Capítulo 15: Epilogo

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2 años después

Bet

Llevábamos varios días en ese lugar, pues mi parto había sido de alto riesgo, tenian que dejarme en revisión antes y después para ver que todo saliera bien. Después del parto dejaron a mis bebes en un lugar alejado de mi para ver que todo estuviera bien por toda una noche y ahora que al fin los tenía en mis manos no sabíamos que nombres ponerles y David estaba tan emocionado que se había puesto a decir babosadas.

—No me gustan esos nombres, mi vida—dije arrugando la nariz

—Vamos amor, ¿Qué tiene de malo Dartañan y Rigoberto? — dijo David sonriendo divertido 

Me carcajee de la risa. Mis bebes eran tan chiquitos que podía tenerlos a los dos en mis manos a la vez. Los observe, tenían la piel ligeramente roja, la nariz igualita a la de David. Eran hermosos, tenían el cabello castaño claro como el mío y sus ojos eran azules intensos como los de su papá. Sus caritas se veían llenas de placidez. Justo cuando los estaba observando con una cara de madre enamorada me llegó una idea.

—Ya se—David me miró expectante— Matt y Max Wastel — dije chocando mi nariz con la de uno de mis pequeños

—Creo que esos son un poco mejores—David volteo los ojos divertido y se acercó más a mi

—¿Su nombre es? — me pregunto mientras tomaba a uno de los bebés— tiene cara de Máx

—Máx será — le dije y se lo di.

Inmediatamente el se lo pasó a mi papá, que estaba expectante por tener a alguno de ellos en sus manos, pues desde que me los habían dado no había podido soltarlos.

—Pequeño Matt— dije al que tenía en mis brazos

—Es tan lindo para ser tu hijo— dijo mi padre señalando con su barbilla a David y luego miro fascinado al pequeño en sus manos.

—Idiota— contestó David

—Lenguaje— instruí

Bese la cabeza de Matt y se lo di a David.

—Hasta que al fin— dijo tomando su cabecita y mirándolo a la carita— tu mamá piensa que los hizo sólita, no me a dejado tenerlos desde que... — el se freno en seco y cuando me impulse un poco hacia arriba para ver lo que el veía me derreti de amor— esta bostezando— dijo David— por Dios— murmuró y puso su pequeña cabecita en su pecho de manera que el bebé se acurrucó en su calor.

Al darme cuenta de que ya no tenía a ninguno de los dos en mis brazos aproveche para ir al baño y cuando volví a la camilla papá se acercó. 

—Toma— me dijo— creo que tiene hambre

Máx paso a estar en mis manos. Lo bese en la cabeza y me dispuse a darle comida.

Mi padre seguro sabía que era lo que él bebe pedía porque ahora tenía una niña de un año. Jamás lo espere pero ahora tenía una nueva hermana que se llamaba Connie y si, era hija De Samara. Habían sentado cabeza oficialmente y se les veía bastante felices con la pequeña Connie.

David y yo nos casamos tres meses después de que me lo propusiera. Nos fuimos unos días a México para nuestra luna de miel y finalmente me mude a su casa. Estábamos muy felices y ahora los pequeños gemelos llegaron a terminar de perfeccionar nuestra vida...

Papá se fue un momento después y David camino hacia mi con Matt en sus brazos, yo estaba a punto de darle comida a Máx, pero me lo estaba pensando porque temprano me había dolido muchísimo.

—¿Que pasa? —me pregunto

—Me va a doler— lo mire a él y después al bebé que movía los labios —pero tiene hambre.

—A ver— David se sento en una silla al lado de mi camilla —¿Vamos a contar, Vale? Tu eres valiente

—Yo soy valiente— repetí mientras sacaba mi pecho

David coloco su mano gigante en la espalda de Matt, de forma que pudiera sostenerlo y así darme la otra mano.

—3...— empezó—2...

—1...— cerré los ojos con fuerza.

Acerque a Máx de un jalón y de inmediato empezó a tomar. Me dolía increíblemente demasiado, tanto que apreté la mano de David fuerte y aún así mis ojos se llenaron de lágrimas.

Cuando mi bebé llevaba ya unos minutos comiendo el dolor se disipó y hasta ese momento pude abrir los ojos y soltar la mano de David.

—Esa es mi chica— dijo sonriendo, se puso de pie y se agachó para besarme— Te amo por ser tan fuerte, te amo por darme a estos hermosos niños.

—Te amo— le dije en los labios

Después de Máx pase a darle de comer a Matt y para el ya no fue tan doloroso. Ese mismo día por la tarde nos dieron la salida a los tres y al llegar a nuestra casa, ya todo estaba preparado para nosotros.

Me senté en la cama con un bebe en mis brazos y David a mi lado con el otro. Estábamos en silencio, solo mirándolos.

—Tendremos trabajo doble— dije mirando a mi bebé

—Que suerte que tenemos cantidades suficientes de amor— dijo el—y yo te voy a ayudar con todo — me aseguro y yo le sonreí.

Y esa primera noche con los gemelos llorando y nuestros corazones apenas entendiendo que partir de ahora tendrían que amar incondicionalmente a dos pequeñas almas pasamos la peor noche de nuestras vidas y aún así fue una de las más maravillosas.

Porque estábamos juntos en esto.

Éramos un equipo.

Nos amábamos.

El Socio De Papá (+18)[1]✔️Where stories live. Discover now