medimagos trabajaban el doble. Constantemente llegaban personas lastimadas, torturadas, heridas o con problemas mucho peores. Trabajan turnos infinitos.

–Son los familiares de la Srta. Potter ¿verdad?

Los tres se levantaron de golpe, haciéndola dar un paso hacia atrás con un poco de sorpresa.

–¿Está bien? –preguntó James.

–¿Está despierta?

–¿Cómo...?

–Chicos. –interrumpió la mujer, Remus cerró su boca y la miró con culpabilidad. –Primero que nada, necesito que se relajen ¿entendido?

Los tres asintieron y la mujer suspiró antes de darles una sonrisa amistosa.

–Bien, ella está... estable. –dijo mirando una tabla dónde algunos pergaminos se encontraban. –Su cuerpo sufrió demasiado. Hay signos de tortura, han utilizado magia oscura y maldiciones imperdonables.

Sirius y Remus se dieron una mirada significativa al oír eso, temiendo que diga algo relacionado a algún embarazo. Rogaban porque no fuera así, sonaba mal, pero preferían que fuera en otras circunstancias y sin tanto riesgo de por medio.

–Hay múltiples golpes. Especialmente en las zonas de las costillas, rostro, piernas y estómago. –comentó mirando al trío nuevamente.

–¿Es grave? Mejorará ¿verdad?

THANTOPHOBIA; James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora