M A N J I R O S A N O P A R T E I I

Começar do início
                                    

Necesito encontrarlo, si algo le pasa a mi pequeño prefiero morir, no podría con tal sufrimiento.

Los recuerdos de esta tarde se aparecen en mi mente, mi ceño se frunce al recordar su cara, esas negruzcas ojeras que enmarcan sus ojos, su expresión vacía y demacrada que dista mucho de aquel rostro bonito del que quedé prendada cuando éramos un par de mocosos, muchísimo antes de convertirnos en Comandante y Capitán.

Deseo odiarte, Mikey. De verdad quisiera hacerlo, tal vez de esa forma no dolería tanto.

Mi teléfono comienza a vibrar captando mi atención por completo y la de Chifuyu que no se ha separado de mi lado —mi eterno compañero, tan leal como siempre—. La voz al otro lado de la línea me ofrece una sola opción; mi pequeño Shinichiro a cambio de que El invencible Mikey entregue a Bonten.

Como si él fuese a renunciar su estúpida agrupación criminal.

Decidí arriesgarme, existía una pequeña posibilidad de engañar a esos sujetos, aunque tuviera que huir con mi familia lejos de Tokyo, necesitaba hacerlo, dejar todo atrás y tener un nuevo comienzo, pero el miedo recobro peso en mi interior al pensar en mis amigos, ellos seguirían aquí, expuestos a represalias.

—No puedo hacerlo... —le dije a Chifuyu.

—Si puedes, ________ —respondió él—. Estaremos bien, lo importante es recuperar a Shinichiro. Ni a los chicos ni a mi nos importa correr el riesgo.

—¡Gracias por hacer tanto por mi! —dije abrazándolo, él solo me regalo una sonrisa cargada de esperanza y tranquilidad, ayudando a recomponerme y tomar fuerzas para lo que venía.

—Muy bien, le escribiré a los chicos —dijo el de ojos turquesas—. Nos encontraremos en el punto de reunión, y _________, tranquila...

...

Llegamos al punto de encuentro, algo no estaba bien, el aire se sentía denso, se me hacía difícil mantenerlo en mis pulmones, mis manos temblaban y mis ojos estaban irritados. El llanto de Shinichiro hizo eco por todo el lugar, mi corazón latía tan fuerte que por momentos sentí que se saldría de mi pecho, mis labios temblaban, por suerte tenía a Chifuyu y los chicos junto a mi, ese niño tenía a los mejores padrinos del mundo.

—Mi bebe... —dije conteniendo las lagrimas.

—Confía, _______. Pronto estará con nosotros... —respondió Mitsuya quien se encontraba junto a mi.

El grupo de hombres se acercó frente a nosotros, la cabeza de mi pequeño estaba cubierta por una capa negra, no sé como pude mantenerme en pie en esa situación, el cañón de un arma apuntaba a su cabecita. Quería llorar, quería destruir el mundo y todo se volvía mas complicado con cada segundo que pasaba, nuestro plan de recuperarlo a puñetazos se había ido a la mierda en cuanto vimos la cantidad de armamento que los sujetos utilizaban, sin duda esto iba enserio. Me dolía que mi Shinichiro tuviera que pasar por algo así solo por que su padre es Manjiro, a esas alturas solo un milagro podía ayudarnos.

—¿Donde está Mikey? —preguntó el sujeto que sostenía a mi pequeño de su bracito, acercando el arma aún más a él.

No sabía que hacer, mi plan se había arruinado, mi cuerpo perdió la fuerza al imaginar lo que pasaría y mi anatomía se lleno de dolor.

《 TOKYO REVENGERS STORIES ♡ 》Onde as histórias ganham vida. Descobre agora