19. ★

16.1K 951 12
                                    

ALEXANDER.

Desperté muy temprano, había dormido tan plácidamente como hacía tiempo no lo hacía, me sentía renovado, bajé mi mirada a mi pecho y vi a una muy dormida Nathalie, se veía tan tranquila y cómoda que no quería tener que levantarme del lugar, pero prefería que no me encontrará en su cama al despertar. Suavemente la moví y puse una almohada en mi lugar.

Fui a la cocina, busqué una pastilla y subí nuevamente, la deje en su mesa de noche con un vaso de agua, seguro iba a tener dolor de cabeza al despertar.

Fui al gimnasio a hacer mi rutina de ejercicios, mientras pensaba que hacer, necesitaba encontrar la forma de ingresar a la computadora central de la compañía, estaba seguro que allí encontraría alguna prueba de que Mathews había mandado a asesinar a mis padres para quedarse con la empresa.

Ya eran cuatro años de su ausencia, y los extrañaba demasiado, mi padre era mi mejor amigo y mentor, mi ejemplo a seguir, y mi madre el ser de luz más asombroso del mundo.

Un año antes de su muerte habían viajado a Nueva York para para mudar la empresa a este lugar, su idea era crecer a nivel mundial y que mejor manera que mudar la sede principal a la gran manzana y dejar la empresa de París como una sucursal más, la primera de muchas.

Para ese entonces Mathews era socio accionista y el vicepresidente del lugar y fue su proyecto el que abrió paso para trasladar la empresa hasta aquí. Unos meses después de que todo se estableció y empezó a generar ingresos millonarios y grandes proyectos, estábamos felices por el gran logro, un año después sufrieron un "desafortunado accidente".

Sólo veinte días después Mathews tomo la presidencia del lugar y saco a las personas que eran de mayor confianza de mis padres, no cambio el nombre de la empresa pero cuando quise quedarme con el control de la misma busque a los abogados de mis padres, ellos me dijeron que la empresa estaba a nombre Mathews, intentaron muchas veces conseguir los documentos auténticos de la creación de la empresa, pero estos desaparecieron, Mathews no había dejado nada al azar, debía encontrar todo para poder recuperar el trabajo duro de mis padres.

El suave olor a café que llego a mí me saco de mis pensamientos, en ese momento supe que Nathalie había despertado, deje las pesas y pase una toalla por mi rostro y brazos, la deje en mis hombros y salí rumbo a la cocina encontrándola desparramada en la barra mientras esperaba la cafetera.

— ¿Como te encuentras? — la mire dudoso

— Vete al diablo Alexander — sonreí mientras me acercaba y apagaba la cafetera.

— Yo también te quiero Nani — dije burlón, usualmente esa ere sus buenos días, la vi levantarme el dedo medio.

Decidí servirle el café poniendo una cucharadita más de café instantáneo en el de ella para que quedará bien amargo, ayudaría con su resaca.

— Alexander — la mire mientras le daba un sorbo a mi café

— Quiero pintar mi habitación, no me lo tomes a mal, pero él gris no es mi color y me preguntaba si podía cambiar de color las paredes — la vi algo dudosa

— Ya te dije que puedes hacer y poner lo que quieras, esta es tu casa ahora, solo nada de rosa — ella me dio una dulce sonrisa.

— Gracias Alexander, sabes dónde puedo conseguir algunas cajas por aquí cerca, es para dejar mi ropa en la habitación de abajo mientras pinto, no quiero que se llegue a arruinar —

— Deja toda tu ropa en mi vestidor, es del doble de tamaño del tuyo, hay espacio de sobra para que dejes todo —

— Esta bien, hoy pasaré la ropa y durante la semana pintare y decorare — sonrió mientras le daba un nuevo sorbo a su café, el café era milagroso.

Sr. Le RouxWhere stories live. Discover now