Yubin asintió y se fue. Beomgyu se asomó por la puertita, escuchando cómo su hermana decía: "Beomgyu no está... pero lo dice él mismo".

Suspiró.

¿Qué pasa? —oyó a Yeonjun preguntar.

—Nada, nada..., solo que Chaeryeong quiere volver a salir —explicó.

¿No se enojó por lo del restaurante?

—Se lo tomó con humor.

Oh..., ya veo.

—Sí —volvió a suspirar—, tendremos que hablar más tarde, supongo.

Hum..., sí, hablaremos más tarde. Adiós, te quiero.

—Y yo a ti.

No se escuchó nada más.

[...]

Yeonjun.

Yacía acostado a lo largo del sillón de su casa mientras veía hacia el techo, aburrido.

—¡Mamá! —gritó.

No obtuvo respuesta.

—¡Yeji!

Siguió sin respuesta alguna.

Después de cuatro llamados más, recordó que se encontraba solo.

Suspiró.

¿Por qué todo tenía que ser tan aburrido?

[...]

Beomgyu.

Terminó saliendo con Chaeryeong una vez más.

Su madre le había dicho que sería muy grosero si le negaba la salida, puesto que la chica había ido hacia su casa.

Beomgyu tuvo ganas de fingir un ataque al corazón o caerse dramáticamente para así no tener que ir con la chica, pero se contuvo.

Solo era una salida más.

—¿A dónde iremos? —preguntó. Él realmente solo seguía a la chica.

—Sinceramente, no sé. Pensé que tú podrías tener alguna idea —respondió—, pasado mañana vuelves a Seúl, debe haber un lugar aquí al cual quieras ir antes de irte.

—¿Ahora mismo? —Chaeryeong asintió—. A mi casa.

Rió. —No, tontito.

—Vayamos simplemente a un café o algo —finalizó y Chaeryeong asintió.

Durante el trayecto no hablaron. Beomgyu se limitó a pensar, recordar.

—Chaeryeong —la llamó—, ¿por qué terminamos?

La chica lo miró por unos instantes, antes de contestar—: No lo sé. Tú fuiste quien me terminó y un día después te fuiste. Nunca me diste una razón.

Beomgyu abrió los ojos, acordándose del momento. Sonrió de lado. —Tienes razón, sí... lo siento por eso.

—Y, ya que estamos hablando del tema, me gustaría decirte algo al respecto —dijo, mientras entraban al local. Hogareño.

—Está bien.

Chaeryeong tomó un respiro. —Quisiera que volviéramos.

[...]

Yeonjun.

Estaba sentado en el suelo de su habitación, golpeando la pared con una pequeña pelota. El sonido de música aleatoria llenaba el cuarto.

—Creo que sería más divertido si Yeji estuviera durmiendo en la otra habitación.

Y se tiró en el suelo.

Parpadeó. Una. Dos. Tres veces.

[...]

Beomgyu.

Trató de analizar la situación. Volvía a Daegu por unos días, Chaeryeong quería que volvieran, su abuelito no lo quería abrazar y realmente quería un abrazo.

—Uh... ¿quieres que regresemos? ¿Ser pareja de nuevo?

Ella asintió.

Beomgyu se lamentó por nunca haberle mencionado a Yeonjun y sus adorables abrazos.

Pero, vamos, Yeonjun era su novio. No veía por qué la demás gente tendría que escuchar sobre él.

—Me gustaría —comenzó—. Te he extrañado, ¿sabes? Por eso, yo... uh, ya te dije, quiero que volvamos.

Beomgyu la miró directo a los ojos. —Entonces... sigue queriendo.

[...]

Yeonjun.

Su madre había llegado y se encontraba en su habitación, bordando. Él volvió a estar en la sala, jugando con su celular hasta que un mensaje lo interrumpió:


Beomgyu

¿Sabes con cuál detergente se quita el café del color celeste?


[...]

Beomgyu.

—Sí, Chaeryeong se enojó y me tiró la bebida encima —explicó sosteniendo el celular.

Uh, yo creo que eso fue algo muy grosero. Incluso para ti —contestó Yeonjun, su voz era tranquila.

—¿Entonces le hubiera contestado que sí? ¿Te gustaría que volviera con ella?

¡¡No!! —negó, rápidamente—, es decir, no. No me gustaría. Recuerda que solo yo te puedo abrazar. Y besarte. Sí, solo yo. Yeonjun. Yo soy Yeonjun. Hola.

Beomgyu comenzó a reír. —Sí, solo tú.

BITTERSWEET | yeongyuOnde histórias criam vida. Descubra agora