Yashiro vestía con unos zapatos elegantes de traje color negro de cuero. Unos pantalones de traje tambien negros. Una camisa blanca con los primeros botones desabotonados, formando un gran escote en "v" que dejaban a la vista parte de sus senos protuberantes y firmes, y la piel desnuda de su pecho era decorada por algunas cadenas de oro, delgadas y simples. Las mangas de la camisa un poco arremangadas, y sus manos cubiertas por guantes de cuero negro.
Solo sobre sus hombros colgaba un abrigo de traje tambien negro, y su cabello castaño claro se encontraba suelto, peinado y fijado con algún tipo de gel hacia atrás, despejando sus atractivas facciones faciales.

— Dijiste que iríamos a una fiesta —murmuró entre dientes la muchacha de cabello corto, mientras Yashiro alzaba una ceja y soltaba un pequeño bufido.

— Cariño, esto es una fiesta ¿Qué te imaginabas?

Los elegantes pasillos de la gran casona eran decorados por múltiples cuadros renacentistas y anticuados, con candelabros pequeños en el techo de doble altura, y bajo sus pies un largo y ancho tapiz rojo que cubría la madera oscura del suelo.

— Dijiste que iríamos a un club —volvió a quejarse, frunciendo esta vez su ceño mientras veía la sonrisa de Yashiro ampliarse aún más, pero seguía viéndose sutil.

— ¿Eso dije? —oh, estaba jugando con ella.

Los dos hombres que vestían de esmoquin negro hicieron una reverencia leve ante la presencia de la mayor, que se precipitó a rodear la cintura de Nobara y atraerla hacia ella con una gran sonrisa en su rostro, causando solo molestia vergonzosa en la menor que hizo un gran esfuerzo por no quejarse y mantener la "apariencia" para este lugar.

— Caballeros —saludó ella con una sonrisa leve, y los hombres abrieron juntos la gran doble puerta frente a ellas.

Apenas las puertas se abrieron, la música clásica en vivo invadió los oídos de ambas, mientras Yashiro daba algunos pasos sujetando por la cintura a Nobara y obligarla a avanzar de igual forma.

Nobara quedó algo sorprendida con el lugar. La multitud vestida de manera elegante tal como ellas dos. La banda de música clásica en el fondo, sobre un gran escenario.
Habían múltiples mesas de parejas y demás números con manteles blancos, copas de vino, múltiples servicios y platos delgados de porcelana.
Mesas grandes y alargadas con todo un banquete sobre ellas, dulces, salados, agridulces, acompañados por meseros que servían a los invitados y atendían en las mesas.

— ¿Q-Qué... es todo esto? —no sabía hacia dónde mirar, parecía de esas reuniones que solo veías en las películas estadounidenses y en la cual nunca te imaginarías llegar a estar.

— Una fiesta ¿No te lo dije ya? —aclaró mientras hacía un ademán para saludar a unos cuantos desconocidos, dejando el doble de desconcertada a la muchacha.

— ¿Conoces a esta gente?

— Naturalmente —respondió cogiendo una copa de champán de la bandeja de un mesero, para luego extenderle otra a la menor—. Oh, es cierto, no puedes beber —rió con clara burla para tomar del vaso de un trago y luego dejarlo en la bandeja, aun manteniendo su propia copa en mano.

— ¿Y qué... qué es lo que hacen, en que trabajan? —no podía evitar mirar a su alrededor.

Tantas mujeres bellas que la rodeaban, con encantadores vestidos y joyas decorando sus figuras esbeltas y delgadas.

— Algunos son empresarios, otros políticos, unos cuantos arquitectos, y otros más escritores y músicos —suspiró ella, mientras sus pasos se hacían más lentos y por ende los de Nobara también—. Pero si los ves más de cerca... —habló en voz baja, solo para que se escucharan entre las dos, mientras se colocaba frente a la menor y disminuía la distancia entre sus rostros—, puedes encontrar brujos, hechiceros, magos, seres inhumanos, y otras categorías —sonrío achinando sus ojos, pero en Nobara solo se expresó preocupación ante las palabras de ella. Tragó en seco tratando de descifrar si ella hablaba en serio o trataba de alguna broma suya fuera de lugar.

The  firstborn | Jujutsu Kaisen. (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora