Decisión

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Salí de casa muy temprano, nadie estaba despierto aún, sentí la necesidad de fumarme un cigarro, aunque yo no solía fumar pero quería hacerlo, así fui a conseguir cigarros.
Me senté en la silla del parque, que estaba a más o menos media hora de casa, y comencé a fumar, no me había percatado que al lado mío estaba el periódico del día, lo tomé y me puse a leer, lo que llamó mi atención, fue que en una parte hablaba sobre una bruja en la ciudad, decía que podía cumplir todos mis deseos, por un momento me reí, pero luego escuché a unas mujeres que pasaban al frente mío decir que esa bruja si hacía realidad los deseos. Yo aún seguía sin creer.
Vi de lejos pasar a joven, llevaba chaqueta negra, unos jeans negros y una camiseta gris, llevaba sus audífonos puestos. Era muy lindo, nunca lo había visto.
Desvíe mi mirada hacia donde estaba el señor que vende helados y fui por uno.
Fantasía, mi favorito, ví que una niña de vestido azul y cabello rubio, llevaba en sus manos una rosa y pensé.
Por qué no comprar rosas y colocarlas en mi habitación, así que pague el helado.
-Gracias señor
- A la orden, me respondió el señor de gorra blanca.
-Que tenga un lindo día, le dije.
Seguí caminando y saboreando mi helado de sabor fantasía.
Y llegué a la floristería, entré y pregunté por rosas rojas y compré muchas, tantas que tuve que tomar un taxi para poder llevarlas, también compré rosas para sembrar.
Cuando subí al taxi el conductor me preguntó.
- Es alguna celebración especial?
- no, solo las compré para decorar mi cuarto, quiero sentir un ambiente distinto y más acogedor.- el taxista solo sonrió.
Finalmente llegué a casi y el taxista me ayudó con las rosas.
Y se despidió.
Inmediatamente empeze a subir las rosas a mi habitación.
Fui a la bodega de mi padre a sacar muchos floreros que ya no se ocupaban. Los llene de agua y coloqué rosas en cada uno. Coloqué dos en la ventana, uno en la mesa que estaba al lado de mi cama.
Uno en el estante a lado derecho de la puerta y otro en el estante que estaba de lado izquierdo.
Me sentí mejor.
Fui por las rosas que compre para sembrar y tome un cuchillo de la cocina y empeze a cantar oyos en frente de la casa. Y sembré rosas al lado de la entrada. Sembré al rededor de dos docenas. Una docena a cada lado del camino que conducía a la puerta de mi casa.
Al llegar mi madre en la tarde del trabajo entró a la casa, puso sus cosas en la mesa y dijo.
-Pero que es todo esto?, Alguien se levantó con ánimos hoy.
- y eso no es nada, espera a ver mi cuarto .
- ohh vaya, vamos a verlo.
Mi madre y yo subimos a mi habitación.
Al abrír la puerta y entrar, mi madre estaba admirada.
- me alegra mucho que estes así, habías estado muy alejada de todo estos días.
Solo guardé silencio
Mi madre Ana rompió el silencio y dijo
-bien, te parece que preparemos la cena juntas?
- si me parece bien
Salimos de la habitación y bajamos a la cocina y preparamos la cena antes de que llegara papá.
- Hace tiempo que no preparamos la cena juntas. Deberíamos hacerlo más seguido._ agregó con una sonrisa.
Yo también sonreí.
Pasaron unos segundos
- bien ordenemos la mesa antes de que llegue tu padre.
Hace tiempo que mi madre no preparaba la cena y comía en la calle, mi padre también, normalmente mi padre, solo se a ver la televisión, yo cenaba solo comida chatarra y por eso la mesa del comedor siempre estaba con cosas ya no se ocupaba.
Me alegraba que volviéramos a retomar lo que era antes.
Finalmente llegó mi padre a casa, y dijo
-Hay algo diferente hoy y no solo son las rosas que están plantadas al frente de la casa.
- Mi madre dijo, es que hoy Ada y yo preparamos la cena.
Así que hoy vamos a cenar los tres juntos en la mesa como una familia.
Mi padre sonrió. Por sierto mi padre se llama Alfredo.
Nos sentamos en la mesa en la que también había puesto rosas como adorno.
Y mi madre sirvió la comida y hasta Hunter nuestro perro participó en la cena.
Todo fue tan cálido esa noche, las luces, la plática entre nosotros, volví a sentirme en casa.
Por sierto si se preguntan cómo es mi perro, pues es pequeño peludito y de color blanco con negro, ojitos azules. Y no se que raza es.
-Deberíamos hacer esto diario les dije a mis padres.
- Mi padre dijo, pues no es mala idea.
Terminamos la cena y vimos una película juntos.
Me levanté del sofá
-Buenas noches mamá
-Buenas noches papá
-buenas noches linda, descansa, dijeron al unisono.
Entré a la habitación, respire profundo, el aroma de las rosas llenó mis pulmones, ese delicioso aroma.
Suspire profundo, por fin sentía mi corazón lleno y cálido. Una pequeña gota de alegría, una cena en familia llenó mi corazón.
Quisiera que todos los días fuesen así.
Esa noche fue perfecta, los cambios son buenos.
Así que pensé que debía donar mis cosas, como ropa, zapatos, maquillajes, cambiar todo en mi habitación. Me emocioné pensando en todo eso.
Debía empezar de nuevo con mi familia.
Debía empezar de nuevo conmigo.
Debía de cambiar mi teléfono y volver a hablar con mis viejos amigos.
Planear salidas, por primera vez en este año, pensaba de manera positiva.

La Fuerza Más Allá Del Miedo  Where stories live. Discover now