━━✧ Cincuenta y cinco

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—Debe pasar con la jefa de la Comisión de Registro de Nacidos de Muggles —dijo el hombre a quien la pelinegra le había preguntado

Era alto, de porte intimidante y vestía una túnica negra de piel de dragón. La mirada severa que le lanzó a la azabache le causó escalofríos, finalmente la pelinegra caminó al ascensor incómoda ante las miradas curiosas de varias personas, la verdad es que parecía una muggle con la ropa que llevaba.

Eso era lo que menos le preocupaba, todo lo que quería era evitar encontrarse con Umbridge, aunque una parte de ella le decía que quizás preferiría lidiar con Umbridge antes que con mortífagos; el ascensor bajó hasta la planta uno, donde la pelinegra tuvo que pedir más indicaciones para el registro. No podía creer que ahora Snape era el director de Hogwarts.

—¡Vaya, vaya! —chilló una voz familiar frente a la pelinegra— ¡Pero si es revoltosa Brooks!

En cuanto la peliengra alzó la mirada, no pudo evitar que una mueca de desagrado se le formara en el rostro, Dolores Umbridge –bajita, rechoncha, con cara de sapo y vestida de rosa chillón–, estaba frente a ella con una tabla para escribir y pergaminos en la misma. Umbridge analizó con sorna a la azabache, que intentó reprimir los impulsos de lanzarle un embrujo a Umbridge.

—Al fin podré enviarte a dónde perteneces, una criminal hecha y derecha, como tu madre. La cual tengo entendido te ha abandonado, ¿sabes de casualidad a dónde fue? —comentó Umbridge caminando en círculos alrededor de la pelinegra, cual buitre acechando a su presa— ¿O tienes información útil sobre el paradero de Potter?

—No. —espetó la pelinegra con desagrado— Y aunque lo supiera, jamás se lo diría. Pierde su tiempo.

—Lamentablemente a tu amiguita Travers no pude negarle la cartilla, —siguió la cara de sapo sonriendo— no pude negar que es una sangre limpia, aunque sigue siendo una traidora, pero no importa, no importa, eso se puede arreglar. Tú en cambio... Eres una asquerosa sangre sucia...

—¡Entérese, viejo sapo rosado! —exclamó la pelinegra perdiendo la paciencia, se acercó a Umbridge de forma amenazadora— Soy mestiza, y pese a que eso no le concierne, se lo digo: me vale un pepino el maldito estatus sanguíneo. Pero me importa mi educación, así que se lo repito por si no lo capta. Soy MES-TI-ZA. Puede comprobarlo, así que déjese de estupideces y deme el jodido carné.

En eso, una paloma de papel aterrizó entre los papeles que Umbridge llevaba entre sus brazos, la mujer con cara de sapo le lanzó una última mirada de desprecio, luego se apresuró a deshacer la bonita paloma de papel, _____________ supuso que sería un mensaje o algo así, porque los ojos pequeños de Umbridge de movieron con velocidad de derecha a izquierda; la pelinegra sintió la rabía acomodarse en sus entrañas.

La severa mirada que Umbridge le lanzó a la pelinegra cuando hubo terminado de leer el mensaje, le dio a entender a la azabache, que alguien en el cielo cuidaba de ella, porque sabía perfectamente que, si de Umbridge fuera, ella ya estaría en Azkaban, aunque quizás había cantado victoria mucho antes, ya que unos hombres flanquearon a la pelinegra y la condujeron a la oficina que, por los adornos de gatos y cosas de color rosa de todos los tonos existentes, era de Umbridge.

Una vez en el recinto, los gorilas que la flanquaban la sentaron bruscamente frente a un chillón escritorio color café tapizado de rosa e inmaculada carpetas, plumas, tazas de té, entre otras cosas. Umbridge entró y se posicionó detrás del escritorio frente al que estaba sentada la pelinegra.

³ˑ 𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐘𝐎𝐔  ↯  Cedric DiggoryWhere stories live. Discover now