Capitulo 1.

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El convoy avanzaba por los ya muy conocidos caminos de tierra. Era la última ronda de la unidad y todos iban fantaseando de que iban a hacer cuando volvieran a casa.

-Voy a comprar cerveza y voy a estar borracho todos los días - dijo el joven soldado González imaginandose tirado en una reposera al sol.

Todos los hombres rieron ante las declaraciones del joven mientras se escuchaban otros comentarios. Finalmente luego de lo que fueron cinco años volverían a sus hogares por un plazo de seis meses o hasta que de manera urgente sean necesitados.

-¿Que hará usted comandante? - preguntó uno de sus hombres

El comandante fijo su vista hacia la carretera y se quedó pensando varios segundos. Nadie lo esperaba en casa no tenía familia de ningún tipo y por obvias razones tampoco tenía alguna mascota con la cual distraerse.

-Ire a las montañas a acampar - fue lo primero que se le ocurrió al comandante Herny Smith.

El convoy iba dejando una nube de tierra a su paso que lentamente los cubría, la ruta estaba tranquila (demasiado para su gusto) y eso los tenia a todos relajados. El sol se ocultaba por el horizonte resaltando la base militar a la que habían logrado llegar sin problemas.

-Apronten sus cosas, mañana a las 0400 horas salimos- dijo con voz firme Herny.

-Entonces... acampar... - escucho la voz de su amigo, compañero y capitán del escuadrón Scott Lewis hablar a su lado.

Simplemente encogidose de hombros contestó - Lo mismo de siempre - lo que significaba que se iba a quedar en su casa, viendo alguna película mala de terror, comiendo todos los días pizza sin salir siquiera al jardín.

Ambos se conocían hacia muchos años, habían peleado espalda con espalda, se habían salvado la vida mas de una vez y recibido algún disparo por el otro.  En silencio tanto comandante como capitán caminaron hacia la habitación donde se encontraban los otros terminando de arreglar sus pertenencias. 

Apenas el avión toco suelo norteamericano los pasajeros festejaron el haber llegado con gritos y aplausos. Finalmente tendrían un poco de paz y tranquilidad para poder descansar después de un enlistamiento tan largo.  lentamente cada soldado fue bajando del avión encontrándose con amigos y familia quienes esperaban en la pista de aterrizaje. 

Herny agarro su maleta y en silencio camino hacia la salida, no había nadie que fuera a buscarlo o recibirlo. Asi habia sido siempre y así seguirá siendo. -Nos vemos a la vuelta- dijo despidiéndose de sus compañeros. 

Herny se encontró caminando solo hacia la parada de autobus mientras cargaba su maleta y aun vestido con el característico uniforme verde. Luego de varias horas finalmente habia llegado a su destino, se encontraba frente a una casa blanca con el pasto del frente muy crecido, se notaba que hacia mucho tiempo que nadie vivía allí . Las cartas, propaganda y facturas se acumulaba en la puerta. Facturas que se encontraban siempre pagas y al dia ya que estas se descontaban automáticamente de la tarjeta de débito. 

Con un suspiro se acercó hacia la puerta principal mientras buscaba la llave de ésta en su bolso y abría . El olor a encierro y humedad lo golpeó directamente haciendo que el diera un paso hacia atrás instintivamente. Los muebles así como el piso se encontraban cubiertos por una espesa nube de polvo. Herny miró la hora en el reloj de muñeca que llevaba y este marcaba las doce de la noche, ignorando la suciedad de toda la casa y prometiendose limpiarla al día siguiente se dirigió hacia lo que siempre había sido su habitación que se encontraba en las mismas condiciones que el resto de la casa. Luego de una hora limpiando la habitación podia acostarse y descansar en una cama real luego de tantos años. 

Cuando Herny salió a correr como todas las mañanas aun estaba oscuro, apenas habían personas caminando o en sus respectivos autos. 

-Disculpe joven- escucho una voz que le hablaba por detrás cuando se encontraba por abrir la puerta de la casa.  Herny se dio la vuelta encontrandose con una señora que deberia rondar los setenta años de edad. Tenia una sonrisa genuina y vestia un delantal tipico de cocina. -Pequeño Herny- lo saludo contenta la señora mientras se acercaba hacia el para poder abrazarlo. 

Ella era la vecina del frente, una señora viuda que toda su vida había vivido en esa casa y que lo había visto crecer y enlistarse a la milicia. - Señora - saludo educadamente Herny mientras aceptaba con gusto el abrazo que ella le ofrecía.

La señora Mónica lo invitó a desayunar a su casa para que este le contase todo lo que había vivido estos años que estuvo fuera. Ella era como la abuela que no tenía y que nunca pudo conocer.  Lo escuchaba atentamente mientras comían unas galletas caceras y tomaban una taza de café.

La anciana la acompañó hasta la puerta principal reprochado que este no se quedase a almorzar ya que ella estaba segura que no tenía nada para comer en la casa. - Gracias por todo señora Mónica - dijo él saliendo con una sonrisa en el rostro.

El comandante volvió hacia su casa con la intención de empezar a limpiar ya que en esa mugre no podría vivir los meses que tenía de baja, pidiendo una pizza y unas cervezas se puso manos a la obra. Cuatro horas después el primer piso se encontraba en condiciones habitables aunque aun presentaba manchas de humedad y paredes rotas por eso.

Con varios utensilios de limpieza se dispuso a ordenar y limpiar la planta de arriba hasta que llegó a la ultima habitación.

La habitación de ellos. La habitación de sus padres que seguía intacta, tal cual como ellos la dejaron.

Línea De Fuego.Where stories live. Discover now