Los lamentos de la bestia|| L.S

Brillante Jade entrometido

¿Podrían haber pillado al chico? No, recordaba haber corrido junto a él, aún así por precaucion se devolvió sobre sus pasos pegándose a la pared cuando escucho los que eran probablemente los gritos encolerizados de los alfas apestosos.

Se asomó y los vio correr en dirección contraria, definitivamente el chico había escapado pero Louis no sabía a donde podría haber ido, una vez de vuelta en el callejón vio el hoyo en la verja y las heridas de su trasero volvieron a arder, ni loco iba a meterse ahí de nuevo.

¿Pero faltar el primer día? Algo probablemente peor que arañarse ante una persona normal más no para Louis, realmente no le importaba mucho, su móvil seguía en su mochila así que debía llegar a casa antes de la salida de Liam para llamarle y pedirle que recogiese sus cosas.

Suspiró todavía frotándose el culo, la adrenalina desapareciendo de su organismo y dejando paso al cansancio y dolor en su cuerpo, comenzó a alejarse del callejón tratando de recordar el camino de vuelta, necesitaba memorizarlo, Liam se iría a la universidad el próximo año y estaría solo, a ver, tenia a su padre pero no era lo mismo...

La casa estaba un poco alejada del pueblo, por la carretera del bosque repartida junto a otras casas por la zona, el viaje a pie no era corto, Louis calculaba unos 30 minutos a ojo, debía seguir la carretera que salía de la plaza y atravesaba el pueblo entero, tenía poco más de una hora antes de que acabasen las clases y empezaba a dudar de su capacidad atlética así que lo mejor sería empezar a caminar.

Solo retrocedió sus pasos hasta la primera plaza, que no estaba lejos de su colegio, y siguió la calle ancha que guiaba a la montaña.

Le llevo quince minutos pasar la última casa del vecindario, el sol seguía alto pero las espesas nubes lo cubrían.

Un puente separaba el pueblo de las casas en la montaña, las lluvias de los últimos días habían hecho subir la marea del río que cruzaba por debajo y pese a que por la mañana parecía ser un buen día de descanso después de la tormenta el cielo a las afueras había comenzado a nublarse hacia ya horas.

Más allá del puente solo había una carretera en cuesta arriba rodeada de árboles robustos y altos que así como impedían la entrada de rayos de sol impedían las corrientes de viento haciendo del lugar un asfixiante y largo camino.

No era un lugar concurrido, la poca gente que bajaba y subía lo hacía o a pie o en bicicleta dejando la carretera en un completo estado de abandono, repleta de grietas que provocaban las raíces de los árboles que se empeñaban en atravesar el asfalto, Louis era nuevo en el pueblo y era la primera vez que atravesaba el camino a solas, sin la voz de Liam para reprocharle que no arrancara plantas que pudiesen ser ortigas, todo sumido en desolador silencio que más que provocarle miedo le hizo mantenerse en un constante estado de tensión durante diez largos minutos.

Se sentía incomodo, observado, su único objetivo era atravesar cuando antes la carretera y llegar a su casa.

No sabía qué especies de criaturas y animales habitaban los bosques de Holmes Chapel y la espeluznante idea de ser atacado por un jabalí le hacía acelerar el paso, raíces crujían bajo sus suelas haciéndole trastabillar y fue al distinguir que uno de los crujidos provenía de entre los árboles que tropezó cayendo de bruces al suelo, tan rápido como se incorporó pudo ver sus rodillas rascadas, en un momento de quietud fue consciente de que los alrededores estaban en completo silencio de nuevo y eso en vez de tranquilizarle le puso más nervioso.

Louis no estaba acostumbrado a lidiar con estas situaciones, siempre había sido un chico bastante despegado de la naturaleza y el repentino cambio de "hábitat" al que se había sometido le obligaba a lidiar con los lugares silvestres, nunca había sido un amante de los animales tampoco.