Tercera carta

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Jueves, O2 de septiembre de 2021

Mi amada personita:

¡No sabes lo feliz que me has hecho al responder! No voy a mentir, la primera vez, después de no recibir respuesta y encontrar la carta tirada en el basurero, sentí todas mis ilusiones romperse, desesperanzado, incluso juraría haber soltado alguna lágrima, quizá exageración mía, lo lamento, pero no sabes cuánto puedes significar para mí aún sin habernos hablado en persona. Puede que sea una obsesión o más una idealización probablemente no muy sana, lo siento, pero creo que con esta interacción más real puedo deshacerme de esa idealización y empezar a querer a la verdadera persona allí.

De cualquier modo, disculpa la divagación, la emoción está nublando mi pensar, mas reitero que ha sido una grata sorpresa tu interés en las cartas.

Siguiendo con lo que me has dicho, ¿dices que soy muy formal? No sé si eso es un problema, siento que una persona tan magnífica como tú merece ser tratada con máximo respeto, no obstante, no busco incomodarte en lo más mínimo, puedo tratarte de tú e intentar ser más amigable, dejar de sobreanalizar tanto al escribir, ¿eso te parece bien? Anhelo que estas conversaciones sean de máximo disfrute para ti, porque así lo es para mí.

Espero no ser tan adulador que llegue a resultar desagradable, prometo que cada palabra proveniente de mí a modo de halago flota de lo más profundo de mi corazón, porque es solo pensar en ti y siento que se desboca frenéticamente; tantas cosas que desearía poner en palabras pero el escaso léxico del español es incapaz de retratar mis profundos sentimientos.

Bien, disculpa nuevamente, siento que estoy demasiado emocionado, iba a borrar el párrafo de arriba, mas es tan sincero y bello que me siento incapaz, ruego no sea de tu molestia.

Lamento además que, una vez me has respondido, no tengo demasiado claro qué escribir, nunca pensé que llegaríamos a este punto, estaba seguro de que todo esto se quedaría en una mera ilusión mía causada por mi tonto corazón inhábil en su fortaleza, en su capacidad de acallar, sin embargo, ahora está peor que nunca, grita en mi interior en busca de algo, mas grita tan alto que no comprendo el qué busca y hace que mis pensamientos racionales queden inaudibles. Mi rostro duele a este punto de tanto sonreír, pero desearía que molestase más ya que no deseo que mis ilusiones contigo se extingan.

Me he de ver como un desesperado, lo lamento tantísimo, pero deseo decirte tantas cosas a la vez, tantos pensamientos que cruzan mi mente en cuestión de segundos que nublada mi razón y atarantado mi cerebro es todo lo que logran formular.

Bien, me he levantado a descansar un momento, aclarar la mente, me disculpo por todo lo anterior, consideré botar la carta y escribir una nueva, no sería la primera vez que lo hago, pero fui tan sincero, en verdad logré escribir algo verdadero, además de que pienso que quedó bonita, no sé, me causa tanta tristeza deshacerme de ella. Lamento esto, todo, me siento desamparado, desubicado, ¿en verdad estoy haciendo todo bien?

Hola nuevamente, estoy escribiendo esto mucho después de lo anterior, después de incluso haber descansado, mis preocupaciones me llevaron en una tormentosa noche en la que finalmente caí en brazos de Morfeo accidentalmente, quiero tirar esta carta y escribir otra, mas ya no tengo tiempo, ya voy tarde a clases y no deseo dejarte sin carta, me genera pánico que pienses que todo esto no era en serio o que te he ignorado, juro nunca abandonas mis pensamientos.

Por favor, ignora todo lo anterior, tonterías mías innecesarias y sin importancia, todo está bien. Ruego perdones mis insensateces, nunca quise perder mis estribos de tal manera, me siento sumamente avergonzado; reitero que lo siento.

Empecemos nuevamente: ¿Deseas contarme algo? Lo que sea, para poder conocer tus intereses, ¿qué te gusta?, ¿cuáles son tus hobbys?, ¿te gusta leer?, ¿dibujar?, ¿escuchar música?, ¿dormir?, ¿o alguna otra cosa? Me genera sumo interés todo esto, por favor, expláyate lo máximo posible si no es de tu molestia.

Nuevamente deploro todo lo ocurrido en esta desastrosa misiva, imploro lo ignores y no te hagas una mala imagen de mí; lo siento, lo siento, lo siento.

Anhelo tu próxima respuesta,

N.K.

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—Eso... Eso no lo esperaba.

Aquel día había llegado con el tiempo muy justo a clases, no tuve tiempo de siquiera abrir el sobre, así que me lo había llevado conmigo para poder leer su contenido después. En el tiempo del almuerzo me senté en una de las bancas exteriores y procedí a leerla, con suma sorpresa y una preocupación creciente conforme avanzaba en las palabras del chico.

«Debo... Debo... ¿Qué se supone que debo responder a algo así?»

En un principio el tema de las cartas seguía sin gustarme del todo, incluso el día anterior me estaba arrepintiendo de haber contestado, temí que hubiese caído en una broma o, todavía peor, hubiese establecido contacto con una persona peligrosa; todo el tema de las cartas no dejaba de ser raro.

Mi plan era que si me contestaba, yo le daría una carta diciendo que no deseaba continuar con esto; si era una broma pues qué mal gusto, si era una persona peligrosa entonces cortaría contacto con él y si era un simple chico tímido de sentimientos sinceros, tendría que rechazarle, tampoco quería jugar con él. No obstante, aquella idea desapareció de mi mente después de todo lo leído.

«¿Qué debo pensar después de esto?»

Al principio de la carta sus palabras denotaban su emoción y su aprecio por mí, mentiría si dijese que incluso me conmoví, aunque el pensamiento de que ni siquiera habíamos hablado en persona no abandonaba mi mente, susurrándome constantemente que ese querer tan marcado por mí no era normal. Al llegar a la parte en la que los sentimientos del chico parecieron superarle, aquel susurro desapareció y en cambio la preocupación se extendió en mi ser.

—Parece haber entrado en pánico...

Sabía que era posible que todo fuese una actuación para acercarme más a él y aún si mi lógica voceaba que no confiase, mi corazón, acostumbrado de mostrar indiferencia, incapaz fue de aguantar la vívida imagen que mi cerebro mostraba de alguien llorando, desesperado, pensando que había hecho algo mal.

«¿Pero qué estaría haciendo mal? Todas sus palabras han sido sumamente amables...»

—Yo... —Abrí la libreta donde había escrito la anterior carta, acercando a sus hojas un lapicero, mas una vez se posó en ellas, mi mente se quedó en blanco.

El decirle que ya no deseaba seguir con esto había desaparecido de tal manera que parecía nunca haberse posado en mi mente.

Mi mente saltaba rápidamente entre ideas que parecían vacías, entre razones sin lógica y palabras incoherentes, y aún teniendo tanta información yendo de un lado a otro, parecía no haber nada.

—Qué... ¿Qué debería hacer?

Notas de amor [ Nagito Komaeda x Reader ]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن