— Te traje desayuno — le dije mostrando la bolsa que traía en la mano, —algunos postres que te gustan, y ropa para que te cambiaras — le dije mostrando los paquetes.

— No te hubieras molestado, gracias Alexander —

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Fuimos a desayunar en la habitación, y después de terminar ella entró a ducharse en el baño de la misma, me habían dado una muy buena habitación privada, así que contaba con todo, yo me senté a revisar algunas cosas de trabajo en mi celular mientras la esperaba.

— ¿Nani? — escuché una voz en la habitación y me di cuenta que era su abuela, me acerqué hasta ella y la vi con ojos abiertos mirando a todos lados

— Oh señora Rose despertó — la abuela se me quedó mirando fijamente.

— Valla, debí hacer algo bien para que me reciban un bombón como tú en el cielo — solté una fuerte carcajada.

— Aún no está en el cielo señora Rose, ¿cómo se encuentra? — le pregunté sonriente, era una mujer ocurrente.

— Viendo tus hermosos ojos puedo decir que me encuentro de maravilla, cuando gustes podemos escapar juntos — me guiño el ojo y yo no podía parar de reír con sus ocurrencias.

— Abuela, ya estás despierta, ¿Cómo te sientes? — Nathalie salió corriendo al escuchar a su abuela, iba a abrazarla, pero logre detenerla, si la abrazaba podría lastimarla con el tubo de la sonda.

— Me siento adolorida, pero nada que no me impida apreciar este hombre de aquí — le dijo señalándome.

— Abuela por favor —le dijo avergonzada — lo siento Alexander — le reste importancia con la mano, no me molestaba para nada.

— Nani, ¿no me presentas a ese bombón? — se quedó mirando a Nathalie.

— ¿Nani? — pregunté curioso, era la primera vez que escuchaba un sobrenombre así.

— Cuando Nath tenía tres no podía pronunciar bien su nombre, sólo le salía decir Nani, a mí me gusto y así se quedó — dijo su abuela dándole una sonrisa.

— Abuela, te presento a Alexander, él es amm — se quedó pensando y decidí intervenir

— Soy el prometido de su nieta, espero contar con su bendición — le dije tomándola de la mano.

—Nani, ¿eso es verdad? — se quedó mirando seriamente a Nathalie.

— Si abuela, es cierto — estaba cabizbaja, parecía avergonzada.

— No puede ser — me quedé atento a su reacción, pero nada me preparo para lo que iba a salir de su boca. — Estaba a punto de hacerlo tu abuelo — Nathalie llevo sus manos a su cara y yo solo pude reír a fuertes carcajadas.

— Abuela, por favor, esto es vergonzoso —decía tapándose la cara. En ese momento entró el doctor a la habitación

—Oh guapo Jayden, mi nieta se ha comprometido, ahora sólo nos queda vivir nuestro romance y huir juntos — le dijo en cuanto lo vio, ya me dolía el estómago de reír.

— Mi dulce, dulce Rose, sólo estaba esperando el momento en que me pidieras escapar de todo y disfrutar nuestro amor — le siguió el juego mientras revisaba todos sus signos.

— Veo que despertaste de muy buen ánimo, ¿sientes alguna molestia? Aparte obviamente del dolor que causa la sonda — pregunto mientras la revisaba.

— Me siento estupendamente, especialmente con dos hombres tan guapos en mi habitación, es como un sueño — dijo muy anímica.

— Muy bien, veo que todos tus signos se encuentran bien, vas llevando una buena recuperación, si seguimos así mañana te retiraremos la sonda y en unos días más irás de nuevo a tu habitación — le sonrió mientras anotaba algunas cosas.

Rose se quedó callada de un momento a otro, y empezó a mirar por toda la habitación, parecía pérdida, nos miraba a todos sin enfocarnos totalmente, era un comportamiento extraño, hasta que por fin sus ojos hicieron contacto con los míos, le di una media sonrisa.

— ¡Oh! Buenos días jóvenes, ¿necesitan algo? — me quedé de piedra, ¿Que acababa de pasar? Miré a Nathalie vi la tristeza en su rostro.

— Buenos días señora Rose, soy el Doctor Cooper, en la noche de ayer tuvo una cirugía y vine a revisarla — Le dijo el doctor con una mueca en el rostro haciendo que ella desviara su atención a él.

— Muchas gracias joven, si no tuviera esposo, seguro que ya hubiéramos huido juntos a vivir nuestro amor — su sentido del humor seguía ahí, pero su memoria no, no entendía nada.

— Charlotte, estas hermosa esta mañana — hablo mirando a Nathalie — ¿dónde está la pequeña Nani?, ¿por qué no la trajiste? — Nathalie suspiro y le sonrió.

— Está en clases mamá, luego iré a buscarla — y con eso salió de la habitación con lágrimas en los ojos.

Le di una última mirada a Rose y salí tras de ella, la encontré llorando en el pasillo y mi corazón se estrujó bajo mi pecho, sentí la inmensa necesidad de consolarla.

— Todo estará bien — la abrace contra mi pecho besando su cabello, pero sabía que lo estaba diciendo más para mí que para ella, necesitaba creérmelo, necesitaba sentir esa seguridad.

"Esta vez todo estará bien".

Sr. Le RouxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora